La abstención de Podemos y los independentistas tumbará el techo de gasto
Unidos Podemos ha decidido finalmente abstenerse en la votación de este viernes en el Pleno del Congreso de la nueva senda de consolidación fiscal que flexibiliza en cinco décimas el margen de déficit público para 2019, lo que supone cerca de 6.000 millones más de gasto para las administraciones públicas, y que será el primer examen del techo de gasto para el próximo año.
La abstención de Unidos Podemos y los partidos independentistas y el anunciado voto en contra del PP y Ciudadanos tumbará este viernes en el Congreso la aprobación de la senda de consolidación fiscal, que será el primer examen del techo de gasto para el próximo año. Esa senda de consolidación fiscal flexibiliza en cinco décimas el margen de déficit público para 2019, lo que supone cerca de 6.000 millones de euros más de gasto para las administraciones públicas.
Unidos Podemos, PDeCAT y ERC, además de Compromis y Nueva Canarias, han avanzado esta mañana que se abstendrán en la votación de hoy, por lo que, salvo sorpresas, solo contará con el voto favorable del PSOE y del PNV. La abstención de estos grupos, que apoyaron a Pedro Sánchez en la moción de censura contra Mariano Rajoy, hará caer los planes del gobierno en su primer debate y votación del techo de gasto de 2019, base para la elaboración de las cuentas públicas de 2019. La portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, ha admitido que el Gobierno tendrá que presentar otra senda de déficit público dentro de un mes.
Unidos Podemos considera que se trata de «un techo de gasto diseñado para conseguir el voto del PP», ya que las cifras impulsadas por el Gobierno «dejan 5.000 millones de oxígeno presupuestario por el camino», según fuentes del grupo parlamentario recogidas por Efe. En opinión de la formación morada y sus confluencias, con esas cifras el PSOE solo ha mirado a la mayoría absoluta del PP en el Senado, cuando lo que tenía que haber propuesto en primer lugar era una reforma de la ley de estabilidad presupuestaria que se tendría —a su juicio— que «acelerar».
«Estamos dispuestas a colaborar en un pack antiausteridad que saque de la crisis de precariedad en la que ha sumido a España el PP», han señalado las mismas fuentes tras apostar también por levantar la regla de gasto «que ahoga a los Ayuntamientos» y derogar los reales decretos de «racionalización del gasto que ahogan la sanidad, la educación y la dependencia».
De los partidos independentistas, ERC también ha decidido abstenerse, según ha explicado el portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián, que ha dejado claro que la abstención de su grupo al techo de gasto para 2019 no tiene nada que ver con motivos relacionados con la posición del Gobierno sobre el «procés» sino que muestra el rechazo a una propuesta neoliberal «que firmarían Rajoy y Montoro». La moción de censura que ha permitido gobernar a Pedro Sánchez «no iba solo de echar al PP sino también de echar sus políticas neoliberales» y, por tanto, no apoya la propuesta, ha explicado, porque entiende que el planteamiento que hoy trae el Ejecutivo al Congreso va en la misma línea del Gobierno anterior.
PDeCAT también ha optado por la abstención. Su portavoz parlamentario, Carles Campuzano, ha advertido de que la flexibilización del déficit es insuficiente y pide además un cambio en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera para relajar la regla de gasto y para cambiar el procedimiento de una norma que impide que la última votación la tenga el Congreso.
Por su parte, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha asegurado que le parece «incomprensible y doloroso para los ciudadanos españoles» la decisión de Podemos y ERC de abstenerse en la votación del déficit y el techo de gasto. «Podemos y ERC tendrán que explicar a los ciudadanos su decisión», ha añadido, y ha señalado que la decisión de estas fuerzas es «una estrategia electoralista».
El Ejecutivo trae a la Cámara Baja un límite de gasto no financiero de 125.064 millones de euros para 2019, un 4,4% superior al de 2018 y unas metas de déficit más flexibles, que negociadas con Bruselas, sitúan los objetivos en el -1,8% del PIB para el próximo año y en el -1,1% y -0,4% para 2020 y 2021, respectivamente.
Esta relajación de la senda de déficit representa unos 6.000 millones de euros más de margen, que se reparten en unos 2.400 millones más para las Comunidades Autónomas, otros 2.400 millones para la Seguridad Social y cerca de 1.200 millones más de margen para el Estado.
El Gobierno ya ha avisado de que si los objetivos son rechazados mañana y no pasan a ser votados en el Senado los Presupuestos deberán adaptarse a la senda de déficit anterior y que el techo de gasto debería ajustarse en unos 1.200 millones y situarse alrededor de los 123.864 millones. Fuentes socialistas parlamentarias señalan a EFE que «no tiene sentido poner un veto a un presupuesto más restrictivo de lo que nos ha permitido Bruselas» y «castigar» a los españoles.