La gran promesa del flamenco joven
El cantaor Israel Fernández, bautizado como ‘el nuevo Camarón de la Isla’, apuesta por la fusión del flamenco con otros géneros, como el fado
El cantaor Israel Fernández acaba de estrenar su colaboración «Bocas do mundo» junto a la artista portuguesa Sara Correia, una mezcla entre el fado —canción popular portuguesa— y el flamenco, que conforma un canto al amor y la memoria: «Son las bocas del mundo y la memoria rompiéndonos la paz que se desea, tan sólo hecha de amor es nuestra historia que sigue siendo amor sin que te vea». Israel Fernández, nacido en el seno de una familia gitana en Corral de Almaguer, pueblo de Toledo de apenas cinco mil habitantes, y de orígenes andaluces, es uno de los cantaores jóvenes ya consagrados dentro del panorama español, al que se ha llegado a bautizar como «el nuevo Camarón de la Isla». Sin embargo, en una entrevista para El Español, dijo: «Camarón es mi padre, el espejo donde me miro, pero al lado de Camarón yo soy un cacahuete».
Si en algo se parece a Camarón, aparte de la influencia en su estilo de cante, es en no concebir el flamenco como algo ortodoxo, a pesar de haber aprendido, desde pequeño, de grandes clásicos como Manolo Caracol, Porrina de Badajoz y Antonio Chacón. El pasado diciembre se le veía aparecer junto al trapero granadino Dellafuente en su esperado concierto —tras tres años de silencio—, ya que Israel colaboró en la canción «De plata y madera» para su álbum Tanteo. En la canción, Israel canta: «Tienes que protegerme y avisarme si muerden, que mis manos no sienten, que yo te quiero verde, verde, que yo te quiero verde», que nos dirige directamente al famoso «Verde que te quiero verde» de Manzanita y al poema original de Federico García Lorca «Romance sonámbulo». Además de Dellafuente, Israel también ha colaborado con el cantante de música urbana Omar Montes —con motivo de su disco Quejíos de un Maleante, donde reivindica el flamenco— en su canción «Placa Alemana», unos fandangos/sevillanas donde se mezclan sonidos analógicos del flamenco como las castañuelas con sonidos de disparos pasados por Autotune, y otros sonidos propios del trap y el drill.
A pesar de apostar por sonidos más comerciales en sus colaboraciones, Israel Fernández es un cantaor que ha triunfado con espectáculos sobrios de cante y guitarra, llenando salas enteras y siendo galardonado con un Premio Odeón al Mejor Álbum de Flamenco por su disco Amor (2020). Este disco, publicado por Universal Music, fue el que le llevó a la fama repentina; si toda obra artística abarca el tema del amor, este disco tiene la ambición de tratarlo por sí solo, de una forma compacta, donde, junto al guitarrista Diego del Morao, describe sentimientos complejos relacionados con el amor (y el desamor). En su entrevista para La Resistencia, el cantaor contaba: «El flamenco es muy importante porque tiene letras muy bonitas, de muchas vivencias». En Amor el cantaor saca su parte de cantautor y escribe letrillas como «Te quiero más que a mi madre y siento que estoy pecando, mi madre me dio la vida y tú me la estás quitando». También canta nuevamente a Lorca en «La Amada» («Veinticuatro horas al día, si tuviera veintisiete, tres horas más te querría») y a otros cantaores como Niño de la Calzada y Sorderita.
Pero ¿quién era Israel Fernández antes de triunfar con Amor? Su primer disco, publicado cuando tenía diecinueve años, lleva el precioso título Naranjas sobre la nieve (2008), donde ya contaba con mucha identidad como cantaor. En las letras, centradas también en el amor, colaboraron artistas como Juan Antonio Salazar, Antonio Remache y Luis Pastor. También guarda reivindicaciones a La Niña de los Peines (una canción se titula directamente «El Guruguru»), Las Grecas (en «El Barquero») y Ketama (al final recupera su famoso «Vengo de borrachera», entre otras referencias). La canción «Los cristales de mi alma» es una adaptación a la conmovedora canción escrita por Manzanita en «Ni contigo ni sintigui»: «Los cristales de mi alma los empaño con mi aliento, y en ellos escribo tu nombre, y luego los borro a besos».
Israel Fernández, tras aprender con este disco «de los más grandes», publicó, años después, Con hilo de oro fino (2014) y Universo Pastora (2018). Universo Pastora es un álbum que recupera cantes de Pastora Pavón —La Niña de los Peines—, su hermano Tomás Pavón y su marido Pepe Pinto. Desde la admiración a ese «universo» de la gran Niña de los Peines, él vuelca la personalidad de su cante en mediante sonido austero. Además, la popular bailaora Sara Baras le compaña en la bulería «Pastoreando». También participan otros artistas como Joni Jiménez, Jesús del Rosario y Juan Carmona. Aparte de estos discos, Israel Fernández ha publicado singles como «La Inocencia» junto a El Guincho, un canto a la infancia dentro de su barrio en La Mancha, y «Madrecita», una versión de la de José José.Con estos referentes y toda una carrera encauzada desde el principio —ya con once años apareció en TVE cantando por Porrina de Badajoz—, Israel Fernández bebe del flamenco más ortodoxo para —aun guardando esos espacios de austeridad a la hora de componer su obra— abrirse también camino entre la experimentación con otros géneros, colaborando con otros artistas jóvenes como Dellafuente u Omar Montes que, aunque pertenezcan a géneros musicales diferentes, son sus coetáneos y también le influyen.
Además, el atreverse recientemente con el fado no sólo abre una puerta a las colaboraciones con artistas internacionales, sino que también es un acercamiento a la música tradicional de otros lugares; a la que, en otros sitios, cumple la misma función que el flamenco. Así, con un respeto a los maestros y el estudio sólido de cantaores como La Niña de los Peines, Niño de la Calzada o Antonio Chacón, la carrera de Israel Fernández va tomando forma, ya consagrado como una de las grandes promesas del flamenco actual, que también sabe apostar por la renovación y la fusión con otros géneros, como ya supo hacer su gran referente Camarón de la Isla.