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Alejandro Sanz regresa a las esencias para olvidar Miami (y sus onerosos lujos)

La crítica ha saludado la recuperación de sus mejores registros en el primer concierto tras el covid, celebrado junto al barrio madrileño que lo vio crecer

Alejandro Sanz regresa a las esencias para olvidar Miami (y sus onerosos lujos)

Alejandro Sanz inicia su gira en el Wanda Metropolitano de Madrid. | Europa Press

Alejandro Sanz ha vuelto. Intenso pero relajado, gustándose y gustando, el sábado arrancó en Madrid su gira española, una de las más esperadas por los aficionados a los conciertos a lo grande, frustrados por el maldito coronavirus. Lo hizo en el Wanda Metropolitano, a tiro de piedra de Moratalaz, popular barrio que lo vio crecer en la música, Moratalaz. Un lugar cargado de energía castiza para un renacer que la crítica ha aplaudido como ejemplo de madurez y de regreso a lo mejor de sus esencias: baladas, toques flamencos, sintonía con el gran público. Lejos queda (de momento, veremos si se trata de un paréntesis o algo más) la tumultuosa vida de superestrella en Miami, meca de la música latina y fábrica de éxitos y millones de dólares. Había, lógico, gran expectación por sus primeras palabras en un directo pospandémico. Empezando por él mismo: «Llevo mucho tiempo pensando qué iba a decir, pero ahora no tengo ni puñetera idea», reconoció, antes de dejarse llevar: «Si se acaba el mundo mañana, da igual, porque hoy estoy en Madrid». A la mierda el apocalipsis: el héroe vuelve a casa.

Como tal, antes de la aclamación de 45.000 fans incondicionales en el Wanda, ha tenido que atravesar una peripecia dolorosa, trufada de algunas de esas pruebas que templan el espíritu como una buena guitarra. Alejandro Sanz cumplió los 50 años en diciembre de 2018. Toda una encrucijada simbólica para cualquier ser humano, para alguien dedicado al espectáculo el vértigo se multiplica al ritmo exponencial que marcan las arrugas. En su caso, además, 2019 vino cargado de acontecimientos muy significativos tanto en su vida personal como en su carrera, ambos ámbitos intrínsecamente anudados en su sensibilidad de cantautor. 

A finales de ese año, Forbes titulaba: «Latin Grammys 2019: Alejandro Sanz Leads The Way». El cantante madrileño lideraba los premios más importantes de la lucrativa industria de la música latina con ocho nominaciones. Sin embargo, en lo personal, las aguas subían turbias. Tras siete años de matrimonio, estalló un sonoro divorcio con Raquel Perera, y las empresas que gestionaban y reinvertían el rédito económico de su talento musical comenzaron a mostrar agujeros preocupantes. El coronavirus puso el colofón a una situación crítica en todos los sentidos.

Alejandro decidió entonces dar un golpe de timón. Rumbo a casa. Para empezar, decidió vender su mansión en Miami Beach, máxima expresión, casi a lo Ciudadano Kane, de su entronización como una suerte de Julio Iglesias 2.0, «nuestro chico que triunfa en América». Tan icónica, que su venta supuso una auténtica conmoción en la ciudad. Portales inmobiliarios como Realtor mostraron los detalles del tremendo casoplón, que finalmente se llevó David Grutman, un conocido magnate de los nightclubs dispuesto a pagar 10,2 millones de dólares para rehacerla a su gusto; aunque sobre gustos… (Otra inmobiliara, Idealista, describe lo que tiene en mente). Alejandro la compró en 2001 por 4,75 millones de dólares, aunque se dejó un buen dinero en todo tipo de reformas y añadidos. En cualquier caso, se trata de una plusvalía más que interesante con la que ha decidido instalarse en Madrid, después de reordenar su entramado empresarial, cuyo equipo directivo se compone ahora de profesionales de reconocido prestigio.

Cansado pero satisfecho, con alguna cicatriz de más, sigue con ortodoxia prusiana la pauta del viaje del héroe que propone Joseph Campbell. A finales del año pasado, Forbes lo situó en lo más alto de su lista de los 50 españoles con más talento. Su concierto del sábado repasó todo los clásicos de su repertorio, desde La fuerza del corazón y Cuando nadie me ve, a ‘Siempre es de noche’, la inevitable Amiga mía o una explosiva Corazón partío, nostalgia hábilmente salpimentada entre los temas de su último disco, que presentó el año pasado en una emotiva rueda de prensa en su barrio madrileño de Moratalaz y obtuvo críticas favorables. Canciones como Bio o Mares de Miel, en las que conviven lo acústico con lo electrónico, su característico elemento flamenco con arreglos orquestales, se han ganado también al público en directo. Mención especial merece La Rosa, homenaje a Paco de Lucía, un referente indiscutible en lo musical con una coda biográfica: el mejor guitarrista flamenco de la historia nació en esa Algeciras que marcó la infancia y juventud de Alejandro Sanz, madrileño con alma andaluza

El pasado mes de marzo, con la pandemia ya aliviada, se le vio paseando por Vejer, uno de los pueblos más hermosos de la provincia de Cádiz, con su actual pareja, Rachel Valdés. Venía de recibir, días antes, el título de Hijo Predilecto de Andalucía, que recibió junto a su padrino, el jerezano Manuel Alejandro, y celebró interpretando el himno andaluz. En la madurez, el héroe ha rehecho el mapa de sus afectos.

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