España pone en órbita este jueves 22 de febrero PAZ, su primer satélite espía, y lo hace con una de las compañías espaciales más importantes del momento, SpaceX. La historia detrás de su lanzamiento es, sin duda, caótica y conflictiva. Tan sólo dos países europeos, Alemania e Italia, tienen satélites de observación similares, capaces de tomar imágenes día y noche al margen de las condiciones meteorológicas. De esta manera, España entra en el club selecto de los estados con satélites propios dedicados al espionaje. Ante el riesgo que pueda existir, el operador y dueño del sistema, Hisdesat, ha asegurado el PAZ por 160 millones de euros, prácticamente el coste del satélite. El Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) recibirá un 30% de las 100 imágenes de alta resolución que capte diariamente, e Hisdesat ya busca clientes para el 70% restante.