El terror de ETA en 10 datos
Resumimos cincuenta años de violencia en diez estadísticas: víctimas, heridos, extorsionados y atentados más sangrientos
Resumimos cincuenta años de violencia en diez estadísticas: víctimas, heridos, extorsionados y atentados más sangrientos
Este miércoles se cumplen diez años de aquel comunicado en el que ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada. Se ponían fin así a más de cincuenta años de violencia en los que la banda trató de imponer su visión política del País Vasco por medio del terror.
A continuación, resumimos esas décadas destacando diez estadísticas.
1. Número de víctimas
Aunque existen distintas cifras de los asesinados por ETA, la más extendida es la de 853. El primero de ellos fue el guardia civil José Pardines Arcay, que en 1968 fue tiroteado en un control de carretera. El último, un policía francés, Jean-Serge Nèrin, el 16 de marzo de 2010. En territorio español, los guardias civiles Diego Salvà Lezáun y Carlos Sáenz de Tejada fueron los últimos asesinados por ETA, ambos en el atentado del cuartel de Palma Nova, el 30 de julio de 2009.
De estos 853 asesinatos, 377 permanecen aún sin resolver.
2. Las víctimas, por profesión
Entre los objetivos de ETA descollaron siempre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. En concreto, estas suponen el 58,85% de las víctimas: 206 guardias civiles, 149 policías nacionales y 86 militares.
Otros objetivos de ETA también tuvieron un marcado carácter ideológico, como los 24 asesinatos de políticos (3,75% del total), jueces, fiscales o periodistas.
Pero, más de un tercio de los muertos, un 37,4%, fueron civiles, víctimas colaterales del terror que ETA trató de imponer a la sociedad española. De esta forma, fueron asesinados, por ejemplo, 15 comerciantes, 14 taxistas, 14 amas de casa y 8 camareros.
3. Los niños que ETA asesinó
Tal vez lo más execrable de la larga historia criminal de ETA sean los 21 menores que murieron fruto de acciones terroristas.
El primero de ellos fue José María Peiró Caraballo, asesinado el 29 de marzo de 1980 en Azpeitia (Guipúzcoa) cuando le alcanzó una bomba que había sido colocada para atentar contra un guardia civil.
Otro caso, el del joven de 14 años Alfredo Aguirre, asesinado en Pamplona el 30 de mayo de 1985, se narra de forma estremecedora en el documental Relatos de plomo.
4. Los atentados más sangrientos
Una de las técnicas más utilizadas por la banda terrorista a la hora de atentar era la instalación de coches bomba en lugares públicos o estratégicos, con el objetivo de causar el mayor número de víctimas posible. Estos son los cinco ataques más mortíferos de la banda:
- Atentado del Hipercor de Barcelona (19 de junio de 1987): 21 muertos.
- Atentado de la cafetería Rolando de Madrid (13 de septiembre de 1974): 14 muertos.
- Atentado de la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza (11 de diciembre de 1987): 11 muertos, 5 de ellos niñas.
- Atentado de la plaza República Dominicana de Madrid (15 de julio de 1986): 12 muertos, todos guardias civiles.
- Atentado de la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic (29 de mayo de 1991): 10 muertos, 5 de ellos niños.
5. El año más duro
Dentro de lo que se conoce como los años de plomo, uno destaca por encima del resto. Se trata de 1980, con 97 muertos. En aquella época, ETA mataba de media a una persona cada tres días, por lo que, como escribió Arcadi Espada, la escalofriante frecuencia de asesinatos hacía que en la prensa “algunos crímenes se escurrieran por el sumidero de un breve”.
Cabe destacar, además, que ETA redobló su acción criminal precisamente durante la Transición, cuando España caminaba hacia un sistema democrático. Este hecho desmontó en su momento el argumentario de la banda de haberse constituido como uno más de los movimientos surgidos contra el franquismo.
6. El terror, por lugares
Algunas zonas de España fueron especialmente golpeadas por el terror de ETA. En términos absolutos, las víctimas se concentraron especialmente en el País Vasco (575), en Madrid (123), en Cataluña (54) y en Navarra (42). Si adaptamos las cifras a la población de cada región, se observa una especial incidencia en la Comunidad Foral, que aparece situada solo por detrás del País Vasco en cuanto a concentración de actividad terrorista.
7. Los heridos
Una estadística que no suele aparecer en los balances sobre la acción terrorista de ETA es la del número de heridos. Al margen de los muertos, se calcula que 2.597 personas resultaron heridas en atentados de la banda.
Una de las heridas más mediáticas es Irene Villa, que perdió las dos piernas y tres dedos de la mano izquierda en el atentado que sufrió el 17 de octubre de 1991.
8. Los secuestros
ETA utilizó también el secuestro como arma política, bien con el objetivo de chantajear a las autoridades o para obtener rédito económico con el que mantener su estructura. La banda secuestró a alrededor de 80 personas.
El caso más famoso fue el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que pasó 532 días en un zulo de 3×2,5 metros.
9. La extorsión
Otro elemento habitual en el modus operandi de la banda fue la extorsión a empresarios del País Vasco, exigiéndoles el pago del llamado impuesto revolucionario para llenar las arcas de la organización criminal.
Entre 10.000 y 15.000 empresarios recibieron durante décadas las infames cartas de ETA exigiendo dinero bajo la amenaza del secuestro o el asesinato. Muchos de ellos sufrieron en silencio las intimidaciones de la banda y no pocos lo pagaron con su vida.
Otros optaron por escapar de aquel reino de terror en la que se había convertido su tierra. Los cálculos varían, pero se estima que decenas de miles de personas se exiliaron del País Vasco en aquellos años.
10. El acercamiento de los presos
Por último, otra cuestión que siempre ha rodeado a la banda ha sido el trato de los etarras juzgados y condenados por sus crímenes. Gobiernos de todo color desde Felipe González comenzaron a abrir la mano con la en su momento férrea política de dispersión para ir acercando poco a poco a los presos a las cárceles del norte de España, una vieja reivindicación de la izquierda abertzale.
En total, los ejecutivos del PSOE han acercado a 1.076 presos, por los 803 del PP.