El 'storytelling': la narración de historias como el motor de la civilización
Fernando Ariza y Miguel Herrero de Jáuregui publican el libro ‘El pensamiento narrativo’, en el que desarrollan la comprensión de la realidad a través de relatos
Hace no tanto, Mariano Rajoy popularizó en sus mítines a una niña –la niña de Rajoy–, a la que imaginaba habitando una España del futuro, la que él quería dejar. En tiempos más recientes Pedro Sánchez popularizó los relatos en los que un tendero le había abordado en un mercado para contarle sus problemas. Había llegado a España la práctica del storytelling político, uso discursivo que ya era suficientemente conocido y utilizado en otras latitudes.
Esta tarde se ha celebrado un coloquio en el Círculo de Bellas Artes de Madrid sobre el libro El pensamiento narrativo: principios de storytelling (Sílex ediciones) de Miguel Herrero de Jáuregui, catedrático de Filología Clásica en la Universidad Complutense y Aspen España Fellow, y Fernando Ariza, profesor titular de Literatura Española en la Universidad CEU San Pablo, que aborda, precisamente, el fundamento teórico de esas prácticas. Para esos autores, nuestra manera de comprender la realidad no se realiza por medio de conceptos abstractos sino por medio de narraciones: como especie nos caracterizamos por comprender narrativamente. La presentación y coloquio ha contado con la participación de Paula Quinteros, periodista, CEO de THE OBJECTIVE Media y Aspen España Fellow, y Vanessa Rousselot, redactora jefa adjunta de Diario Vivo y documentarista.
En la presentación los autores han partido de la descripción del prejuicio generalizado de huir de los relatos y centrarnos más en el conocimiento racional y objetivo. En la primera etapa de desarrollo, el «mythos», los griegos veían los acontecimientos del mundo como causados por una multitud de personalidades enfrentadas: los «dioses». El principal modo de explicación de la realidad consistía en relatos muy imaginativos sobre estas personalidades. Sin embargo, con el paso del tiempo, los pensadores griegos se volvieron críticos con los antiguos mitos y propusieron explicaciones alternativas –el «logos»– de los fenómenos naturales, basadas en la observación y la deducción lógica. «Intentamos luchar contra esta idea tan instalada en nosotros, ese prejuicio de que para que una civilización evolucione debe pasar del mito –el nacimiento mágico– al logos –el nacimiento matemático y objetivo– y que la civilización tiene que ir abandonando el relato para llegar al conocimiento racional. O visto desde el punto de vista individual, que el niño aprende con cuentos y luego ya el adulto aprende con matemáticas. Esto está muy instalado en nuestra conciencia», ha explicado Miguel Herrero de Jáuregui.
«Aristóteles dice que la filosofía empieza en el momento en que, tomando como base la frase de Homero: ‘Océano es el padre de todos los dioses y todos los hombres’, Tales de Mileto escribe que el agua es el principio de todas las cosas. Entonces se pasa de un relato («el océano concibió a los hombres») a una idea abstracta». Se trata de una superación del «mythos» al «logos», una sustitución del relato por el conocimiento científico. «Pero que ese conocimiento tenga lugar en determinados aspectos del saber, como la medicina, no quiere decir que el conocimiento narrativo de la realidad sea algo que está en retirada. De hecho, justo lo contrario. Lo que nos preocupa de la inteligencia artificial es si podrá escribir ficción tan bien como un humano. De repente nos sentimos invadidos en algo que pensábamos que nos diferenciaba de las máquinas».
También se ha hablado de la identidad narrativa. «La escritura, como ficción, no es obra de una serie de personas especialmente tocadas por un don. Todos somos creadores de historias y tenemos que conseguir dominar estas técnicas. Enseñar las herramientas adecuadas es dar la oportunidad a la gente para romper esa barrera y soltar su capacidad creativa», ha contado Fernando Ariza. En el instante en el que somos capaces de crear una historia, podemos entendernos y crear un sentido de nuestra existencia, formar una identidad a través de nuestra narración.
Miguel Herrero de Jáuregui ha explicado que su objetivo –con este libro– es tratar de dar los instrumentos para que esa historia aparezca. «Tiene que haber una tensión de fondo para que se mantenga el interés y jugar con esas historias que tenemos de fondo todos. Tienen que ser historias que resuman, a través del bagaje cultural, que tiene cada uno de nosotros, su identidad y que a su vez sorprendan. Nos preguntamos constantemente quién somos y a dónde vamos y el contar nos ayuda a comprender».
Paula Quinteros ha subrayado que en la actualidad se da una cierta guerra cultural que consiste en la lucha por la no banalización de la literatura y de las historias. «Los hay quienes afirman que la ficción o la fantasía, si no tienen un sentido práctico de aprendizaje, como mucho son un entretenimiento. O que la novela de ciencia ficción o fantasía no añade nada, es una pérdida de tiempo… Lo que se está trabajando ahora a nivel neuronal afirma que sí que aporta. La pura ficción nos enseña formas de pensar, conocer otros mundos. Se desarrollan capacidades esenciales, como la creatividad o nuestra propia capacidad narrativa», ha dicho Fernando Ariza.
A las personas les cuesta salirse de su yo y creerse historias que no son reales. Fernando Ariza dice que esta afirmación es una limitación porque «estamos rodeados de historias que no son reales. El mundo está lleno de estas historias y estas lecturas y escrituras nos ayudan a entender lo que nos rodea».