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Cultura

BCNegra apuesta por la novela híbrida

THE OBJECTIVE conversa con el escritor Carlos Zanón, comisario del festival, que tiene por lema ‘Espías como nosotros’

BCNegra apuesta por la novela híbrida

Cartel del encuentro de novela negra 'BCNegra'..

BCNegra, el encuentro sobre novela negra de referencia en el panorama español, cumple 19 años en 2024 y lo hace con un programa que tiene como leitmotiv Espías como nosotros, título que genera un abanico de posibilidades más allá del cine para movernos entre guerras, secretos, traiciones, agentes dobles, espías de nosotros mismos y hasta torbellinos geopolíticos. Para hablar más a fondo del festival y su edición de este año, que se celebrara entre el lunes 5 y el domingo 11 de febrero en distintos escenarios de la Ciudad Condal, conversamos con su comisario, el escritor Carlos Zanón. 

Pregunta.-¿Qué diferencias tiene el festival de este año o cuales notas con relación a las anteriores ediciones que has dirigido? 

Respuesta.- En los últimos tiempos hay una proliferación de festivales y eso afecta un poco con los autores, sobre todos los extranjeros. Antes venían seguro, ahora quizá han ido a otro y si acuden al nuestro les rompemos el ritmo de trabajo. Ahora hay mucha clase media general en España y fuera, pero con las estrellas emblemáticas termina que siempre traemos a las mismas. Creo que el género debe reventar por algún lado. Ahora un festival debe ser muy híbrido, como el género. Nosotros lo intentamos hacer cada año un poco más.

P.- Hablas de una clase media abundante, internacional y española. ¿Qué se puede hacer con ella en los festivales?

R.-El problema es complejo porque ahora tener un festival de novela negra es casi una moda al ser producto que los ayuntamientos y las entidades han comprendido muy bien. Si quieren hacer algo cultural no se rompen los cascos. Si alguien va y les vende un festival de negra les encanta. No pasaría lo mismo con uno de literatura sin más. La proliferación ha surgido así. 

P.- ¿Eso ha supuesto incrementar su público?

R.- Yo creo que no. Vivimos una especie de espejismo con Stieg Larsson y Todo arde, de Gómez Jurado. Estos booms abren el género a nuevos lectores, pero generalmente no se mueven todos los autores. La gente que sigue los festivales siempre es la misma y suele interesarles un autor del que ya tienen cinco libros, si bien algunos si están pendientes de excepciones, como este año Esther García Llovet. El problema es que en general parece que sean siempre los mismos autores con los apellidos cambiados. Deberíamos intentar captar nuevo público, pero es muy complicado.

P.-En este sentido, BCNegra siempre se ha mostrado más atractiva por los escenarios del festival, un auténtico escaparate urbano, atractivo para todo tipo de público.

R.-Es esencial poder disponer de este escaparate a lo que añadimos que las actividades del festival son variadas y cada año tenemos varios escenarios, que cambian a cada edición. Sin embargo, es cierto, que el target nuestro es de 40 años para arriba, gente que ve el programa y decide pasarse.

El escritor Carlos Zanón.

P-. En la televisión y en otros campos de la cultura, los consumidores son los jubilados

R.-La gente de 25 o 30 raramente programa la tarde para venir al festival, pero este público consume lo que ofrecemos en otros aspectos, sobre todo en las plataformas, donde todo son thrillers. En verdad tampoco me obsesiono mucho con esto. Al final es un festival abierto a la ciudadanía para que vengan todos.

«Hay una oferta tan descabellada que a veces debes programar propuestas que al principio juzgas como muy débiles»

P.- Y eso supongo que se consigue creando un lenguaje propio.

R.-Sí, crear el propio lenguaje es ofrecer novedades, reivindicar autores que están un poco olvidados, incluso a veces trabajamos con descatalogados, porque si bien siempre deben estar no queremos que el festival sea un escaparate sólo de lo nuevo. La idea es que alguien se pase como va al Primavera Sound. No sabes lo que van a dar, pero sabes que te va a gustar.

El escritor Carlos Zanón.

P.-Antes hablábamos de la abundancia de clase media en el género, autores que en muchos casos tienen un estilo más audiovisual, algo que también contribuye a la sobreproducción de novela negra y sus derivados. ¿Cómo lidias con eso a la hora de descartar autores?

