Los celosos
‘Los celosos’ es una novela que sumerge en los entresijos de la psicología humana, de lo sublime a lo infantil
El escritor húngaro Sandor Marai se quita de en medio a los 89 tacos en el exilio americano, harto de la memoria europea. Marai eleva la literatura a combate, a vindicación de una existencia democrática, lo que le niega en Hungría primero el nazismo y luego el comunismo. Los Celosos, la obra central de su trilogía de los Garren, destila añoranza y crítica. Los recuerdos, en el escritor, se alimentan de ficción acerada. Se lee en la novela: «Los Garren tenían fama de ser una familia de artistas. En la ciudad, en los alrededores, en aquella comarca de la provincia donde vivían parientes y allegados, se habría formado un gran revuelo si alguna vez alguien –por ejemplo. un forastero un tanto impertinente- hubiera planteado la pregunta de por qué y en qué eran artistas».
La dinastía está llena de artistas que podrían ser molineros o cambistas, o lo que se imagine uno desde la mofa y el escarnio. La frase resume el fondo de la novela, que trata sobre la impostura, las máscaras de las que se vistieron las grandes fortunas con el fin de dominar el imperio austrohúngaro en el periodo de entreguerras. Lo que se lee es una radiografía de la erosión del tiempo, de las profundas arrugas que produce ver como la gloria se acaba y como los sueños de conquista, en lo material y lo sentimental, han sido eliminados por el empuje de los acontecimientos.
Los celosos es una novela que sumerge en los entresijos de la psicología humana, de lo sublime a lo infantil, y en las complejas relaciones interpersonales centradas en la lucha por los despojos de lo que fue vigoroso.
La trama de Los celosos, algo compleja al igual que las novelas de largo aliento que recrean una época encanecida, resulta efectiva. Los hijos del patriarca moribundo regresan al hogar, por la pasta en el fondo y para lamer heridas en la forma. Los cinco hijos se pasan la novela haciéndose, desde todos los ángulos posibles, la misma pregunta: ¿La muerte del patriarca significará el fin de la familia?
Todas las novelas contienen una interrogación que las motiva. Aquí esa pregunta obedece a un tiempo de indefensión marcado por la gran crisis económica del siglo XX. La resolución de la novela, lo mismo que la de la crisis, termina fatal. Se ve en el ambiente de la novela el advenimiento de las dictaduras racista y luego proletaria, con lo que significa retorcer hasta quebrar el termino proletario.
«Marai es capaz de crear una atmósfera de misterio o de secretos vergonzantes que van creciendo a medida que camina el argumento»
A medida que avanza la trama, la atmósfera se va volviendo tensa. Sin embargo, Peter, uno de los hermanos, logra sostener una suerte de tranquilidad en medio de la tormentosa relación de los hermanos. Su hermana Anna no representa en ningún momento, y lo parece, al sexo débil, mientras que su hermano Tamás se pierde en la búsqueda incesante de cariño. Los personajes femeninos de Marai bregan en una falsa debilidad de la que salen airosos, y los masculinos a menudo adolecen de un desafecto sempiterno.
Los celosos tiene una prosa elegante y una profundidad emocional que cautiva. Ahora bien, su prosa resulta más elaborada que en otros trabajos de ficción del autor, quizás porque el propio Marai se confunde con las vivencias de una familia acomodada, trasunto de la suya, encaminada a la más absoluta decadencia. Marai es capaz de crear una atmósfera de misterio o de secretos vergonzantes que van creciendo a medida que camina el argumento, y que culmina en un clímax devastador de consecuencias lacrimógenas.
Lo que convierte a Los celosos en una obra de altura es la habilidad de Sandor Marai para explorar los sentimientos y las motivaciones de sus personajes, poniéndotelos en la garganta al modo de una cuchilla que te desangra con lentitud. Ahí radica la pericia de Marai, en decapar los sentimientos del lector hasta dejarlos desnudos y barnizados de remordimientos. El autor nos recuerda que fuimos culpables de no combatir las dictaduras hasta las ultimas consecuencias, o que nos perdimos en la autocomplacencia, lo que hacen a su manera los componentes de la familia Garren.
La familia Garren representa el fin del imperio austrohúngaro y el principio de un tiempo de tinieblas. La familia Garren litiga contra si misma abocada a la invisibilidad a la que condena el otro, el que quiere barrernos con una acción carente de pensamiento. Solo que en la novela el otro está en el centro de uno mismo, lo que desquicia. Al cabo, los celos entre los miembros de la familia Garren son la médula y el motivo de su desdicha.