Ansiedad: una guerra contra uno mismo
El psicólogo Rubén Casado, director de la Asociación Madrileña de Agorafobia publica ‘El mapa de la ansiedad’, un ensayo sobre las claves de dicha dolencia
Todo el mundo ha sufrido en algún momento los angustiosos síntomas de la ansiedad. Puede venir con la muerte de un familiar, con una separación o divorcio, por un problema legal o, incluso, por los preparativos de acontecimientos felices como pueden ser una boda o una graduación. No solo es imposible escapar a lo largo de la vida de la ansiedad, sino que, además, algunas personas se instalan a vivir sobre dicha sensación sin querer, empezando una patológica deriva llena de sufrimiento para el paciente.
El mapa de la ansiedad (Ediciones B, 2022) es un ensayo científico que busca encarar la dolencia a partir de la experiencia y sin falsas expectativas. Ya nos lo advierte el autor en las primeras páginas cuando explica que la ansiedad no es que sea una dolencia crónica, sino un mecanismo de supervivencia y por ello nos acompañará toda la vida. Las claves están en todo el lenguaje con el que nos comunicamos con nosotros mismos a partir de dicho proceso.
El autor Rubén Casado es psicólogo, especialista en el tratamiento y divulgación de la ansiedad desde hace más de dos décadas. Dirige el pódcast La teoría de la mente, así como la aplicación con el mismo nombre. Además, es el creador de los cursos de La Escuela de Ansiedad. Su historia con la ansiedad le llevó a fundar AMADAG, un centro especializado en agorafobia y pánico. Formado en terapia cognitivo conductual y terapias contextuales de tercera generación, es también fundador de Filia-Social, donde se trabajan la fobia social y el trastorno de personalidad por evitación de forma grupal e individual.
Con toda esa experiencia, Casado empieza apelando a los que padecen ansiedad como «auténticos veteranos de una guerra contra sí mismos» por estar atrapado en un mundo de problemas cíclicos del que no saben como salir.
Diferencia con el estrés
«La experiencia indica que no es la ansiedad la que nos impide avanzar, sino las ideas, los hábitos, el condicionamiento y los constructos que podemos tener en torno a esta. […] El mapa no incluye solo el diagnóstico; es incluso más importante la función que la ansiedad tiene para cada individuo, entender las razones por las que continúa aferrado a esa tierra, al igual que el contexto en el que se desenvuelve la persona».
En el primer capítulo del ensayo aprenderemos a diferenciarla del estrés. Stress, en inglés, puede traducirse como «presión o tensión», y se da ante la aparición de agentes que el cuerpo categoriza como nocivos, es decir, los llamados estresores. Debido a ellos, los seres vivos deben realizar un ajuste a las nuevas circunstancias. Así, cuanto mayor es el cambio, mayor es el ajuste que debe realizar el organismo. El mecanismo está diseñado para amenazas transitorias y es una repuesta en la que están implicadas una enorme cantidad de sistemas, una suerte de superpoderes con los que podemos saltar más alto, correr más rápido o percibir con más eficacia un peligro.
Así comprendemos que la ansiedad aparece por factores internos, como son los pensamientos catastróficos y las sensaciones angustiosas, independientemente de lo que haya en el entorno. El estrés, en cambio, surge a partir de factores externos, hechos o situaciones específicos. Las personas con un nivel socioeconómico menor suelen tener que soportar contextos que implican una mayor carga de acontecimientos estresores, dado que su entorno es más inestable, y sufren más cambios.
En capítulos posteriores el autor discute los condicionantes ambientales y los factores de aprendizaje de la ansiedad, también la topografía de los territorios de la ansiedad cuando nos explica las diferencias entre la ansiedad generalizada o los ataques de ansiedad vinculada a eventos sociales. Las dolencias van en el texto relacionadas con preguntas sobre nuestro entorno social, el entorno laboral, la estabilidad que hay en nuestra vida o si disponemos de espacios propios.
Diálogo interno
En los últimos capítulos del libro, el autor busca darnos soluciones que parten de su experiencia profesional y personal. Hay una serie de consejos como cuidar los hábitos y la higiene del sueño, mantener un horario regular, evitar las pantallas antes de dormir; también aprender técnicas de relajación -la que te funcione mejor- que pueden ser el control de la respiración con el diafragma, la meditación, la imaginación guiada, la relajación muscular progresiva o el mindfulness.
Otra clave que nos ofrece es mejorar nuestro diálogo interno. Para poder gestionar ese tipo de pensamientos de carácter obsesivo, alarmante y catastrofista, hay que trabajar en ser conscientes de ellos, de su irracionalidad y de su falta de veracidad, es decir, conocerlos e identificarlos. También el ejercicio va a servir para desgastar la energía sobrante. Practicar ejercicio de forma regular hace que nuestro cerebro libere dopamina y serotonina, que son dos sustancias químicas que reducen el estrés y la ansiedad. No hace falta hacer horas de deporte intenso; nos servirá con seguir una serie de hábitos saludables. Finalmente, recomienda cuidar las relaciones sociales basadas en el cariño.