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Leopoldo López o cómo sobrevivir a Maduro

Javier Moro reconstruye en el libro ‘Nos quieren muertos’ la detención del político venezolano y la desintegración del país

Leopoldo López o cómo sobrevivir a Maduro

El opositor al gobierno venezolano Leopoldo López, el autor del libro Javier Moro, la activista venezolana Lilian Tintori y el expresidente del Gobierno Felipe González participan en la presentación del libro 'Nos quieren muertos' de Javier Moro, el pasado 2 de octubre. | Europa Press

Convocaba multitudes, era el dirigente más valorado de la oposición, pero acabó convertido en el hombre más buscado de Venezuela y, luego, en el preso político más famoso del mundo. Ahora Leopoldo López (Caracas, 1971) se sienta tranquilo frente a un centenar de exiliados, en un local de la ONG Refugiados sin fronteras, en la periferia de Madrid. Ha llegado en moto, acompañado de su esposa, Lilian Tintori, la mujer que denunció las condiciones de su detención por el mundo. La bandera de su país cubre el techo y suena un merengue caraqueño en una bandola. Entre el público se mezclan personas que pasaron por las cárceles del régimen y sufrieron torturas, muchos se conocen y se abrazan. Ninguno de los presentes pensó hace una década que hoy se reunirían aquí. Sentado al lado del político y su esposa, el escritor Javier Moro, autor de Nos quieren muertos (Espasa), una novela de no ficción que recrea «el sacrificio de un hombre, la lucha de una familia, la conciencia de un país».

Nos quieren muertos se lee como una trepidante novela de aventuras, pero también como un reportaje de casi 600 páginas, protagonizado por una pareja joven y atractiva (Barbie y Ken los apodaban). El político, un economista que pasó por Harvard, desciende, por parte de madre, de Simón Bolívar mientras que ella se hizo popular en la tele venezolana, en concursos y programas de entretenimiento. En uno de ellos, Robinson, la gran aventura, mató una anaconda, le cortó la cabeza, la guisaron y se la comieron. Entre las páginas, que reconstruyen una década de la vida de los protagonistas y el derrumbe de un país, se cuentan durísimas escenas de cárcel, los momentos de desesperación entigrado (celda de castigo), superados a base de rezar, algo de sexo urgente en los vis a vis (Tintori quedó embarazada de su tercer hijo en uno de esos encuentros), conversaciones con jerarcas del régimen, ataviados con chándal con los colores de la bandera a bordo de su Gran Cherokee, testimonios de miembros destacados de Voluntad popular, su partido, y la actuación, en diferentes momentos de la crisis, de políticos españoles como José Borrell, Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, con especial énfasis en Jesús Silva, embajador de España en Venezuela, que acogió a la pareja durante meses, en la sede diplomática para evitar que fueran arrestados.

Moro, sobrino del escritor francés Dominique Lapierre con el que colaboró en algunas investigaciones para sus libros, ha armado un bestseller, plagado de datos. Durante cerca de tres años, el escritor recabó información de numerosos testigos sobre la deriva de un país, rico en petróleo y arruinado tras los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, tras ganar unas elecciones que la oposición calificó de fraude. Fue él quien anunció la muerte de su antecesor, el 5 de marzo de 2013. El título se acompaña de códigos QR que ilustran algunos de los momentos más impactantes del libro, con especial atención a la multitudinaria manifestación, de febrero de 2014, en la que participó toda la oposición, en protesta, entre otras reivindicaciones, por los elevados niveles de inseguridad del país, y en la que fallecen tres manifestantes, abatidos por las fuerzas de seguridad y policía paralela, y de las que responsabilizaron a López que, en ese momento, era el líder indiscutible de la oposición a Nicolás Maduro, y contra el que dictan una orden de detención. Los incidentes fueron grabados por periodistas e identificados los agresores que todavía no han sido juzgados.

Años de cárcel

Su entrega voluntaria y el posterior encarcelamiento (duró cuatro años) en la prisión militar de Ramo Verde y el juicio -más bien un montaje- en el que se le condenó a 14 años de reclusión, son desmenuzados ampliamente en Nos quieren muertos.

