España va como un cohete, dice Pedro Sánchez, y no seré yo quien lo discuta. Los datos hablan por sí solos. Nuestra economía creció el 3,5% el año pasado y el consenso de analistas prevé que cierre el actual con un aumento del 2,6%, muy por encima de Francia, Italia, Alemania, el Reino Unido e incluso Estados Unidos.
Este dinamismo no se ha trasladado, sin embargo, a pie de calle, donde el ambiente que se respira no es precisamente de euforia. Una encuesta de Funcas revelaba este verano que apenas un 20% de los españoles cree que la economía haya mejorado. Una abrumadora mayoría del 55% considera que está peor y un 25%, igual.
¿Cómo se explica esta paradoja?
Imagine que es usted uno de los ocho vecinos de 13 Rue del Percebe. El PIB de su edificio será el resultado de sumar las rentas de esos ocho hogares. Ahora imagine que se incorporan dos nuevas familias. El Instituto Nacional de Estadística deberá agregar sus ingresos a la Contabilidad Nacional, con lo cual el PIB de 13 Rue del Percebe aumentará notablemente y el presidente de esta nuestra comunidad podrá anunciar que va como un cohete.
¿Redundará ese aumento en el bienestar de los viejos vecinos? En absoluto. En el mejor de los casos, no notarán nada, pero su situación podría empeorar si entre medias les suben la cuota de la comunidad.
Eso es justamente lo que ha pasado en España. El 80% del crecimiento en el último lustro se debe a la llegada masiva de trabajadores extranjeros, es decir, de nuevos vecinos. Como somos más trabajando, producimos más y por eso aumenta el PIB.
El problema es que vivir en España también cuesta cada día más. Primero, porque está todo mucho más caro que hace cinco años y, segundo, porque nos han subido los impuestos y el Gobierno se niega a deflactar el IRPF.
Así que 13 Rue del Percebe va como un cohete y sus vecinos, en patinete.

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