La UE prohíbe la importación de productos de origen ruso (marisco, madera, alcohol...)
Los países miembros de la UE, bajo las órdenes de Bruselas, cesarán la compra de marisco, alcohol, cemento, carbón y madera de origen ruso
Como parte del quinto paquete de sanciones contra Rusia, la Unión Europea ha acordado prohibir la importación de diferentes materias primas provenientes del país presidido por Vladimir Putin. En concreto, los países miembros de la UE, bajo las órdenes de Bruselas, cesarán la compra de marisco, alcohol, cemento, carbón y madera de origen ruso. Sin embargo, el veto va más allá y prohíbe también las transacciones financieras con cuatro entidades bancarias rusas, entre las que se incluye el VTB, segundo banco más importante del país.
La postura de Bruselas
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha destacado la necesidad de continuar implementando las sanciones con la «máxima presión» para que estas puedan seguir siendo efectivas, puesto que considera que Occidente se encuentra en un «punto crítico». Se calcula que las medidas aplicadas puedan llegar a tener un impacto de 4.000 millones de euros sobre la economía rusa.
La UE también ha fijado un veto a la entrada de barcos rusos a los puertos europeos, a excepción de aquellos que importen energía, productos agrícolas o alimentarios y ayuda humanitaria. Asimismo, la organización se ha propuesto vetar a los operadores de transporte de carretera tanto de Rusia como de Bielorrusia y prohibir cualquier exportación en materia tecnológica a Rusia, lo que impide la venta de semiconductores o equipos de transporte y computación cuántica. Esta última medida supondría a la suma un coste de 10.000 millones de euros para la economía rusa.
Por último, la Unión Europea ha propuesto la prohibición de la participación de las empresas rusas en cualquier contratación pública realizada en territorio europeo. Sin embargo, Bruselas todavía no se ha pronunciado sobre el veto a otras materias primas como el petróleo.
El quinto paquete de medidas llega días después de que el Kremlin elaborara un listado con países considerados «hostiles» a los que obligaba a pagar el gas ruso en rublos, la moneda del país, además de forzarlos a abrirse cuentas bancarias en Gazprombank, la única entidad bancaria aprobada por el Gobierno de Putin.
Sanciones impuestas hasta el momento sobre Rusia
Hasta el momento, la Unión Europea ha aprobado cinco paquetes de sanciones contra Rusia desde que comenzó la invasión de Ucrania, que se suman a las que existían desde 2014 después de que tuviera lugar la anexión de Crimea por parte del Kremlin. Todas ellas tienen el objetivo de debilitar la economía rusa, así como la financiación de sus principales lazos políticos.
Durante los primeros días de guerra se actuó para impedir que el banco central de Rusia pudiese usar sus reservas de divisas en el extranjero, una decisión conjunta de las grandes jurisdicciones mundiales, de la UE, EE UU, el Reino Unido, Canadá, Japón, Australia y Suiza. No obstante, la UE ya había reactivado el 23 de febrero, un día antes de la invasión, su política de sanciones a personas ligadas a Rusia. Los primeros en ser sancionados fueron los 351 miembros de la Duma, el Parlamento ruso, que votaron a favor de la independencia de las regiones separatistas del Donbás. Actualmente hay 877 personas en dicha lista, entre los que figuran miembros de las élites más cercanas al presidente Vladimir Putin.
Otra de las medidas aplicada antes del inicio del conflicto fue la restricción de la actividad de empresas europeas en las regiones separatistas del Donbás, así como la prohibición del comercio de bienes y tecnologías de transporte, telecomunicaciones, petróleo, gas y recursos minerales para su uso en estas regiones, y también importar mercancías salidas de allí.
También se han impuesto sanciones al sector energético ruso, principal motor económico del país, a pesar de que la Unión Europa no haya interrumpido en ningún momento la compra de gas y petróleo de Rusia, como sí ha hecho Estados Unidos. Además, las sanciones contemplan la restricción a la inversión en entidades rusas, así como aquellas aplicadas al sector militar ruso que tratan de frenar la exportación de material del Ejército.
Por último, también se ha visto perjudicado por estas medidas el transporte ruso por aire y mar, dos puntos clave para el abastecimiento del exterior y la conectividad.
Consecuencias de las sanciones europeas
Las consecuencias económicas para el país invasor se hacen cada vez más visibles. En Rusia se ha vuelto algo más que habitual encontrar estantes vacíos por completo en los supermercados y peleas en las colas para adquirir ciertos alimentos de primera necesidad. Todo ello como resultado de las sanciones financieras y restricciones comerciales impuestas desde el inicio de la guerra por parte de las potencias occidentales.
Los precios en los supermercados rusos se han disparado y el desabastecimiento se ha llevado por delante muchos de los productos más básicos, como el azúcar. A la falta de productos del sector alimenticio se suman también el enorme número de empresas extranjeras de la talla de Procter & Gamble (P&G), con marcas como Ariel, Gillette, Oral-B o Tampax, que han anunciado la cancelación de sus planes de inversión en Rusia.La situación en el país ha derivado en una compra compulsiva de los consumidores provocada por el pánico a una subida constante de los precios que ha generado, a su vez, una mayor falta de abastecimiento. De esta manera, la economía rusa se ha convertido en una especie de ciclo en el que el aumento de precios, lleva a la compra sin medida y, de ahí, al desabastecimiento.