La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) ha autorizado este martes la fusión de CaixaBank y Bankia con el compromiso de que el nuevo grupo actuará para evitar la exclusión financiera y el posible endurecimiento de comisiones y condiciones comerciales.
Lo más importante: el análisis del CNMC concluye que la fusión –que dará lugar a la entidad líder en el mercado de servicios bancarios– pone en riesgo a la banca minorista, especialmente en lo que se refiere a presencia en pequeñas localidades y acuerdos para el uso de cajeros.
Tras el análisis de todos estos mercados en los que la nueva entidad financiera será líder, la CNMC ha llegado a la conclusión de que la fusión no supondrá una amenaza para la competencia en emisión de tarjetas, datáfonos, venta de seguros y la gestión de planes y fondos de pensiones, ya sea porque las cuotas resultantes «no son preocupantes» o porque existe la suficiente competencia.
Sin embargo, el análisis de la CNMC concluye que la operación sí supone una amenaza en determinados ámbitos del mercado de banca minorista. Ha identificado 86 códigos postales en los que la entidad resultante estará en una situación de monopolio (será el único banco presente presente en 21 códigos postales) o en situación de duopolio (competencia escasa en 65 códigos postales).