Volkswagen, BMW y Daimler experimentaron con personas y monos para medir la contaminación de sus motores diésel
El sector automovilístico alemán se ha visto envuelto en una nueva crisis por haber realizado experimentos con monos y seres humanos en sus esfuerzos por demostrar que las emisiones de los motores diésel no son tan dañinas para la salud como se cree. La Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT), un instituto financiado por Volkswagen, BMW y Daimler (fabricante de Mercedes-Benz), habría sometido a grupos de humanos y macacos a las emisiones de motores diésel, según han revelado distintos medios alemanes.
El sector automovilístico alemán se ha visto envuelto en una nueva crisis por haber realizado experimentos con monos y seres humanos en sus esfuerzos por demostrar que las emisiones de los motores diésel no son tan dañinas para la salud como se cree. La Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT), un instituto financiado por Volkswagen, BMW y Daimler (fabricante de Mercedes-Benz), habría sometido a grupos de humanos y macacos a las emisiones de motores diésel, según han revelado distintos medios alemanes.
El portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, ha asegurado que «esos experimentos no tienen ninguna justificación ética ni científica» y ha considerado que su realización «obliga a formular preguntas críticas a todos los responsables». «Lo que tienen que hacer los fabricantes de automóviles con las emisiones es reducirlas y no pretender demostrar que no son dañinas con ayuda de experimentos con monos y hasta con seres humanos», ha agregado, haciendo alusión también al escándalo de la manipulación de emisiones que salpicó a Volkswagen en 2015.
También el ministro de Transporte, Christian Schmidt, ha condenado de la manera «más contundente» los experimentos y ha advertido que el caso afecta a la credibilidad de la industria alemana. Por su parte, el Ministerio de Sanidad, a través de un portavoz, ha declarado que ese tipo de experimentos no tenían ningún sentido ya que hay suficientes datos que prueban que los gases emitidos por los motores diésel son dañinos para la salud.
El debate se desató después de que diversas publicaciones de prensa en Estados Unidos y Alemania revelasen que en 2013 el EUGT encargó una investigación en la que se hizo inhalar gases a monos y a seres humanos con el presunto propósito de determinar los efectos que tiene el dióxido de nitrógeno (NO2) sobre el sistema respiratorio y sobre la circulación sanguínea. Los experimentos se realizaron en 2015 y un directivo de VW, actualmente detenido en Estados Unidos por el escándalo de manipulación de las emisiones, habría llevado personalmente un Volkswagen Beatle al laboratorio para las pruebas, el Lovelace Biomedical de Alburqueque (EEUU).
Las emisiones del coche se condujeron a una pequeña habitación donde se habían encerrado diez monos. Los experimentos con monos ya habían generado algunas reacciones a finales de la semana pasada y este lunes varios medios, entre ellos el Stuttgarter Zeitung y el Süddeutsche Zeitung, revelan que también se realizaron pruebas con personas.
El presidente del Consejo de Vigilancia de Volkwagen, Hans Dieter Pötsch, también ha criticado los supuestos experimentos. «En nombre del conjunto del Consejo de Vigilancia me distancio con total determinación de este tipo de prácticas», ha afirmado Pötsch desde la sede de Volkswagen en Wolfsburgo y ha considerado que esos experimentos «no son de ningún modo comprensibles». Daimler, a través de un comunicado, dice que los experimentos no tienen ninguna justificación y que debieron impedirse.