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Almudena Grandes, nombrada Hija Predilecta de Madrid a título póstumo

El homenaje a la escritora madrileña fue uno de los acuerdos alcanzados entre el Grupo Mixto y el Gobierno municipal para apoyar los presupuestos de 2022

Almudena Grandes, nombrada Hija Predilecta de Madrid a título póstumo

La escritora madrileña Almudena Grandes. | Europa Press

El Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado este martes al nombramiento de la escritora Almudena Grandes como Hija Predilecta de la capital a título póstumo. Todos los grupos han votado a favor, salvo Vox, que ha votado en contra.

El homenaje a la escritora madrileña fue uno de los acuerdos alcanzados entre el Grupo Mixto y el Gobierno municipal para apoyar los presupuestos de 2022, con independencia de que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, declarara que Grandes «no merecía» ese reconocimiento, aunque añadiera que «al margen de esas cosas lamentables que escribió fue una persona que ha leído mucha gente, con premios literarios y vinculada a Madrid».

El Pleno del Ayuntamiento acordó que se le concediera una calle a la escritora y que se hiciera a lo largo de este 2022 un homenaje su obra literaria. También se colocará una placa para recordar a la escritora en su domicilio de la calle Larra.

La delegada de Cultura, Andrea Levy, ha indicado que la escritora «vivió con pasión su condición de vecina de la ciudad» y describió «los escenarios castizos de Madrid». «El Ayuntamiento reconoce así su pasión por la ciudad en la que vivió; construyó un universo propio que giraba en torno a Madrid que compartió con sus miles de lectores», ha apuntado.

«Los lectores de Almudena Grandes caminan por las calles de Madrid por las páginas de sus libros. En la calle Santa Isabel quiso situar el domicilio de la protagonista de Las tres bodas de Manolita, el Madrid de la movida es el escenario de Castillos de Cartón«, ha continuado.

Desde el Grupo Mixto, Marta Higueras ha puesto en valor su «compromiso con las mujeres, con los perdedores» y ha agradecido la semblanza realizada por Levy de la escritora así como que Grandes «quedará para siempre, y como debe, en la memoria de Madrid».

Javier Ortega Smith, de Vox, ha criticado que se conceda este título a una persona que aseveró que «cada mañana fusilaría a dos o tres voces que le sacan de quicio». «Vaya demócrata. La escritora también se refirió a las violaciones de las monjas en la Guerra Civil. Qué respeto hacia unas pobres mujeres violadas», ha lamentado, para recordar que Almeida «dijo que Grandes no merecía ser Hija Predilecta».

La portavoz socialista, Mar Espinar, le ha dado las gracias por todas sus novelas y ha celebrado que «pase de habitar repisas de librerías domésticas a calles». «Gracias por poner edad a Lulú, por esos aires difíciles, por dejarnos el corazón helado, gracias por las tres bodas de Manolita… no dejaremos que tu nombre se borre de la piel de Madrid. Con el tiempo comprendemos que la alegría es un arma superior al odio; la muerte nunca te arrebatará la eternidad. Gracias por tanto, Almudena», ha celebrado.

Madrid, Madrid, Madrid

La escritora, Premio Nacional de Narrativa 2018, siempre presumió de las bondades de la capital y puso en valor las virtudes de la Villa y Corte, una protagonista más en todas sus novelas.

La plaza de la Guardia de Corps, la calle Moreto, la casa de las Flores o el cementerio de la Almudena son algunos de los emplazamientos madrileños que situó en los mapas de historias como ‘El corazón helado’ o ‘Malena es un nombre de tango’.

«Si marcara en un plano de la ciudad todas las casas en las que he vivido, el resultado sería un círculo casi perfecto. Ahora vivo en la calle de Larra, en el mismo barrio donde se instaló mi bisabuelo al llegar a Madrid», explicaba sobre sus raíces.

«Cuando era pequeña, lo que más me gustaba del mundo era venir con mi madre de compras al Centro. Vivía al lado de la glorieta de Bilbao, mis abuelos paternos en la calle de Fuencarral, los paternos en Lope de Vega, enfrente de las Trinitarias… toda mi vida transcurría en el distrito Centro, pero para mí el centro era un cogollo con la Puerta del Sol, calle Mayor, la calle Arenal, Gran Vía y Plaza Mayor», relató.

Fue en 2018, durante la lectura del pregón de las fiestas de San Isidro, donde Grandes, casada con el poeta Luis García Montero, dejó patente su amor y defensa de la ciudad de Madrid con la lectura de un claro homenaje a la ciudad que la vio nacer, crecer y convertirse en escritora.

«Como un hada madrina populachera y generosa, Madrid hace a sus hijos dos regalos en el instante de su nacimiento. Uno es el agua, la incomparable delicia de beber directamente del grifo. El otro es el anonimato. Porque en esta villa plebeya, que se enorgullece de su condición tanto o más que otras de sus viejos y aristocráticos blasones, nadie es más que nadie», comenzaba Grandes desde el balcón de la Casa de la Villa, en la plaza homónima.

Grandes describió a Madrid como «un caos misteriosamente ordenado, la Villa que se ha fundado a sí misma a espaldas de Palacio, y que no es distinguida, ni falta que le hace» y lamentaba a continuación que «Madrid es una ciudad que se quiere poco, mucho menos de lo que debería«.

Destacó durante la lectura del pregón que «es una ciudad muy hermosa, una urbe inmensa, con grandes edificios, con amplias avenidas, con parques antiguos y muchísimos árboles, y sin embargo, se sigue escuchando a diario las célebres tonterías del secarral y del poblachón manchego«.

«Todos los días alguien se burla del Manzanares porque no entiende nada. Que el verdadero río de Madrid es La Castellana. Que su virtud suprema es la velocidad. Que su patrimonio más valioso es su espíritu de resistente, la feroz determinación con la que se aferra a la vida hasta en los momentos peores, que los hemos tenido, y han sido muchos, y muy malos», explicó a los allí congregados.

«Capital del dolor, capital de la gloria, esta es la ciudad que nunca se detiene, una superviviente capaz de renacer una y otra vez de sus propias cenizas», manifestó.

Lulú, Malena o Inés

Grandes nació en Madrid en 1960. De pequeña le gustaba escribir cuentos porque no se le daba bien dibujar, pero fue una versión infantil de la Odisea que le regaló su abuelo por su Primera Comunión un punto de inflexión en su vocación literaria, en la que influyeron sobre todo las obras de Benito Pérez Galdós.

Se licenció en Geografía e Historia por la Universidad Complutense (UCM) y tras trabajar en diversas editoriales se dio a conocer en el año 1989 gracias a Las edades de Lulú, una obra erótica que ganó el Premio Sonrisa Vertical, en la editorial Tusquets. Su primera novela fue un gran éxito de crítica y público.

Fue con su tercera novela, Malena es un nombre de tango, cuando llegó su consagración definitiva como una de las escritoras fundamentales del panorama narrativo.

Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de Cartón fueron otras de sus reconocidas obras. El corazón helado, como ella misma reconoció en diversas ocasiones, fue un punto de inflexión en su trayectoria. Esta novela sobre la memoria dio paso a sus ‘Episodios de una Guerra Interminable’.

En 2010, publicó Inés y la alegría, primer título de la serie, con la que ganó el Premio de la Crítica de Madrid, el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.

Tras esta publicación siguieron El lector de Julio Verne (2012), Las tres bodas de Manolita (2014), Los pacientes del doctor García (2017; Premio Nacional de Narrativa) o La madre de Frankenstein (2020). La serie quedará incompleta a falta del último libro, Mariano en el Bidasoa.

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