La Guardia Civil admite ahora que la policía marroquí «devolvió en caliente» a centenares de inmigrantes que ya habían pisado suelo español el pasado 24 de junio, cuando más de 2.000 intentaron traspasar la valla de Melilla y más de una veintena falleció —70 según las ONGs— en uno de los capítulos más trágicos que se conocen en este paso fronterizo.