En un nuevo paso por adaptarse a las circunstancias que marca la pandemia del coronavirus, los Oscar admitirán a concurso aquellas películas que solo se hayan podido proyectar en autocines, una de las alternativas de ocio que más ha triunfado durante la pandemia.
En contexto: la crisis sanitaria ha transformado los premios más celebrados del séptimo arte. Ya en verano se anunció el aplazamiento de la edición de 2021 hasta el 25 de abril de 2021, dos meses más tarde de la fecha inicialmente prevista para los Oscar y sin tener claro en qué formato se entregarán.
La Academia de Hollywood ha modificado su reglamento, de nuevo, y ha asegurado que las cintas que se hayan proyectado al menos una vez al día en esas instalaciones podrán competir en todas las categorías generales de los galardones, incluida en la de mejor película.
Aún así, la institución mantiene el resto de requisitos exigidos para la exhibición habitual en cines, como que la proyección se programe de manera regular como mínimo durante una semana en alguna de las siguientes ciudades: Los Angeles, Nueva York, San Francisco, Chicago, Miami o Atlanta.
Unos meses antes, además, se aprobó una excepción para aquellos largometrajes que no habían podido ser estrenados en salas y tuvieron que abrirse al streaming. «Hasta nuevo aviso, y solo para la 93 edición de los Premios, las películas que tenían planificado un estreno en cines, pero que antes estén disponibles en un servicio de emisión digital —streaming—, podrán ser candidatas para las categorías de mejor película, los apartados generales y los de especialidad», informó la Academia.
Hasta ahora, la normativa exigía que las cintas aspirantes a los Óscar se proyectasen en cines del condado de Los Ángeles y durante, al menos, siete días consecutivos. Algo que, por ejemplo, Netflix tuvo que hacer para que Roma y Marriage Story entrasen en concurso.
