La UE no obtiene "nada nuevo" de May para desbloquear las negociaciones del Brexit
La primera ministra británica, Theresa May, no propuso «nada nuevo» a sus socios europeos este miércoles para desbloquear la negociación del Brexit,
La primera ministra británica, Theresa May, no propuso «nada nuevo» a sus socios europeos este miércoles para desbloquear la negociación del Brexit, encallada en el problema irlandés, pero se mostró abierta a la idea de prolongar el período de transición una vez que se haga efectivo el divorcio y Reino Unido abandone la Unión Europea.
La UE esperaba nuevas propuestas de May, pero en un discurso ante sus socios europeos ésta no presentó nada nuevo, por lo que los mandatarios instaron al negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, «a seguir con sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo», agregó.
«No hubo nada sustancialmente nuevo en el contenido, pero percibo una voluntad política de avanzar«, dijo el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, tras escuchar el discurso de unos 15 minutos de May ante los otros 27 mandatarios europeos en el primer día de la cumbre que se celebra en Bruselas.
«Francamente, mucho de lo que May nos dijo ya lo sabíamos», dijo, por su parte, el canciller austríaco, Sebastian Kurz, al término de una cena de trabajo sin May, pero con el resto de mandatarios europeos para abordar el estado de la negociación.
El capítulo sobre la factura que tiene que pagar Londres por abandonar la UE y la cuestión sobre los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido tras el Brexit, y viceversa, están casi cerrados, pero ambas partes no logran acordar una solución para la cuestión irlandesa.
El tiempo corre, pues Reino Unido se marcha el 29 de marzo, pero el objetivo es lograr un acuerdo como muy tarde en noviembre para dar tiempo a su ratificación por la Eurocámara y por el Parlamento británico, donde May, bajo presión del ala euroescéptica de su partido, goza de una frágil mayoría.
La UE había fijado esta cumbre como la de «la hora de la verdad» para constatar progresos suficientes de cara a un acuerdo, que la Eurocámara y el Parlamento británico pudieran ratificar a tiempo antes de la marcha del Reino Unido en marzo, pero las negociaciones están encalladas, especialmente en la cuestión irlandesa.
«Hemos demostrado que podemos hacer acuerdos difíciles juntos de manera constructiva. Sigo confiando en un buen resultado. La última etapa requerirá coraje, confianza y liderazgo por ambas partes», dijo May a sus todavía socios europeos, según una fuente del Gobierno británico, citada por AFP.
La primera ministra británica, que según la prensa de su país fue «humillada» en septiembre por el rechazo de la UE a sus planes para el Brexit, dijo que «sigue plenamente comprometida en la búsqueda de un respaldo jurídicamente operativo» para el problema de Irlanda, añadió esta fuente.
Ambas partes quieren alejar la idea de un Brexit sin acuerdo, que podría tener un impacto negativo en sus economías, según el Fondo Monetario Internacional. Tanto Londres como Bruselas se preparan, no obstante, para este escenario.
Los 27 hicieron un llamamiento al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para «trabajar con mucho más vigor sobre un escenario de ausencia de acuerdo», explicó el jefe del gobierno holandés, Mark Rutte. «No es lo que esperamos que ocurra, pero tenemos que estar preparados».
Tras la intervención de May, sus socios debatieron sobre la situación con el negociador europeo, Michel Barnier, quien momentos antes dijo a la prensa que se necesitaba «tiempo, mucho más tiempo» para alcanzar un acuerdo «adecuado para todos y para todos los problemas».
Los británicos pondrán fin a más de cuatro décadas de pertenencia al proyecto europeo. Para entonces, ambas partes deben finalizar el acuerdo de divorcio, otro relativo al período de transición y una declaración política sobre la futura relación, jurídicamente no vinculante.
La cuestión de cómo evitar la reintroducción de una frontera clásica entre la provincia británica de Irlanda del Norte y su vecina Irlanda, preservando a su vez el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998, sigue siendo el principal escollo en la negociación del divorcio.