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Cultura

Kami y R de Rumba, el rap de siempre en su mejor versión

Dos leyendas del hip hop español han unido fuerzas para alumbrar el disco colaborativo ‘Cosas Simples’

Kami y R de Rumba, el rap de siempre en su mejor versión

R de Rumba y Kami. | Imagen cedida

Respeta a tus mayores, reza el dicho popular. No faltan razones para hacer de este aforismo una realidad. Saber que lo que somos se debe a lo que fueron otros. Ser conscientes de la riqueza heredada y evitar el adanismo de quien se vanagloria de no tener deudas, seguramente porque no tiene otra cosa. Quizás Kami y R de Rumba aún estén lejos de que los llamen mayores. Desde luego no son como los que pasan sus mañanas aventando migajas de pan frente a las palomas descargando el peso de la vida en sus gayatas, pero si son parte de las canas que cimentaron la cultura hip-hop en nuestro país. El hormigón sobre el que se erigen los músicos que hoy dominan el panorama, y consiguen millones de visualizaciones y escuchas en las plataformas.

Como miembros de dos de los grupos más significativos del rap patrio (Kamikaze en tanto que integrante de Club de los Poetas Violentos, y R de Rumba como DJ de Violadores del Verso) ambos fueron alquimistas del género, al tiempo que diseminadores de él en una España que todavía a finales de los ochenta, 15 años después de su nacimiento, miraba con recelo y cierto ostracismo esta música invocada en los barrios afroamericanos y latinos de las grandes ciudades estadounidenses.  

Aun viniendo de estilos muy personales, ambos músicos han visto cruzarse sus caminos en no pocas rondas, pariendo colaboraciones pasadas que hoy cristalizan en un álbum titulado Cosas Simples (2023). El disco, de nombre homónimo al single de lanzamiento que recibió una acogida muy calurosa con cientos de miles de visualizaciones de su vídeoclip, es una nave de transporte a la tierra de la autenticidad. Beats extremadamente funks que guardan las espaldas de letras inconformistas, en ocasiones combativas o incluso sentimentales, en las que se exhibe un vociferante grito de atención, un respeto por las viejas guardias, los estilos originales y por una forma pura de rap despiojada de pirotecnias decorativas.  

A fin de navegar mejor entre los boom bap y las barras que perfilan la esencia de este nuevo álbum, en THE OBJECTIVE hemos hablado con sus artífices. Una conversación que versa sobre el rap, claro, pero también sobre los vicios, la muerte y el incorregible paso del tiempo.

PREGUNTA. ¿Qué tal la primera recepción del disco?

R DE RUMBA: La gente con ganas. No deja de ser un proyecto underground hecho por dos dinosaurios como son el Kami y el Rumba (ríen). Pero guay. La gente del rap que nos interesa está muy contenta. Y mucha peña me lo ha dicho, el combo Kami-Rumba sienta bien.

KAMI: A la gente que lo estaba esperando le ha gustado. A ver, no había mucha, claro. La peña joven está en otra onda, como es totalmente normal y lógico. Pero ha entrado muy bien.

P. ¿Por qué titularlo Cosas Simples?

Kami: Creo que hay diferentes razones. Por un lado, es un homenaje a un colega que se me fue hace algunos años, Mr. Fat, que cuando se refería a pintar graffiti siempre decía: «vamos a hacernos unas cosas simples». Pero realmente luego es una forma de apreciar la sencillez. De no liarse con mogollón de movidas y centrarse en lo simple. Cosa que ya dije en mi anterior tema con Rumba y Kase. O, que es disfrutar las cosas pequeñas. Gozar de lo cotidiano, vamos.

Kami: «A mí los años me han hecho estar menos enfadado. Ya no tengo la necesidad de ver que el rap que me rodea sea puro»

R de Rumba: A mí siempre me ha gustado como concepto. Disfrutar de la vida y vivirla. Los años te hacen ver que todo es más sencillo de lo que parece. La experiencia es un grado en esto.

