La Fiscalía brasileña pide que se declare inconstitucional una fiesta taurina
La Fiscalía brasileña ha solicitado a la Corte Suprema que declare inconstitucional una ley del estado de Roraima (al norte de Brasil) que reglamenta la «vaquejada», una fiesta taurina muy arraigada en algunas regiones del país y en la que jinetes halan a los toros por el rabo para intentar derribarlos.
La Fiscalía brasileña ha solicitado a la Corte Suprema que declare inconstitucional una ley del estado de Roraima (al norte de Brasil) que reglamenta la «vaquejada«, una fiesta taurina muy arraigada en algunas regiones del país y en la que jinetes halan a los toros por el rabo para intentar derribarlos.
La Procuraduría General de la República, mediante una demanda por inconstitucionalidad ante el máximo tribunal, cuestiona una ley por la que el Gobierno del estado amazónico de Roraima reglamentó en 2013 este tipo de fiestas como una «práctica deportiva y cultural», según han confirmado portavoces de la corte.
El Supremo Tribunal Federal (STF) ya declaró inconstitucional en octubre pasado una ley semejante que permitía las «vaquejadas» en Ceará, pero después aclaró que su decisión no sentaba un precedente ni se podía aplicar para fiestas taurinas en otros estados.
La Fiscalía corre contra el reloj para que la Corte Suprema se pronuncie de forma definitiva sobre el caso porque, en medio de una intensa polémica sobre las fiestas taurinas en Brasil, el Gobierno sancionó a finales del año pasado una ley que reconoce las «vaquejadas» y los rodeos como «manifestaciones de la cultura nacional y del patrimonio cultural inmaterial».
Utilizando como base esta ley, el Senado aprobó en noviembre una enmienda constitucional que define como «no crueles» las prácticas deportivas con animales que han sido reconocidas como «patrimonio inmaterial o cultural brasileño».
La enmienda fue enviada a votación a la Cámara Baja, que aún no se ha pronunciado sobre una norma que puede impedir que la Fiscalía pida la inconstitucionalidad de las fiestas taurinas en otras regiones.
En su demanda contra la ley de Roraima, el procurador general de la República, Rodrigo Janot, alega que la norma viola jurisprudencia de la Corte Suprema y un artículo de la constitución que garantiza el derecho de los brasileños a un «ambiente ecológicamente equilibrado».
Según el procurador, la ley de Roraima autoriza una actividad que «inevitablemente somete a los animales a tratamiento violento y cruel«.
«La práctica de la ‘vaquejada’, pese a su antigüedad y su arraigo en ciertas regiones, es incompatible con los preceptos constitucionales que obligan al Estado a preservar la fauna, a garantizar un ambiente equilibrado y, especialmente, a evitar el tratamiento innecesario o cruel a los animales», agregó.
Desde que las «vaquejadas» fueron prohibidas en Ceará, diferentes asociaciones de ganaderos y vaqueros vienen presionando al Congreso para que apruebe la enmienda constitucional que garantice las fiestas taurinas en Brasil.
La Asociación Brasileña de Vaqueros (Abvaq) alega que estas fiestas dan empleo a unas 70.000 personas en todo el país.
Las «vaquejadas», cuyo origen se remonta al Siglo XVII, son una competición en la que una pareja de vaqueros montados a caballo intenta atrapar por el rabo a un toro con la intención de derribarlo y tumbarlo patas arriba en un espacio delimitado por dos líneas.
En Brasil se celebran, además, rodeos, como el de Barretos, en el estado de Sao Paulo, que es el más famoso y congrega a miles de personas cada año para presenciar la monta de los toros.