'The Buccaneers': Apple busca llenar el vacío de 'Los Bridgerton' con esta nueva adaptación
La serie de Apple TV+ adapta la novela de Edith Wharton, aunque con la mirada de hoy, y resulta algo decepcionante
Los fans de Los Bridgerton están de enhorabuena. Apple TV+ acaba de estrenar en su plataforma una serie que, sin duda, les encantará. Hablamos de The Buccaneers: aristócratas por amor, la adaptación de la novela inacabada de la excelsa escritora Edith Wharton y publicada en 1938. Eso sí, no esperen una serie de la época al uso: tiene una mirada tremendamente actual. A veces, incluso demasiado para una producción de estas características.
Esta ficción nos presenta a un grupo de chicas estadounidenses ruidosas y excéntricas que irrumpen en la escena del encorsetado Londres de 1870, lo que da lugar a un choque cultural angloamericano. Enviadas a hacerse con maridos y estatus, los corazones de las chicas buscan mucho más que eso.
Corpiños y pop
La comparación de The Buccaneers: aristócratas por amor con Los Bridgerton es más que evidente. Solo hay que fijarse en su reparto multirracial y su banda sonora, repleta de temas pop que, obviamente, alejan al espectador de la época que retrata la serie. No es la primera adaptación a la pequeña pantalla que protagoniza The Buccaneers, la BBC ya hizo una –y bastante aplaudida– en 1995. Sin embargo, ha quedado en el olvido, por lo que para Apple no ha habido ningún problema en readaptarla.
Esta es una serie repleta de corpiños, por la época que retrata –finales del siglo XIX–, y de pop, por la época en la que está rodada. El resultado es bastante sorprendente, como pudo serlo en su momento la María Antonieta de Sofia Coppola. O como los propios Bridgerton. La banda sonora a veces lo es todo. Un dato que demuestra especialmente el espíritu de esta serie es el siguiente: Taylor Swift, poco amiga de hacer concesiones, cedió la canción Nothing New (Taylor’s version), un maravilloso dueto con Phoebe Bridgers.
Un reparto de estrellas en ascenso
Lo más interesante de esta adaptación sea, probablemente, ir descubriendo a los intérpretes de la misma. Hay tres protagonistas absolutos: Nan St. George (Kristine Froseth), Theo (Guy Remmers), y Guy Thwarte (Matthew Broome). Son el gran triángulo amoroso de la serie. Después, hay otros que podríamos considerar secundarios, pero en general es una serie bastante coral. El papel de Conchita (Alisha Boe) es uno de los más destacados entre los ‘novatos’, aunque ella saltó a la fama hace ya unos años con la popular serie de Netflix Por trece razones.
Entre esos nuevos descubrimientos, un grupo de actores y actrices que no sabemos si terminarán despuntando, también hay algunas caras más conocidas en The Buccaneers. Es el caso de la ya mencionada Kristine Froseth (La verdad sobre el caso Harry Quebert) y la irlandesa Simone Kirby (Jimmy’s Hall y Alicia a través del espejo), que interpreta magistralmente a Laura Testvalley, una sórdida institutriz. En general, todas las interpretaciones están bien. Lo que falla, como suele ser costumbre en este tipo de producciones, es el guión adaptado.
Un culebrón cubierto por un velo feminista
The Buccaneers sería un ejercicio interesante si no fuera porque, en el fondo, no deja de ser un mero culebrón. Un culebrón, eso sí, cubierto por un velo feminista y de rebeldía. Tras esta producción, de hecho, hay un buen puñado mujeres empoderadas. Pero eso no es siempre sinónimo de rompedor. De hecho, el discurso parece un pelín manido y, a pesar de llevar a la pantalla temas como la liberación femenina, el amor lésbico y la violencia machista, no llega a profundizar en absolutamente nada. Es una sucesión de amores y desamores más. Es, a fin de cuentas, una oportunidad perdida de adaptar como es debido la novela inacabada de Wharton.
No es de extrañar que la creadora de The Buccaneers –o la showrunner, como acostumbramos hoy a llamar a esa figura, como si no tuviéramos palabras en castellano–, Katherine Jakeways, se inspirara en Girls, la adorada y odiada –a partes iguales– creación de Lena Dunham. Teniendo en cuenta que esta es una producción Apple TV+, que era famosa hasta ahora por no tener series malas en su catálogo, el experimento termina siendo algo decepcionante. Aunque a los fans de Los Bridgerton les encantará. Mucho pop, mucho corpiño y poco discurso.