Kami: A mí los años me han hecho estar menos enfadado. Y ser menos radical en mi pensamiento sobre el rap. Yo antes era muy talibán en mi visión del hip hop, y ya no lo soy. Que cada uno haga la música que quiera. Ya no tengo la necesidad de ver que el rap que me rodea sea puro.

P. Normal, si hay que predicar la pureza en la música urbana de hoy te sale una úlcera. Vosotros habéis mantenido mucho esa esencia funk de más de los mismos, antes que más de lo mismo.

R de Rumba: (ríe) Ojo, nosotros separamos, eh. El rap y la música urbana no son iguales. El rap es el rap desde los ochenta. Es como si hace años nos hubieran mezclado con el pop. El pop de antes es la música urbana de hoy. La música urbana es muy respetable, hay cosas muy guapas, otras que son una mierda, pero el rap es el rap. Y no estoy siendo radical, es sólo que yo no tengo nada que ver con esos rollos cantados de Auto-Tune. Eso no es nuestra música. Yo, por ejemplo, pues hago lo que he hecho siempre. No sigo tendencias y nunca las he seguido. La peña ya sabe que tiene que esperar de mí: un ambiente soul, funk y samples a saco. Los que tocan demasiados palos no se sabe muy bien a dónde van. A mí me viene justo para hacer bien lo que sé hacer.

Kami: Creo que también es un rollo de generación. Nuestra generación creció en un rollo mucho más raper, porque nosotros escuchábamos puro rap. Luego, sí, algo de soul o funk, pero realmente crecimos con rap y queríamos hacer rap. Yo veo a mi hija y a la peña joven, y me da la impresión de que muchos de los chavales escuchan de todo. Por eso imagino que la gente joven cuando hace música tiene un abanico más amplio.

P. Algo que tiene que ver directamente con internet ¿no? ¿Cuáles creéis que han sido las consecuencias del libre acceso a la música y la convalecencia del formato físico?

R de Rumba: (levanta el móvil) Esto lo ha cambiado todo. Aquí tienes desde los Beatles, hasta Judas Priest, Metallica y Kami y Rumba, ¿sabes? Es una locura. Antes había que buscarse mucho las castañas para escuchar música nueva. Creo que la música ahora se vive demasiado rápido.

Kami: Más rápido y se valora menos. Realmente desde que se empezó a descargar la música en internet, en un rato ya tenías 200 canciones y, al final, ni te las escuchabas. Antes conseguías 20 y te las escuchabas todas varias veces. Valorabas esa música nueva que tenías. Ahora te contentas con catar el principio y pasar a otra cosa si no te gusta.

Kami y R de Rumba | Imagen cedida

P. Volviendo al disco, ¿cuánto os ha llevado hacerlo?

Kami: Es difícil calcularlo, porque vivimos en sitios distintos. Pero igual hará dos años concretos. Ha sido un trabajo muy pausado.

R de Rumba: Lo que teníamos claro es que no queríamos trabajarlo por internet. Las decisiones serias, música, letras, etc., a la cara. Siempre a la cara. Yo, con todo lo que hago, intento que sea así. Hay que verse las caras y tocarse… Entre comillas, claro (ríe)

P. ¿A dónde queríais llegar con él?

Kami: Con el disco no pretendíamos cambiar nada, ni aportar nada nuevo, es más de lo nuestro…

R de Rumba: ¡Pero con limón! (ríen) Aunque mezclar al Rumba y al Kami ya es en sí una novedad.

P. Lo que no es novedad, es la omnipotencia de los porros, Kami. Te haces uno en cada vídeoclip.

Kami: (ríe) Si te lo puedes creer, me controlaba y todo para no salir en cada toma con un peta. Me daba un poco de rabia, porque soy muy fumeta, pero también me da cosa estar ahí dándole todo el rato.

R de Rumba: Sale así porque él es así. No hay nada buscado. Cosas simples, ya te digo (ríe)

R de Rumba: «El rap es un telediario de la calle y está en forma»

P. En Espectáculo Sonoro se ve un rap más combativo y en Rutinas una declaración suave de la cotidianidad amorosa. ¿Teníais meditado tocar tantos palos dentro del mismo género musical?

