San Fermín en cinco postales
Los mejores sanfermines son los que no se planean, aquellos que fluyen como el vino que se derrama, como los toros que galopan por la Estafeta, como los gigantes que danzan sobre los adoquines.

Los mejores sanfermines son los que no se planean, aquellos que fluyen como el vino que se derrama, como los toros que galopan por la Estafeta, como los gigantes que danzan sobre los adoquines.
El domingo volverán las urnas aquejadas de una falta notable de color, aunque todavía existen muchos, como dice esta canción, capaces de emocionarse en estas calles de andar inmortal. Brindemos por ellos, vengan por la izquierda, el centro o la derecha.
Preguntado por la dificultad que supuso la reactivación de la economía polaca, Leszcek Balcerowicz dice: Bueno, en realidad no fue tan difícil; la gente estaba harta del socialismo
El patio del pájaro azul dibuja una libertad sin precedentes. Convierte a los usuarios en vecinos de una misma comunidad, independientemente de sus ingresos o condición.
La guerra es la peor de las consecuencias del pasado: asesina al presente y condiciona el futuro. Las ataduras, gruesas e insalvables, trasladan la sangre y el horror a los días de paz.
Y tú, ¿hubieras cogido ese sobre de dinero negro? ¿Pondrías la mano en el fuego por ti mismo? ¿La corrupción es consustancial al poder? ¿Todos somos Luis Roldán?
Qué emoción la de los penaltis. Cuánta literatura, cuántas canciones de por medio. Los artistas aprovechan los once metros para ilustrar amores imposibles, dramas familiares, finales inminentes, y principios esperanzadores.
El pitillo y el alquitrán, como la existencia, pueden traer el fin antes o después. Cuestión de tiempo, de suerte, de decisiones que comprometen, pero que no asesinan.
Una atmósfera shakesperiana llena de amores, odios, envidias y celos rodea la cúpula de Podemos.