The Objective

Análisis económico: ¿Por qué Filemón es el jefe?

Hace mucho tiempo, cuando era un crío de seis o siete años, mi hijo Carlos empezó a aporrear la puerta del cuarto de baño mientras me duchaba. «¡Papápapápapá!». Salí medio envuelto en una toalla y le pregunté con el corazón en un puño: «¿Qué pasa hijo, qué pasa?».
Carlos frunció el ceño y me preguntó desde detrás de sus gruesas gafas de miope:
«Papá, ¿por qué Filemón es el jefe?».
En ese momento sentí unas intensas ganas de estrangularlo. Respiré hondo, conté hasta 10 y no sé qué le contesté. Luego volví a mi ducha mientras pensaba: «Menuda idiotez», pero a la vista de los últimos acontecimientos, me parece a mí que la pregunta no carece de pertinencia.
Piensen, si no, en un asunto al que no se ha prestado la debida atención: la caída de las comunicaciones durante el Gran Apagón. Al tiempo que nos quedamos sin luz, dejaron de funcionar los móviles. A todo el mundo le pareció normal. Se va la luz y se van los móviles, ¿no? Claro.
Pero ¿es de verdad normal? ¿No deberían disponer las operadoras de telefonía de planes de contingencia? Mercadona mantuvo la actividad en la mayoría de sus tiendas. La iluminación, las cajas y los terminales de pago siguieron funcionando gracias a sus grupos electrógenos, pero en el complejo de la Moncloa, el lugar más blindado del país, se quedaron incomunicados. No podían hablar ni con los medios ni con los ministerios ni entre ellos.
¿No acaba de entrar la SEPI en el accionariado de Telefónica porque la considera estratégica? Estratégica, ¿para qué? ¿Para impulsar un canal de televisión afín al PSOE? ¿Es ese el mejor modo de gastar el dinero del contribuyente, en lugar de dotar a las antenas de telefonía de baterías de respaldo?
Nos han contado que debemos estar siempre alerta frente a las intrigas de los conspiradores extranjeros, pero está claro que la principal amenaza de España no es exterior, sino interior. La principal amenaza es que Filemón es el jefe.