Consumo ocultó a los fabricantes la prohibición de publicitar la bollería 24 horas antes de anunciarlo
Gao Jing | Xinhua News
Los fabricantes de dulces se han quedado con un regusto amargo. El sector está dolido por la forma en que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunció el Real Decreto que va a prohibir la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigidas a menores de 16 años. Los productores de chocolates, galletas y helados lamentan que el ministerio no les informara de la decisión, a pesar de que habían estado reunidos 24 horas antes de que el ministro deslizara su intención. Fuentes de su departamento, en cambio, aseguran a THE OBJECTIVE que los fabricantes fueron puntualmente informados.
Un comunicado conjunto difundido por los productores indica que hace meses habían traslado una propuesta al ministerio para reducir esta publicidad en un 75%. Se quejan de que ni siquiera se ha evaluado su propuesta. «Nos enteramos de que habían roto las negociaciones el día del anuncio», afirman desde Produlce, una asociación que reúne a 67 fabricantes. Denuncian que nadie les comunicó las intenciones del Gobierno a pesar de que el 27 de octubre asistieron a una nueva reunión de la Comisión de Seguimiento del Código PAOS, en la que participan representantes gubernamentales, de los consumidores y de los productores. «Era una reunión rutinaria», reconocen fuentes de la asociación. Vistas las consecuencias, un día después dejó de serlo.
«Los menores son consumidores vulnerables y tenemos la obligación de protegerles frente a la publicidad», afirmó Garzón el 28 de octubre en Barcelona, durante un acto con la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau. Las fabricantes admiten que las relaciones están «rotas», aunque el Real Decreto es aún una entelequia, pues no llegará al Consejo de Ministros hasta el próximo año. El ministro ha asegurado que el proyecto está avanzado porque se basa en décadas de investigación científica y que ya están al tanto las instituciones implicadas en su puesta en marcha. Entre ellas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV), que se encargará de velar por su cumplimiento, ya que, cuando la nueva normativa está vigente, publicitar estos productos será «un delito».
El sector perjudicado sostiene que el anuncio efectuado por Garzón es «una gota más en el proyecto personal del ministro de Consumo de demonizar productos alimenticios y confundir a los consumidores». Produlce asegura en una nota de prensa que existe «un amplio consenso a nivel internacional» sobre que la clave no está en ingerir los calificados como productos insanos, sino en «una alimentación equilibrada, en el contexto de unos hábitos saludables». Elena Moreno, nutricionista de la Clínica FEMM, sostiene que es positivo que se acote la publicidad de estos productos, pero alerta de que «no todo es culpa de la alimentación». Respalda a los productores en su solicitud de no dejar de lado la educación, la información y el fomento de la actividad física, más siendo España uno de los países con mayor sedentarismo de la UE.
«El porcentaje de obesidad infantil se ha doblado en las últimas dos décadas», reconoce la doctora Moreno. La Agencia Española de Nutrición y Seguridad Alimentaria (AESAN) reflejó en un estudio elaborado hace dos años que más del 40% de los niños de entre seis y nueve años de nuestro país tiene exceso de peso: el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad. Por eso, el ministerio quiere aplicar el documento que publicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015, que acota los niveles máximos de azúcar, grasas y sal aceptables que debe tener un producto destinado al público infantil. Aquellos que lo superen no podrán anunciarse en los canales infantiles. En la radio y televisión generalistas, esta publicidad se restringirá antes y después de los espacios destinados a los niños y en los de protección reforzada (de 8.00 a 9.00 horas y de 17.00 a 20.00 en días laborales; de 7.30 a 12.00 para fines de semana y festivos). Tampoco se podrán realizar anuncios en redes sociales, internet ni medios impresos, lo que producirá un agujero al sector publicitario que aún no se atreve a calificar.
Países de nuestro entorno
«El consumo de productos dulces supone solo un 2,8% de la ingesta anual total de alimentos en los hogares españoles, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Uno de los más bajos de la UE», explican los productores. A pesar de ello, inciden en que llevan años trabajando «para ofrecer alternativas y adaptarnos a los gustos y necesidades del consumidor con la ampliación de gamas, la reducción de porciones e, incluso, la mejora de la composición de nuestros productos». El ministerio recuerda que estas leyes que regulan la publicidad dirigida a niños ya está en vigor en varios países de nuestro entorno, como Reino Unido, Portugal y Noruega.
Los productores afirman que, como «sector responsable», quieren seguir dialogando y colaborando con las Administraciones, aunque afean las «últimas campañas y comunicaciones» del Ministerio de Consumo, que «incluyen mensajes erróneos». La industria de alimentación y bebidas es el primer sector industrial en España. Cerró 2020 con una producción superior a los 129.000 millones de euros, más de 33.000 en exportaciones. Da empleo directo a casi medio millón de personas y a 2,5 millones de manera indirecta, indican desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), integrada por 44 asociaciones y que cuenta con un representante en la Comisión de Seguimiento del Código PAOS. La organización no ha respondido a las preguntas de este periódico.
