El uso de efectivo y las compras con tarjeta frenan su escalada y apenas crecen este año
Las retiradas de metálico en cajeros subieron en el primer trimestre un 1,5% y los pagos con dinero de plástico, un 7,9%
La crisis de los precios, la incertidumbre económica y las estrecheces en los bolsillos de los españoles están pasando factura a los ciudadanos. Hasta tal punto que el uso del efectivo y las compras con tarjeta han frenado su escalada y apenas suben este año. Ambas variables son claves para determinar el nivel de consumo de los particulares, principalmente, y, por ende, de su influencia en el crecimiento de la economía.
Desde que la inflación empezó a desbocarse, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los dos parámetros están sufriendo una acusada desaceleración en términos generales. Los últimos datos del Banco de España, recabados por THE OBJECTIVE, así lo certifican.
Las cifras indican que en el primer trimestre de 2024 la retirada de metálico en los cajeros automáticos alcanzó los 29.472 millones de euros, lo que supone un avance de solo el 1,51% interanualmente. Este porcentaje contrasta con el incremento del 4,25% de 2023 y del 7,80% de 2022. El comportamiento de las operaciones para sacar estas cantidades es, incluso, peor, ya que retrocedió un 1,47% entre enero y marzo del presente ejercicio, reflejando una cada vez un mayor volumen de fondos por transacción para evitar comisiones por parte de los clientes.
Por su parte, las compras en comercios registradas en los terminales punto de venta (TPV) y pagadas con las tarjetas ascendieron a 61.946 millones de euros, aumentando así un 7,9%. En 2023 se elevaron un 9,3%, pero en 2022 se dispararon un 19,6% manteniendo los ritmos tras los peores efectos de la covid.
Alertas de una desaceleración desde hace meses
Algunos bancos venían desde hace tiempo advirtiendo de la desaceleración en el uso de del efectivo y de los pagos con tarjetas atendiendo a sus datos internos, con caídas mensuales puntuales en alguna de estas variables. Así, por ejemplo, BBVA señaló que el pasado agosto de que las adquisiciones con dinero de plástico experimentaron un ligero descenso del 0,4% a pesar del tirón del turismo durante el pasado verano.
BBVA, al igual que Caixabank, meses antes ya anticipaba que se estaba deteriorando el consumo de los ciudadanos, una tendencia que se ha ido confirmando a lo largo de 2023 y principios de 2024. Entonces, las casas de análisis de ambos bancos apuntaban que se estaba produciendo un fuerte deterioro en el consumo de los españoles en términos reales, sin tener en cuenta el efecto de la inflación.
Otro indicador para medir la fortaleza de la economía, además de las retiradas de efectivo y el gasto con tarjetas, es la inversión extranjera. Tal y como publicó la semana pasada este periódico, la entrada de capital foránea directa bruta se comportó peor que las anteriormente citadas. Así, de acuerdo con la Secretaría de Estado de Comercio, entre enero y marzo bajó un 33%, hasta los 6.679 millones de euros.
La evolución de todos estos indicadores contradicen, en parte, los mensajes que lanza el Gobierno sobre la buena marcha del país. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestó a mediados de mayo que la economía española no va como una moto, sino como «un cohete», a pesar del contexto de incertidumbre y complejidad geopolítica internacional. «Nosotros no hacemos milagros económicos, pero gobernamos mucho mejor que la derecha en la política económica», señaló el mandatario.
Las palabras de Sánchez, eso sí, se produjeron antes de que distintos organismos y entidades hayan mejorado las expectativas de crecimiento, debido, principalmente, a los datos de empleo. Estas cifras compensan una parte del efecto negativo del comportamiento de las retiradas de efectivo o la inversión extranjera. El propio Banco de España ha elevado al 2,3% la previsión en el alza del producto interior bruto (PIB) para este año y ha reducido la tasa de paro a final de ejercicio hasta el 11,6%. El Gobierno ya ha anunciado que subirá su pronóstico hasta el 2,5% el crecimiento.
Algunos banqueros y empresarios han alabado la gestión del Ejecutivo. Recientemente, el presidente de BBVA, Carlos Torres, felicitó en persona a Sánchez por la marcha de la economía, aunque también es cierto que necesita su ayuda para sacar adelante la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada sobre el Sabadell en los términos expuestos. Moncloa se ha posicionado en contra de la operación, pero tras dichas declaraciones y la reunión que mantuvieron ambos dirigentes, ha suavizado los términos de su oposición a la transacción.