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Juan Luis Cebrián es exdirector de El País (1976-1988) y expresidente del Grupo Prisa (2012-2018).
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Carmen Suárez (Oviedo, 1994) es graduada en Periodismo por la Universidad de Navarra. Comenzó en el periódico El Español en 2016 donde… Ver más
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(Tui, Galicia, 1997). Comunicación Audiovisual. Aprendí y me gradué en la Universidad Europea de Madrid. Tuve la oportunidad de colaborar en Onda… Ver más
Cataluña, país?? Empezamos bien…. No sigo… La verdad es q tenía sospechas (fundadas en su trayectoria) de q esta nueva incorporación a TO no me iba a gustar… Seguiré intentándolo pero seguro que no va a ser de mis preferidos.
Roca barre para casa con demasiada obviedad. Habla mucho del diálogo, del consenso y de llegar a acuerdos… pero omite que eso es lo que hemos tenido hasta ahora y que ha consistido únicamente en que el Gobierno central ceda ante los nacionalistas (a los que Roca representa) y que, por su parte, los nacionalistas se han limitado siempre a chantajear al Gobierno de turno sin ceder en nada y sin aportar nada (además de decir que «España nos roba», mientras ellos se llevaban sacos de billetes a Andorra). Intentando, por supuesto, siempre evadirse de sus responsabilidades. Exabruptos como «La gobernabilidad de España nos importa un comino», pronunciadas en sede parlamentaria, demuestran muy bien la «solidaridad» de los nacionalistas con el conjunto de la nación.
Los constitucionalistas (incluidos muy especialmente los residentes en País Vasco y Cataluña), llevamos tendiendo la mano casi 50 años y ese acto de confianza ha conducido al expolio del Estado por parte del País Vasco y, en Cataluña, a la declaración ilegal de independencia (ninguneando a la mayoría social catalana y española), a la implementación del monolingüismo en la enseñanza (saltándose, una vez más, las leyes) y a promover el odio indiscriminado hacia España. No seamos ingenuos: con los enemigos declarados de la Nación, enemigos de la convivencia, de la paz y del progreso… no hay nada más que hablar. Esa oportunidad los nacionalistas ya la han despreciado durante casi 50 años. Lo decía precisamente Felipe González: hay que respetar a las minorías, siempre y cuando las minorías también respeten a las mayorías, lo cual, obviamente, no es el caso. Ha llegado la hora de aprender de nuestros errores, desengañarse y dar la batalla cultural, política, mediática y educativa, dentro de la legalidad, pero con contundencia y sin titubeos. Todos los nacionalismos de España juntos apenas aglutinan el 6% de los votos. Son los enemigos políticos de nuestra convivencia, nuestra libertad y nuestro progreso. Y como tal hay que combatirlos.