Trump aviva su pulso con Twitter y firma una orden contra las redes sociales
Trump ha firmado un decreto para evaluar si su Gobierno puede castigar a las redes sociales si intentan moderar los contenidos publicados en sus plataformas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump [contexto id=»381723″], ha intensificado su pulso con Twitter al pedir que su Gobierno estudie si pueden retirarse algunas protecciones legales de las que disfrutan las redes sociales, aunque ha reconocido que será difícil avanzar en esa reforma a no ser que intervenga el Congreso.
Trump ha firmado un decreto destinado a evaluar si su Gobierno puede castigar a Twitter, Facebook, YouTube o Google si intentan moderar los contenidos publicados en sus plataformas, en medio de un creciente debate sobre hasta qué punto debe llegar la libertad de expresión en Internet.
Sin embargo, la orden por sí misma no tiene un impacto inmediato ni de gran calado, y parece más un guiño a su base de votantes en el contexto de su pugna con Twitter, que este martes ha enlazado por primera vez un tuit de Trump con información verificada que contradecía lo que el presidente había publicado.
«Twitter está tomando decisiones editoriales. En ese momento, Twitter deja de ser una plataforma pública neutral, y se convierte en un editor con un punto de vista. Y creo que podemos decir lo mismo de otros, ya se trate de Google o de Facebook y quizás de otros», ha dicho Trump a los periodistas antes de firmar la medida.
El decreto pide al Gobierno estadounidense revisar y posiblemente eliminar las protecciones legales de las que disfrutan las grandes plataformas de Internet bajo la sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996.
Esa sección indica que las grandes compañías de Internet están exentas de casi cualquier consecuencia legal resultante de los contenidos publicados en su plataforma e incluso de sus propias decisiones de eliminar contenidos, porque se supone que son meros intermediarios o canales.
Trump ha considerado que Twitter y otras plataformas han demostrado tener un «poder sin control para censurar, restringir o editar» los contenidos que publican, por lo que dio 60 días al Departamento de Comercio para que proponga a la independiente Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) que se reformen las normas al respecto.
Sin embargo, numerosos legisladores y expertos legales advierten que la medida no sobreviviría a una demanda judicial, y una de los dos miembros demócratas de la FCC, Jessica Rosenworcel, ha dicho en un comunicado que convertir a su agencia «en la policía del presidente (para proteger) su discurso no es la respuesta».
Este jueves, Trump ha asegurado que le «encantaría» deshacerse de su cuenta de Twitter, pero siente la necesidad de mantenerla porque no hay una «prensa justa» en su país.