La familia de Álex, el niño de 9 años asesinado el pasado 28 de octubre en Lardero (La Rioja), ha expresado este sábado su agradecimiento por el comportamiento de los medios de comunicación ante este «trágico suceso» y ha pedido que les dejen «pasar el duelo y el dolor en privacidad».
«Queremos ya vivir tranquilos; bastante hemos sufrido y nos toca mucho todavía que sufrir», ya que «tenemos que vivir sin la presencia de Alex, lo vamos a llevar siempre en el corazón», ha añadido Gonzalo Martín, tío abuelo del menor, en declaraciones a los periodistas a la salida del funeral, oficiado en la parroquia de Lardero.
Con estas palabras y, en nombre de la familia, Gonzalo Martín ha puesto «punto y final» a este «trágico suceso» en la parte que les corresponde, porque «somos una familia de a pie, no nos gusta estar en boca de los medios y queremos vivir tranquilos».
La iglesia de San Pedro de Lardero, abarrotada de familiares y amigos, ha despedido al menor entre numerosos ramos de flores y dos fotografías en tamaño grande con la imagen de Álex, junto a tres globos de color rojo en forma de corazón y uno en plata.
Entre los asistentes al funeral también han estado la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, y el alcalde de Lardero, Manuel Vallejo.
Un profesor de Álex, quien estudiaba en el colegio Jesuitas de Logroño, ha leído una carta, que, según ha dicho, escribió al día siguiente de ocurrir el suceso, en la que le ha descrito como «una gran persona, inquieto, con una sonrisa de oreja a oreja», a quien gustaban las películas de miedo, las máscaras y la fiesta de Halloween. «Decías que te encantaba Halloween y con él te has ido, pero no con el monstruo que a ti te encantaba», sino con otro «verdadero monstruo», ha lamentado, en alusión a Francisco Javier Almeida, de 54 años y vecino de Lardero, detenido como presunto autor del homicidio y quien estaba en libertad condicional desde abril de 2020.
Otro de los testimonios durante el funeral ha sido el de Gonzalo Martín, que también ha hecho alusión a la alegría con la que Álex vivía la fiesta de Hallowen, y a sus disfraces. Tras dar un beso al niño en una de las imágenes, ha concluido la lectura de otra carta escrita al menor, a quien también ha definido como «alegre, risueño, amigo de sus amigos y la alegría de la familia».
El sacerdote que ha oficiado el funeral, visiblemente emocionado, ha leído otra carta que ha escrito para el pequeño y que ha suscitado el aplauso de los asistentes.