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Una superluna "azul de sangre" da un espectáculo celestial en el mundo

La última superluna «azul de sangre» se ha producido el 30 de diciembre de 1982 y fue visible en Europa, África

Cercana, grande y «de sangre»: un eclipse lunar total particularmente raro por su tamaño ha ofrecido este miércoles un espectáculo celestial visto por miles de personas de punta a punta del planeta, informa AFP.

A diferencia de los eclipses solares, las gafas de protección no han sido necesarias para ver el fenómeno y los amantes de la astronomía han podido disfrutarlo a ojo descubierto. En California, miles de personas han observado durante la noche la llamada «superluna azul de sangre», que ha desaparecido, privada de rayos de sol, y ha vuelto a emerger teñida de rojo. De ahí su nombre.

También se le llama «azul» no por el color sino porque se trata de la segunda luna llena en un mes, un fenómeno que solo sucede en promedio cada dos años y medio.

Algunas personas han esperado más de cinco horas con la esperanza de encontrar un buen lugar en el observatorio Griffith de Los Ángeles, que ha abierto sus puertas a las 03H30 locales para recibir a unos 2.000 espectadores.

El espectáculo se ha observado en parte de América del Norte, Rusia, Asia y el océano Pacífico. En cambio, la mayor parte de Europa, América del Sur y África no han podido seguirlo debido a la luz del Sol.

En América del Norte, en Alaska o Hawái, el eclipse ha sido visible antes del alba. En Oriente Medio, Asia, Rusia Oriental, Australia y Nueva Zelanda, el eclipse ha ocurrido al salir la Luna en la noche de este miércoles.

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El eclipse fue observado en Hong Kong. | Foto: Kin Cheung / AP

En Katmandú, donde la superluna ha sido vista a través de un cielo contaminado por la polución, los nepalíes han vivido este fenómeno con precaución al considerar que puede traer mala suerte.

Los periódicos locales han aconsejado a la población no beber, comer, dormir o incluso ir al baño durante el eclipse, citando una serie de costumbres hindúes.

En varias escuelas de Filipinas, donde están refugiadas algunas de los 90.000 personas obligadas a abandonar sus casas por la erupción del volcán Mayón, se han vivido en cambio momentos de mucha emoción.

El eclipse lunar ha sido visto sobre el cráter que expulsaba lava, un doble espectáculo irrepetible que creó una mezcla de sentimientos entre admiración y temor.

La NASA ha aprovechado este fenómeno para medir el efecto de la caída de la temperatura durante la hora y 16 minutos que ha durado el eclipse, a través de sus telescopios e instrumentos en la sonda espacial Reconnaissance Orbiter, que explora la Luna.

Por otro lado, el satélite de la Tierra se ha teñido de rojo debido a un fenómeno luminoso: los rayos del sol que atraviesan la atmósfera se «difunden», excepto los rojos, que han sido desviados por la atmósfera iluminando la superficie lunar.

«El color rojo apareciendo durante el eclipse lunar es muy particular, es un regalo raro poder observar una luna de sangre», ha dicho Brian Rachford, profesor asociado de Física en la universidad estadounidense de Embry-Riddle Aeronautical.

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En Asia se vio el fenómeno en todo su esplendor. | Foto: Kin Cheung / AP

El eclipse ha sido especialmente esperado porque la Luna ha presentado «tres especificidades a la vez», ha confirmado el Observatorio de París en su página web: no es sólo «azul» y «de sangre», también es «súper», porque el astro está este miércoles muy cerca de la Tierra.

El eclipse ha ocurrido 27 horas después de que la Luna alcanzara su punto orbital más cercano a nuestro planeta, llamado perigeo. Por lo tanto, se vio un poco más grande que de costumbre, «alrededor de 7% (más) respecto a una Luna media, lo que permitirá distinguir más fácilmente a simple vista sus zonas de sombras y contrastes», según el Observatorio de París.

La última superluna «azul de sangre» se ha producido el 30 de diciembre de 1982 y fue visible en Europa, África y en el oeste de Asia. En América del Norte ha ocurrido hace 152 años, el 31 de marzo de 1866.

El próximo fenómeno similar está previsto el 31 de enero de 2037.

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