Trampantojo
Uno ve lo que quiere, o por lo menos lo que elige su ojo que no es más que un manipulador avanzado en el arte del engaño. Uno ve según vio alguna vez y en ese juego de espejos aparecen miedos y certezas antiguas, penas y alegrías enquistadas en lo más hondo de lo que los neuropsiquiatras llaman psique. Uno contempla una foto y el de al lado distingue en ella otro ángulo que a ti se te ha escapado o que has desestimado, porque con un vistazo ya tienes una idea. Nuestra mente también trabaja el trampantojo y nos hace olvidar que ni la verdad ni la realidad son únicas. No existe en este plano un mensaje lineal.
