Un adolescente crea su imperio de 60.000 euros al año vendiendo dulces en el instituto

Un adolescente británico de 15 años ha estado ganando en torno a 230 libras esterlinas diarias, unos 260 euros, a través de un imperio particular de chocolatinas y golosinas con epicentro en su instituto de Londres.

Nathan John-Baptiste, también conocido en su colegio como The Wolf of Walthamstow –en referencia a la película El lobo de Wall Street-, arrancó su negocio con solo 12 años, aprovechando la hora del almuerzo para vender dulces y refrescos a sus compañeros de clase. Todo comenzó con una inversión de cinco libras y a escondidas, comerciando en los baños de los chicos. Pero ahora la realidad es bien distinta.

London schoolboy builds £50,000-a-year sweet empire from the boys’ toilets https://t.co/ndqXvanGDz pic.twitter.com/MoOamTAUsO

— The Independent (@Independent) 11 de julio de 2017

Su negocio tiene 11 empleados repartidos en tres escuelas distintas, tal y como publica The Sun, y factura 1.150 libras semanales. “Nadie ha conseguido antes lo yo que tengo”, dice el joven. “Otros han vendido dulces, pero yo he creado un imperio”.

Nathan reconoce que su inspiración fue un millonario que dio una charla en su escuela dentro de un programa de concienciación para que los niños no se unieran a pandillas callejeras. Aquel empresario les dijo que podían ser cuanto quisieran, y Nathan quiso seguir su consejo.

“Desde los siete años (hasta los 11) anduve en el camino equivocado”, cuenta al diario Daily Mail. “Pero este hombre llegó y pensé que quería ser como él”.

Su negocio comenzó a expandirse a través de Snapchat, por donde informaba sobre los dulces que tenía disponibles, desde Kit Kat hasta galletas caseras. Pero su escuela ha descubierto el negocio y le ha puesto fin, aunque él no se resigna. “No puedo vender dulces durante el resto de mi vida”, sentencia, anunciando que va a comenzar a invertir en otros campos.

Ya ha ahorrado 5.000 libras y está pensando en hacerlo en bolsa o en propiedades. “Mi plan es hacerme millonario”, concluye. “Todo consiste en trabajar duro”.