China ha declarado jueves que «rechaza firmemente» el comunicado de las grandes potencias del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania), que han pedido que se «reconsidere» la puesta en marcha en Hong Kong de la polémica ley sobre seguridad nacional. En la ley propuesta por Pekín se encuentra una provisión que propone un mecanismo legal que permita al Legislativo chino prevenir y castigar una serie de supuestos, entre ellos el de «subversión contra el poder estatal», una acusación usada frecuentemente contra activistas pro derechos humanos en el país.
En contexto: el proyecto de Pekín llegó tras las grandes manifestaciones organizadas en 2019 en el territorio semiautónomo chino contra la influencia del Gobierno central, que dieron lugar a actos vandálicos y violentos y reforzaron el movimiento independentista en la excolonia británica. El texto, no finalizado, en el que está trabajando el parlamento chino, prevé castigar las actividades separatistas, «terroristas», la subversión o la injerencia extranjera en Hong Kong.
Tanto la oposición prodemocracia hongkonesa como varios países occidentales han advertido de que la iniciativa de Pekín podría cuestionar la autonomía otorgada al territorio semiautónomo. Pero, durante un encuentro en Hawái con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, el principal coordinador de la diplomacia china, Yang Jiechi, ha afirmado que China «rechaza firmemente el comunicado realizado por los ministros de Relaciones Exteriores del G7 sobre asuntos relacionados con Hong Kong», según un comunicado del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.
Este miércoles, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 habían instado «encarecidamente al Gobierno de China a que reconsidere esta decisión». El proyecto de ley «pone en peligro el sistema que ha permitido que Hong Kong prospere y que ha sido la clave de su éxito durante tantos años», han asegurado.