Las estatinas, el fármaco para el colesterol que podría provocar daños irreversibles en el riñón
La rosuvastatina pertenece a esta familia de medicamentos y se receta al 12% de pacientes con esta condición médica
Las estatinas son una medicación eficaz empleada para rebajar los niveles elevados de colesterol. A esta familia pertenece la rosuvastatina, que se receta a cerca del 12% de los pacientes que presentan esta condición en España.
Ahora, los datos sanitarios que recoge la revista Journal of the American Society of Nephrology muestran que las dosis más fuertes de este medicamento podrían ser dañinas para los riñones. No obstante, la revista también aclara que la publicación es de carácter informativo y, por tanto, no tiene como objetivo ofrecer una recomendación médica a los pacientes. Ningún tratamiento con rosuvastatina, según señala en un editorial, tiene que interrumpirse sin consultar antes esto con el médico de cabecera del paciente.
Los informes relacionarían el consumo de rosuvastatina con indicios de daño en el riñón. Concretamente con la hematuria (cuando aparece sangre en la orina) y la proteinuria (proteína en la orina). Para contratar estos efectos, el equipo de la doctora Jung-Im Shin, quien es profesora además en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, analizó los registros electrónicos de datos sanitarios de 152.101 pacientes con esta medicación prescrita entre 2011 y 2019. Estos datos los compararon con los de 795.799 usuarios de otros fármacos contra el colesterol.
La mediana de seguimiento que establecieron fue, además, de unos 3,1 años. Durante ese tiempo, el equipo detectó la presencia de hematura en el 2,9% de los pacientes y un 1% de proteinura. En base a esto, los científicos determinaron que el riesgo de presentar sangre en la orina era un 8% mayor, y el de la proteína en la orina, un 17% superior. También, las posibilidades de desarrollar un fallo hepático que precisaran diálisis o transplantes aumentaron hasta un 15%.
Además, los investigadores señalan que el riesgo incrementará aún más cuanto mayor sea la dosis del fármaco. Por otra parte, los datos mostraron que el 44% de los pacientes con una enfermedad renal avanzada estaban tomando dosis por encima de lo que recomienda la US Food and Drug Administration, la agencia sanitaria de Estados Unidos, para las personas que tengan algún problema de la función renal.
Shin explica que el estudio concluye «que se daba un riesgo mayor de hematuria y proteinuria, así como de fallo renal, mientras los beneficios para la salud cardiovascular eran similares». «Las dosis elevadas de medicación podrían ser contraproducentes por la elevación de estos riesgos, incluso en una pequeña proporción, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas del riñón», añade la doctora.
Efectos secundarios de las estatinas
Por sí solas, las principales reacciones adversas de las estatinas son el daño muscular y hepático. También existe riesgo de desarrollar diabetes tipo2. Además, algunos estudios han encontrado relación entre el malestar muscular y un posible efecto nocebo.
Este es el contrario que el efecto placebo: si el segundo hace referencia a los efectos beneficiosos en sustancias inofensivas, el primero califica a aquellos efectos negativos de los productos que, en teoría, no deben afectar a esa función específica.
Además de todo esto, un estudio de JAMA Internal Medicine que publicó en marzo de 2022 va más allá y pone en entredicho incluso la parte supuestamente más segura de estos tratamientos: la prevención secundaria. La reducción del riesgo absoluto en estos casos fue superior que en el caso de la primaria, pero tampoco fue demasiado.
Concretamente, las cifras fueron de un 0,9% para la mortalidad por cualquier causa y del 0,7% para el ictus. El único caso en el que la protección se elevó algo más, alcanzando el 2,2%, es en el del infarto de miocardio.
Otros factores que afectan al riñón
Hay otra serie de factores que influyen en el estado de los riñones, y que pueden derivar en enfermedades como el cáncer de riñón. Algunos de ellos son:
- Tabaquismo.
- Obesidad.
- Hipertensión arterial.
- Algunos medicamentos como el acetaminofeno.