Ceuta está viviendo este lunes una jornada sin precedentes por la entrada masiva de personas a nado o bordeando a pie los dos espigones fronterizos con Marruecos y, según ha informado la Delegación del Gobierno, a las ocho de la tarde ya eran unos 2.700 marroquíes los que habían accedido a la ciudad autónoma. Unos 700 pueden ser menores de edad, a la espera de que les practiquen las pruebas osométricas para comprobarlo. En el lado marroquí todavía permanecen centenares de personas que quieren entrar en la ciudad.
Las claves: la mayor parte de las entradas se han llevado a cabo por la frontera norte de Benzú, por donde han conseguido entrar hasta familias enteras con varios menores de edad. En este caso, las familias han entrado bordeando el espigón debido a la escasa distancia que separa Ceuta de Marruecos y sin que fueran detenidos por la Gendarmería marroquí.
Pasadas las ocho de la tarde, continuaba la entrada de personas por el espigón fronterizo, sin que los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil pueda rechazarlos, lo que ha obligado a la Policía Local a cortar los accesos por carretera a la zona.
Durante la tarde, agentes del servicio marítimo de la Guardia Civil se han tenido que lanzar al agua en varias ocasiones para rescatar a algunas personas que intentaban llegar a Ceuta a nado con dificultades.
Los inmigrantes han sido trasladados a una nave industrial en la zona del Tarajal donde deberán guardar un confinamiento obligatorio por el coronavirus. La Policía Nacional, a través de la Brigada de Extranjería, está realizando labores de identificación de estos marroquíes.
Esta entrada es la segunda más importante que se produce en menos de un mes ya que el fin de semana del 25 y 26 de abril accedieron a la ciudad un total de 149 inmigrantes marroquíes, entre ellos unos 40 menores.
Los inmigrantes han desbordado incluso la capacidad de acogida de la nave industrial del Tarajal, donde tienen que guardar la cuarentena por la covid-19, y que estaba preparada para albergar a unas 200 personas.
Se trata de devoluciones y no de expulsiones ya que todas las personas devueltas son nacionales de Marruecos que se lanzaron de forma ilegal al mar para entrar en Ceuta.