La clave para un Wifi veloz: dónde colocar tu router según ingenieros de telecomunicaciones
Como suelen decir los expertos, la tecnología no necesita soluciones complejas, sino recordar los principios básicos

Wifi | Canva
En tiempos donde todo parece requerir una conexión rápida e ininterrumpida, resulta frustrante tener contratada una buena fibra óptica y, aun así, sufrir con un WiFi lento o inestable. Sin embargo, la solución puede ser mucho más sencilla de lo que imaginamos y no tiene que ver con cambiar el proveedor, comprar un repetidor o invertir en un cableado complejo. Ingenieros especializados en telecomunicaciones están recordando en redes sociales un principio básico y, para muchos, sorprendentemente efectivo: la ubicación del router lo es todo.
La mejor ubicación para el router WiFi es en el centro del hogar, en una posición elevada y libre de obstáculos como muebles, electrodomésticos, espejos o paredes gruesas, ya que estos elementos debilitan la señal. Colocarlo en el suelo, dentro de un armario o detrás del televisor puede reducir notablemente la velocidad y estabilidad de la conexión. Las ondas WiFi se propagan mejor hacia abajo y en espacios abiertos, por lo que situarlo en una repisa o mesa alta favorece una cobertura uniforme. Además, es clave evitar interferencias de redes vecinas, limitar la cantidad de dispositivos conectados y cambiar periódicamente la contraseña para mantener una conexión segura y eficiente.
Mejora de hasta un 50% en la cobertura
Según el Instituto Frank Hower, una colocación óptima del router puede mejorar hasta un 50% la cobertura de la red inalámbrica. El motivo es técnico y tiene que ver con la forma en la que se propaga la señal WiFi. Las ondas de radio que transmite el router viajan en todas direcciones, pero especialmente en horizontal. Si el aparato está en el suelo o encerrado, esa emisión se ve obstaculizada y buena parte de la potencia se desperdicia.

Los ingenieros explican que muchos routers actuales, incluso los que vienen por defecto con las compañías telefónicas, tienen potencia más que suficiente para cubrir con solvencia una vivienda media. Lo único que necesitan es espacio, visibilidad y una ubicación estratégica, preferiblemente en una zona central del hogar y elevada, como una estantería o una repisa despejada. Además, recomiendan evitar situarlo cerca de electrodomésticos, paredes de carga gruesas o superficies reflectantes como espejos, que pueden interferir o reflejar la señal. La premisa es sencilla: cuanto más despejado esté, mejor llegará la conexión a todos los rincones.
Un ajuste sencillo con resultados inmediatos
Este pequeño ajuste, que muchos usuarios ya están probando con resultados positivos, permite ahorrar en dispositivos adicionales como amplificadores o repetidores y mejora de forma casi inmediata la experiencia digital en casa. Ver vídeos en streaming sin cortes, participar en videollamadas con nitidez o jugar en línea sin lag pueden depender más de dónde colocas el router que de cuántos megas contratas.
Si tu conexión Wi-Fi sigue siendo lenta a pesar de los esfuerzos básicos, existen otras acciones clave que pueden marcar una gran diferencia en la velocidad y estabilidad de tu red. Aquí te dejamos algunas soluciones adicionales, recomendadas por expertos, para mejorar tu experiencia de navegación: Otras formas de acelerar tu internet:
- Reinicia tu módem y router: apagar y encender tus equipos de red puede solucionar errores temporales y mejorar el rendimiento.
- Cambia a la banda de 5 GHz: esta frecuencia ofrece mayor velocidad que la de 2.4 GHz, ideal para videojuegos, streaming y videollamadas.
- Ajusta las antenas del router: cambiar su orientación puede mejorar la cobertura en varios pisos o direcciones de tu casa.
- Elimina dispositivos conectados innecesarios: menos dispositivos conectados liberan ancho de banda y reducen la congestión de red.
- Cambia el canal de frecuencia del Wi-Fi: un canal menos saturado puede ofrecer una señal más estable y rápida.
- Actualiza tu plan de internet: si tus hábitos han cambiado, quizás necesites más velocidad que la que tienes contratada.
- Sustituye tu módem o router antiguos: equipos obsoletos pueden ser el cuello de botella; invierte en tecnología más reciente como routers Wi-Fi 6.
- Actualiza el firmware del router: mantenerlo al día mejora la seguridad, la eficiencia del sistema y puede resolver fallos de conectividad.
- Amplía tu red con repetidores o Wi-Fi en malla: son ideales para eliminar zonas sin cobertura en hogares grandes o con muchas paredes.
Un test de velocidad de Internet evalúa tres aspectos clave: la velocidad de descarga, la velocidad de carga y la latencia (ping). Estas pruebas te permiten verificar si recibes lo que has contratado, detectar congestión de la red, identificar dispositivos que consumen ancho de banda y comparar el rendimiento vía Wi‑Fi versus conexión por cable. Herramientas como Speedtest.net, Fast.com o incluso la opción de “Comprobación de red” en la app de Netflix son fáciles de usar y ofrecen resultados rápidos. Se recomienda realizar la prueba conectado por Wi‑Fi y por cable, en diferentes horas del día, y usar esos datos para evaluar si tu red necesita mejoras, servicio técnico o incluso un cambio de proveedor.