Alberto Rodríguez, un AVE Sevilla-Madrid cargado de Goyas
El director sevillano, que nunca ha abandona la ciudad y lleva dos décadas en la brecha, suma con ‘Modelo 77’ hasta 16 nominaciones a los Goya
Es difícil explicar el impacto que tuvo El factor Pilgrim entre los chavales sevillanos que empezábamos a ver cine a finales de los 90. Aquella cinta improvisada que circulaba en VHS por los grupos de amigos, rodada en Londres, la «ciudad pollo», era nuestro Trainspotting doméstico. Costaba pensar que aquello (o el excelente corto Bancos) lo firmaban dos tipos de apellido español, Santi Amodeo y Alberto Rodríguez, sevillanos como nosotros. De modo que sí, existía algo así como el cine andaluz. O, al menos, existían andaluces haciendo cine.
Alberto Rodríguez reconoce a THE OBJECTIVE que «no había absolutamente nada» parecido a una industria del cine cuando empezó a gestarse su carrera en los círculos de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla, que se inauguró en el 89. «Nos juntábamos con gente del Centro Andaluz de Teatro, algunos de TVE y Canal Sur con inquietudes cinematográficas y nos concentrábamos en un bar de la Alameda de Hércules. Se formó una especie de movimiento que nos unía a todos, se crearon los equipos y se sentaron las bases de lo que hemos hecho estos años», recuerda.
Rodríguez, sevillano del 71, ha mantenido desde «esos tiempos muy precarios» aquel mismo equipo inicial, con incorporaciones, hasta el día de hoy. «He tenido la suerte de coincidir con un grupo técnico y de artistas, como Rafael Cobos o Álex Catalán, que no solo trabajan conmigo, sino que luego colaboran con Médem, Fernando León, Icíar Bollaín y se traen toda esa experiencia. Saben más que yo, porque yo solo vivo mis películas», señala. No ha necesitado abandonar Sevilla para fraguar su carrera de más de dos décadas, aunque admite que ha tenido fortuna: «Por un lado, el transporte, el AVE -inaugurado en 1992-, permitía de pronto ir y volver a Madrid todos los días y eso es algo que no podían hacer las generaciones anteriores; después, siempre he tenido el apoyo de una productora de Madrid, Atípica Films, que se ha esforzado por conseguirnos financiación en ese mundo de producción y desarrollo de la capital».
Partiendo siempre de Sevilla, ha rodado por toda España e incluso el mundo entero éxitos como 7 vírgenes, Grupo 7, La isla mínima y El hombre de las mil caras. Con su nuevo trabajo, Modelo 77, suma 16 nominaciones a los premios Goya de este sábado en el Palacio de Congresos hispalense. Solo As Bestas, con una candidatura más, lo supera. En 2015 arrasó con La isla mínima: diez ‘cabezones’, entre ellos mejor película, mejor director y mejor guión. Rodríguez cree que Modelo 77 puede tener recorrido en el apartado de premios técnicos, pero que en las categorías artísticas estos Goya 2023 irán por otros derroteros. As Bestas (Rodrigo Rogoyen) y Alcarràs (Carla Simon) se perfilan como favoritos. «Este año la cosa está muy repartida. No solo hay calidad, sino mucha variedad y eso es estupendo. Recuerdo pocos años con tantas películas buenas. Podría haber veinte nominadas a Mejor Película», afirma.
Más allá de los Goya que se lleve al zurrón, vive «como una fiesta» que la gala se celebre en su ciudad, con el equipo nominado al completo, «todos de aquí». «En mi caso, haber pasado varias veces por los premiados en otras galas no hace que te lo tomes con más tranquilidad, pero sí que relativices mucho la importancia de los premios. El hecho de estar nominado ya hace que la película siga viva», asegura.
Modelo 77 era una deuda pendiente desde hace 17 años. Tras rodar 7 vírgenes, Alberto Rodríguez y Rafael Cobos supieron de la ‘fuga de los 45’ de la tristemente célebre prisión barcelonesa en 1978. Indagaron, se documentaron sobre la realidad de las cárceles franquistas al inicio de la Transición y la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel), un movimiento de convictos que pedía la amnistía para los presos comunes. «Pero no pudimos rodarla entonces porque la Modelo no cerraba nunca y se encarecía mucho si rodábamos en otro lado –explica-. De hecho, vimos otra prisión similar en Valencia, donde se rodó Todos a la cárcel o Salvador, pero justo la declararon en ruina. El proyectó quedó congelado, pasaron tres nuevas películas y dos temporadas de una serie (La Peste) y ya en 2020 pudimos retomarlo, reescribirlo y rodarlo».
Esta cinta, protagonizada por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez, ambos nominados, es un puro thriller al estilo de Alberto Rodríguez, donde la historia converge con el retrato íntimo. Para el director, ha sido un tanto casual que su filmografía haya transitado los caminos del thriller político: «Grupo 7 la empezamos porque a Rafael Cobos le llegó un sumario de un caso policial y El hombre de las mil caras fue un encargo del Grupo Zeta. Lo que me interesa del género son determinadas preguntas, como la desigualdad tremenda con la que se pasa por encima de los derechos civiles, en el caso de Grupo 7, la distorsión con la que se escribe la historia, en El hombre…, y cómo se organizó la cuestión judicial en la Transición en el caso de Modelo 77».
Opina Rodríguez que la Transición «es una época muy interesante y no está mal que como ciudadanos la revisemos. Muchas cosas surgieron de un compromiso entre aspectos que se hundían y otros que emergían, había que ponerla de acuerdo. Somos consecuencia de ese momento histórico y muchas cosas de la actualidad tienen que ver con ese compromiso».
Este sevillano ha tenido la fortuna de ir rodando todo lo que le venía a la mente, «el cajón, de hecho, se está quedando vacío». Después de La Peste, una exuberante recreación de la Sevilla del XVI, no tiene el cuerpo para series: «Hay que concentrar muchas horas de rodaje en el menor tiempo posible y, al ser proyectos tan grandes, pierdo cierto vínculo con lo que se está haciendo de manera inevitable. En el cine aguanto mejor el esfuerzo de rodaje». Su intención pasa por volver a rodar en Sevilla (no lo hace desde La isla mínima, 2015) y recuperar alguna historia de los tiempos presentes, cosa que tiene abandonada desde After, en 2009.
Una de cada cinco nominaciones son andaluzas en la gala de los Goya de este sábado. Destaca el corpus de Modelo 77, donde están nominados junto a Rodríguez, Rafael Cobos (guion), Álex Catalán (fotografía), Daniel de Zayas (sonido), Julio de la Rosa (músico) y Félix Terrero Cid (maquillaje y peluquería). Además, Laura Hojman aspira al premio a mejor documental por A las mujeres de España. María Lejárraga y el productor Antonio Pérez o el cineasta Fernando Franco podrían ser premiados por sus películas.
Rodríguez no quiere entrar a definir el cine andaluz, pero sí cree que «existe indudablemente una pequeña industria, una generación de cineastas en diversas provincias que van haciendo películas y eso termina teniendo cierta entidad. Hay calidad y cantidad contrastable. Hay que creer en la existencia de algo, un ente que antes era un fantasma y ahora empieza a coger cuerpo. No hay que perder de vista que se necesita un apoyo institucional porque el público ha respondido bien a buena parte de estas películas. Hay suficiente tierra abonada como para que crezca algo más».