Las condiciones de reclusión, en confinamiento solitario 23 horas al día en las que no podía hablar con nadie, contrastan con la imagen de «preso mimado por el sistema» que mostraban algunas las televisiones del régimen, tras grabar las escasas visitas familiares o las de su abogado. A Felipe González («Venezuela se ha convertido en una dictadura de facto») no lo dejaron visitarlo, pero Zapatero estuvo dos veces en la celda para pedirle que rebajara la tensión en las calles, que cancelase el referéndum revocatorio y que entrase en un proceso de diálogo tutelado por el Vaticano. En cuatro meses, de abril a agosto de 2017, hubo 6.269 manifestaciones que dejaron un rastro de 157 muertos y más de 15.000 heridos. La libertad de los presos políticos, según la versión de López, era imposible. Zapatero le habló de su abuelo republicano, fusilado por haber desertado en la Guerra Civil. «No venía como mediador, no era imparcial», se lee en el libro. “Así que le pido que me den una lamparita y un reloj, porque ni tengo luz ni tengo noción del tiempo». Un año más tarde recibió un reloj.

Convertida, casi a la fuerza y con la ayuda de su suegra, en la voz de su marido, Lilian Tintori recorrió el mundo y se entrevistó con líderes políticos pidiendo la libertad de su marido. En dos años realizó casi doscientos viajes por el mundo, denunciando las condiciones en que lo mantenían encerrado. Entre otros, Estados Unidos, Chile, Brasil, Francia, Italia y España, donde la recibió el entonces presidente Mariano Rajoy y el ex presidente González que se convertiría en «el mentor del caso Leopoldo». Su gesta, seguramente, le salvó la vida. Entre los aplausos del público que abarrota el local madrileño, Tintori les pide que no decaigan, que tengan esperanza. Ella también ama a su país.

«Cerca de ocho millones de personas ha abandonado el país, detrás de cada cifra hay una historia de persecución, hambre y dolor, como la de mi familia», asegura el político, fundador de Voluntad Popular, partido afiliado a la Internacional Socialista.

La lucha continúa

La presentación del libro deriva en un mitin. López, exiliado después de cuatro años de cárcel y una fuga de película, sigue en la lucha: «El juego ahora es ganar a Nicolás Maduro. En 2014 éramos muchos, pero hay que superar la frustración. La dictadura juega con esa frustración y la división de la oposición. El gran desafío es cómo lograr que sigamos hasta la victoria final». Entre el público aplauden en primera fila sus padres. Antonieta Mendoza, su madre, de blazer azul marino y mocasines de piel, recién salida de una nueva intervención quirúrgica, derivada de un trasplante de riñón, parece satisfecha tras la dura batalla.

Tanto López como Tintori consideran el libro que protagonizan como un «proceso de sanación». «Nos estamos reinventando», aseguran. La oposición en Venezuela está desecha. El régimen chavista lo contamina todo y López pasa de ser considerado un héroe a un villano, según quien lo mire. Pero el político ha ampliado su horizonte de lucha. La pugna entre tiranía y libertad se juega ahora en China, Rusia, Irán, Cuba, Nicaragua y tantos lugares con cárceles llenas de presos de conciencia. Fruto de ese proceso han sido las reuniones con Garri Kasparov, ex campeón de ajedrez y opositor a Putin, y con la activista iraní Mashid Alinejad, comprometida en la lucha contra la obligatoriedad de llevar el hiyab, para sumarlos a la batalla. Para financiarse consiguió una beca de investigación del Wilson Center y una subvención del National Endowmen for Democracy. Todo ese esfuerzo culminó en Vilna en noviembre de 2022, donde asistieron 180 líderes de 44 países para asistir al nacimiento de Word Liberty Congress, destinado a apoyar a los presos políticos y la formación de activistas en la no violencia.

La pareja reside en Madrid con sus tres hijos, a 7.000 kilómetros de su casa, pero no pierden la esperanza. Ha sido tortuoso el camino y ellos sabrán si ha merecido la pena tanto desgarro. Al menos, aunque sea tarde, se ha cumplido el deseo de Tintori. Ella nunca vio con buenos ojos que se entregara a las autoridades en Caracas. Optaba por la huida y el exilio: «Vámonos lejos de aquí, a llevar una vida corriente en un país donde podamos vivir sin miedo».

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