Un periodista rompe a llorar al contar la brutal represión que sufren los musulmanes en China
La situación de los uigures es dramática en China. Esta comunidad musulmana vive bajo una represión brutal por parte del Gobierno y la comunidad internacional, así como los principales diarios y organizaciones defensoras de los derechos humanos, han denunciado sin descanso el traslado forzoso y en masa a campos de reeducación de los mismos, sobre todo en algunas zonas donde son mayoría social, como en Xianjiang, donde la situación es particularmente crítica.
La situación de los uigures es dramática en China. Esta comunidad musulmana vive bajo una represión brutal por parte del Gobierno y la comunidad internacional, así como los principales diarios y organizaciones defensoras de los derechos humanos, han denunciado sin descanso el traslado forzoso y en masa a campos de reeducación de los mismos, sobre todo en algunas zonas donde son mayoría social, como en Xianjiang, donde la situación es particularmente crítica.
Las Naciones Unidas han pedido explicaciones al gigante asiático, que siempre se ha escudado en que todo se debe a un método de prevención antiterrorista. Los cálculos de la ONU estiman que casi un millón de uigures están o han estado en estos campos.
El editor de la prestigiosa Foreign Policy, James Palmer, ha compartido públicamente la angustiosa experiencia de informar sobre esta injusticia, apuntando que sus fuentes uigures «han desaparecido» y explicando que incluso los chicos han –etnia principal de China– que han hablado con periodistas extranjeros han sufrido la represión policial.