El psicólogo y doctor en Ciencias Sociales Áxel Capriles M. define las pasiones como alteraciones del alma, como «irreductibles movimientos de la psique ajenos a la función de realidad y a la voluntad». Antiguamente eran «estados de posesión por Dioses que te imponían, te llevaban en una u otra dirección». La historia ha avanzado, pero las cosas no han cambiado mucho. ¿Por qué se cuela el deseo de infidelidad en un matrimonio feliz? ¿Por qué elegimos a líderes con rasgos psicópatas? ¿Por qué dejamos que el deseo de acumular riqueza domine nuestras vidas?
Según Capriles, porque «lo que nos hace vitales son las ondulaciones en ese mar». Lo irracional, la reacción instintiva, dice más de nosotros mismos que el intento constante de dominarlo. Por eso propone dejar de lado ese intento y mirar desde otra perspectiva: preguntarle a las emociones qué quieren de nosotros, qué nos falta. Dejando que nos hablen de quiénes somos.
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