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Cultura

'Los pacientes del doctor García': naufragio en la adaptación del libro de Almudena Grandes

Ya está disponible completa en Netflix la adaptación de la novela de la autora madrileña, perteneciente a la serie ‘Episodios de una guerra interminable’

Nuevo éxito de la ficción española en Netflix. Los pacientes del doctor García, la adaptación de la novela de Almudena Grandes, una producción original de Radiotelevisión Española (RTVE), ya está disponible íntegra en la plataforma de streaming, y ya se sitúa entre las series más vistas. En TVE sigue en emisión, con un capítulo nuevo cada miércoles.

La serie, dirigida por Joan Noguera y producida por RTVE, Diagonal Televisión, DeAPlaneta y Netflix España, adapta el libro de la autora madrileña, publicado por la editorial Tusquets hace ahora seis años. Una adaptación que ha llevado a cabo el guionista José Luís Martín, que también trabajó en otros grandes éxitos del ente público, como Isabel o Carlos, Rey Emperador.

Es la primera vez que se adapta a la pequeña pantalla una novela de Almudena Grandes, fallecida en noviembre de 2021, una autora prolífica y polémica por sus planteamientos políticos, y por el trato de los mismos que dio en sus libros. Varias obras de Grandes, como Las edades de Lulú, fueron adaptadas al cine en su día, pero nunca una de sus creaciones había protagonizado una serie. En el caso de la obra que aquí nos atañe, Los pacientes del doctor García –que forma parte de la serie Episodios de una guerra interminable–, esta se hizo con el Premio Nacional de Narrativa en 2018.

La novela y la serie que la adapta nos sitúan en plena Guerra Civil, una contienda en la que el médico Guillermo García Medina (interpretado en la serie por Javier Rey) utiliza técnicas innovadoras para la época, ‘resucitando’ a soldados del bando republicano gracias a sus ‘milagrosas’ transfusiones de sangre. El personaje es inventado, pero basado en el doctor canadiense Norman Bethune, considerado el «primer médico sin fronteras».

A partir de ahí, tenemos cuatro décadas de espías, romances y aventuras a lo largo y ancho de la geografía española, europea y latinoamericana. Un relato basado en hechos reales que, además de tener una serie de protagonistas nacidos en la ficción, se sirve también de muchos personajes históricos, algunos famosos y otros más desconocidos para el gran público. Precisamente, es lo que se contaba sobre estos personajes reales lo que desató gran polémica, ya que muchos acusaron a la autora de no tener pruebas sobre algunas de las cosas que imputaba a estos personajes, ya todos fallecidos.

Un homenaje póstumo a la autora

La adaptación televisiva de Los pacientes del doctor García contó con la ayuda de Almudena Grandes para su puesta en marcha. Ella misma se encargó de supervisar los guiones de los capítulos de la serie, así como de dar el visto bueno a los actores apenas unos meses antes de su fallecimiento. Una colaboración estrecha que se ha leído como un homenaje póstumo a la autora de la novela.

La adaptación es bastante fiel a lo que relata Grandes en su libro, por lo que esa supervisión de guiones cobra sentido. Además, es un formato lo suficientemente extenso –10 capítulos de aproximadamente una hora de duración– como para abarcar las casi 800 páginas del libro. Una adaptación cinéfila dejaría muchos elementos de la trama fuera. Conscientes de eso, sus creadores apostaron por una serie. Y esta apuesta fue buena. Aunque, no nos engañemos, la serie no cuenta muchas de las cosas que sí relata la novela. Pero el esfuerzo por abarcar lo máximo posible es palpable.

Buenas intenciones, ejecución mejorable

El argumento de Los pacientes del doctor García parte de las experiencias, precisamente, de algunos de los pacientes de este médico que empieza ejerciendo en plena Guerra Civil y que termina envuelto en una trama de espionaje que persigue, principalmente, a nazis huidos de Alemania tras perder la II Guerra Mundial y que se refugian, primero en España, y después en Argentina. Con la connivencia tanto de Franco como de Perón. Hay personajes claves en esta historia, como el de Clara ‘Clarita’ Stauffer (muy bien interpretada en la serie por Eva Llorach), estandarte de la Sección Femenina que permitió esta fuga masiva de nazis tras la guerra, y que antes de la obra de Almudena Grandes era prácticamente una desconocida.

En resumidas cuentas, la serie está bien. No es una obra maestra, pero se deja ver. La tarea de adaptar una novela tan larga, por la que desfilan más de 200 personajes, y que habla de tantas cosas a la vez, era titánica. De 1936 a 1976, pasando de la Guerra Civil hasta el golpe de Estado en Argentina, cuatro décadas de fascismo en un lado y el otro del charco. Los actores convencen, algunos, y otros –como es el caso de Verónica Echegui en el papel de Amparo, una pija del barrio de Salamanca– parecen totalmente fuera de lugar.

En cuanto a la recreación histórica, por momentos esta despista. Hay detalles que no se han cuidado, como algunas escenas exteriores en las calles de Madrid que realmente parecen grabadas en el siglo XXI. El final queda medio resuelto, aunque esos saltos temporales entre décadas no terminan de convencer.

En definitiva, la serie está llena de buenas intenciones, es entretenida –porque la historia original lo es–, pero la ejecución es mejorable. Es especialmente interesante esa mezcla entre drama romántico y thriller, pero tampoco deja huella en ese aspecto. No pasará a la historia como una de las mejores series de la historia de RTVE, aunque tampoco será una de las peores. La acogida internacional en Netflix determinará el éxito de este homenaje póstumo a la obra de Almudena Grandes, un homenaje que naufraga y queda un poco en tierra de nadie.

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