El PT moviliza a sus seguidores por la improbable candidatura de Lula en Brasil
El Partido de los Trabajadores (PT) ha echado el martes todo su peso en la balanza con manifestaciones y una campaña de prensa, en vísperas de la inscripción de la candidatura de su encarcelado líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para las elecciones del 7 de octubre. Tres columnas de un millar de personas llegaron por la mañana a Brasilia, en la llamada «Marcha Nacional Lula Libre», que partió el sábado desde tres localidades a unos 50 kilómetros de la capital, para pedir que el líder de la izquierda, que desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción, pueda participar en la contienda electoral igual que los otros doce candidatos, informa AFP.
El Partido de los Trabajadores (PT) ha echado el martes todo su peso en la balanza con manifestaciones y una campaña de prensa, en vísperas de la inscripción de la candidatura de su encarcelado líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para las elecciones del 7 de octubre. Tres columnas de un millar de personas llegaron por la mañana a Brasilia, en la llamada «Marcha Nacional Lula Libre», que partió el sábado desde tres localidades a unos 50 kilómetros de la capital, para pedir que el líder de la izquierda, que desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción, pueda participar en la contienda electoral igual que los otros doce candidatos, informa AFP.
Las marchas están organizadas por el PT y organizaciones sociales, como el Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST). El miércoles marcharán hacia el Tribunal Superior Electoral (TSE), donde miembros del PT -entre ellos el compañero de fórmula escogido por Lula, el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad– inscribirán su candidatura, en el último día del plazo legal. Las marchas coinciden con una huelga de hambre que siete activistas realizan desde hace 15 días en Brasilia para pedir la libertad del expresidente.
Lula, de 72 años, es el favorito en las encuestas, con casi un tercio de intención de voto (casi el doble que cualquier otro candidato). Pero su candidatura será con toda probabilidad invalidada, según juristas, dado que la Ley de Ficha Limpia, promulgada bajo su Gobierno, excluye de la carrera electoral a quienes hayan sido condenados en segunda instancia, como en su caso. Lula fue condenado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, ofrecido por una constructora para obtener su mediación en contratos con Petrobras. Se enfrenta a otros cinco procesos, pero se declara inocente en todos y denuncia una persecución político-judicial para impedirle volver al poder.
«Golpe estado a cámara lenta»
Impedido también por la justica de participar en los debates televisivos, el exmandatario busca hacer llegar su mensaje a través de otros medios. En una tribuna publicada este martes en The New York Times, Lula ha vuelto a denunciar que su encarcelamientoes la «fase más reciente de un golpe de Estado a cámara lenta diseñado según él para marginar de forma permanente a las fuerzas progresistas de Brasil». «Las encuestas muestran que, si las elecciones se llevaran a cabo hoy, sería el ganador. Millones de brasileños comprenden que mi encarcelamiento no tiene nada que ver con la corrupción y entienden que estoy donde estoy solo por razones políticas», ha añadido. En otra tribuna en el diario Folha de Sao Paulo, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, ha afirmado que la candidatura de Lula encarna «la posibilidad real de superar la crisis económica, social y política» del Gobierno del impopular actual presidente de Brasil, Michel Temer, que llegó al poder en 2016 tras la destitución por el Congreso de la presidenta Dilma Rousseff, heredera política de Lula.
El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel se sumó el lunes a la campaña al visitar a los huelguistas de hambre. «Reclamamos la libertad de Lula: es un preso político y toda esta movida que han hecho el Gobierno y los jueces es para sacarlo del escenario político», ha dicho el activista argentino de derechos humanos. Una decena de juristas europeos, entre ellos el exjuez anticorrupción español Baltasar Garzón, expresó la semana pasada su «preocupación» por las «serias irregularidades» en la condena de Lula, en una carta dirigida a la presidenta del Tribunal Supremo de Brasil, Carmen Lúcia.
Lula es una «apuesta arriesgada»
El TSE, que tiene como máximo hasta el 17 de septiembre para juzgar la candidatura de Lula, tardará unos días, si no semanas, en decidir. Si la candidatura de Lula es efectivamente impugnada, el PT tendría entonces poco tiempo para hacer campaña por Haddad, que probablemente lo reemplazará.
«El PT sabe que Lula no será candidato, pero su estrategia es que la fuerza de Lula llegue al límite máximo posible para que el candidato oficial, Haddad, tenga más fuerza con la transferencia de votos», explica a la AFP el analista político André César, de la consultora Hold. «Es una apuesta arriesgada porque en política no existe una transferencia inmediata» de votos, añade.