Kami: A mí me gusta el rap político y la música comprometida, pero cada vez me parece menos obligatoria. También me gusta la música que sea sólo para bailar, aunque creo que es importante que haya ambas. Sobre todo en el rap.

R de Rumba: Claro, el rap es un telediario de la calle. Lo que hace que también pueda serlo de los padecimientos. Yo, por ejemplo, aunque con Espectáculo lo tuve claro, con Rutinas tuve un reto. Tenía que haber bastantes arreglos y la canción tenía que evolucionar, y más viendo el percal de la propia letra. La relación que empieza y muere. Darle esa vuelta de tuerca con teclados y con vientos, fue el camino para llevar la música paralela a lo que rapeaba Kami.

Kami: Rutinas es una canción que no está inspirada directamente en una situación. O sea, sí, son experiencias vividas, pero no una concreta de la que me quería desquitar. Llevaba tiempo queriendo hacer una canción de una relación amorosa en distintos actos, de la manera en que suceden muchas relaciones. Y esto es lo que salió.

P. Sé que es un tema crudo, pero quería preguntaros sobre la muerte. Mr. Fat, Jota Mayúscula, tenéis gente del gremio que empieza a morir y eso se destila a veces en el disco. ¿Cómo la vivís? ¿Cómo la enfrentáis?

Kami: La muerte siempre te rodea y es un fin para todos. En el disco hay varias referencias a la muerte. En los últimos años ya van varios amigos que se me han ido, pero yo tengo claro que eso no me va a condicionar, y ese es mi punto de vista. Voy a morir, sí, pero eso no va a impedirme vivir.

R de Rumba: Sí que es verdad que conforme te vas haciendo mayor es una cosa que empieza a estar ahí. Yo intento no pensar mucho en ello. Me tocó con mi madre de joven, y te vas haciendo a la idea de qué va a pasar. Aunque más a la gente de tu alrededor que a ti mismo. Con Jota fue un shock. Una paranoia. La única conclusión clara que saco de la muerte es que hay que hacer más cosas. Que esto va follao, son cuatro días como quien dice, y hay que darle caña todo lo que se pueda.

Kami: Es verdad que la muerte de Jota a mí me parece que nos ha motivado, no a la hora de hacer el disco, pero sí a la hora de reunirnos más y empujarnos a acabarlo definitivamente. De hecho, Jota llegó a escuchar una de las canciones, y es alguien a quien se lo habríamos pasado nada más haberlo acabado.

Kami y R de Rumba | Imagen cedida

P. Yendo a la actualidad, ¿qué os parece lo que está sucediendo en Palestina?

R de Rumba: Estoy cansado de la doble vara de medir. Claro que es una puta mierda que esté la peña de fiesta y lleguen cuatro zumbados a coserlos a tiros, pero es que llevamos miles de muertos en lo que va de año en Cisjordania. Que paren ya todos de una puta vez.

Kami: A mí lo que más me alucina es el ánimo bélico que hay en los gobernantes. La Unión Europea, en vez de intentar mediar en el conflicto de Ucrania e intentar alcanzar una paz, pues no, un rollo bélico buscando apoyar la guerra. En vez de intentar pararlo, a echarle leña al fuego. Y con Palestina igual. ¿De dónde sale este ánimo belicista? Me parece un retroceso.

P. Para concluir, ¿cómo veis el panorama del rap actualmente?

Kami: El rap goza de una salud cojonuda. Está en su momento.

R de Rumba: Si me hubieses preguntado hace cuatro o cinco años, te habría dicho que lo veía chungo, pero hoy creo que la cosa tiene una temperatura muy buena. Gente como Fernando Costa o Lia Kali, son jóvenes que lo están haciendo guapo. El rap, el hip hop, está en forma. Y eso, para nosotros que somos los abuelos del género, es una alegría de la hostia.

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