R.- Es parte del juego. Uno al principio sólo piensa en invitar a los que nos entusiasman, pero el festival no es una fiesta de cumpleaños. Hay una oferta tan descabellada que a veces debes programar propuestas que al principio juzgas como muy débiles, pero es producto de lo que hablamos. Todo lo que hace el boom, Larsson y lo demás, es crear un circuito de festivales y lectores que se asienta, lo que permite a las editoriales crear sus colecciones, al final viéndose obligadas a sacar x títulos al mes por narices. Y qué pasa. Que no hay. Si hay 30 títulos al mes no es posible encontrar diez de autores o españoles.

P.- Y con el tiempo hay sellos que son muy fiables.

R.- Sí, y al final para el lector de nicho es importante tener sellos de los que te fías. Las editoriales de género sacan sus novedades en enero porque así las presentan en BCNegra. Eso conlleva una especie de estructura y alianza tanto en nosotros como en los sellos. Luego está esa mezcla de autores consagrados que crean fidelidad con esa clase media, que por otra parte tiene autores que empezaron en los ochenta con una barbaridad de libros escritos. 

P.- Este año los espías son el leitmotiv del festival a partir de Graham Greene. Son una tipología que precisamente permite lo que comentábamos de la hibridación tanto en el género como en vuestro programa.

R.-Al pensar en el género la gente suelo asociarlo con ficción, pero puede ir más allá, y los espías en este sentido son perfectos porque sin ir más lejos son casi un clásico en los ensayístico, por no hablar del cine y sobre todo el imaginario.

«El género negro no tiene pureza de sangre»

P.- A partir de un punto puedes generar mil. 

R.- El género negro empezó siendo un subgénero. No tiene pureza de sangre, por eso se le puede mezclar con ciencia ficción, novela histórica, cine, periodismo y la gente. El lector busca calidad en todo esto. En nuestro caso con los espías tenemos una mesa dedicada, valga la redundancia, al caso Pegasus, pero también abordamos el tema de la intimidad, los espías y los secretos. 

P.- ¿Cuáles son los platos fuertes de BCNegra 2024?

R.- Aquí hay mucha variedad. Te podría citar como inevitables a Jo Nesbo, el estadounidense Chris Offut y Alan Parks, aunque luego por ejemplo también está Eduardo Mendoza o nuestro personaje en cierto sentido de este año, que es Lònia Guiu, la mujer detective de Maria Antònia Oliver. También dedicaremos una mesa al japonés Seicho Matsumoto, al que llamaban el Simenon nipón. También estoy muy contento con la presencia de Elaine Vilar, una autora cubana buenísima. 

P.- El caso de Mendoza me resulta paradigmático en torno a lo que decíamos del género donde cabe todo. Su última novela, Tres enigmas para la organización (Seix Barral, 2024), en ocasiones parece un cómic de Mortadelo y Filemón sin dejar de ser una historia de detectives.

R.- Y demuestra ese maridaje del género. Mendoza también tiene algo que se menciona poco en la novela negra y es la vis humorística. Por supuesto no es lo mismo que en una novela negra pura, donde el humor puede marcar pausas. 

El escritor Carlos Zanón.

P.- BCNegra es de los pocos eventos actuales en la ciudad que mantiene a flote el perfil cosmopolita.

R.- El festival apunta sobre todo a autores de fuera, que a veces conseguimos traer con historias increíbles. Este año, por ejemplo, viene Eliane Vilar de La Habana. Es un lujo tener a alguien que viene, habla una hora para el público y participa en clubes de lectura.

«Se necesita que se tranquilicen las editoriales y no llenen toda la mesa de novedades porque los libros deben tener más vida»

P.- El festival siempre ha progresado desde la continuidad. ¿Piensas que debería reformularse en el futuro por lo que hemos hablado de los límites del boom del género? 

R.- Quién sabe, lo cierto es que el ritmo actual es indecente porque no todos firman como Dolores Redondo, es más, ni siquiera Vargas Llosa firma una barbaridad si va a un festival. Se necesita un ajuste, que se tranquilicen las editoriales y piensen que no deben llenar toda la mesa de novedades porque los libros deben tener más vida. Algunos merecen dos, tres, cuatro ataques.

P.- A mi parecer un mercado con menos libros y más reediciones sería mejor.

R.- Estaría bien parar la rueda de hámster, pero se busca el éxito desde la constante novedad y eso impide un buen trabajo de formación del escritor, que no tiene pausa si quiere mantenerse en esa rueda tan bestia. 

P.- Y eso también está relacionado con el tema del lector joven.

R.-Al que debería buscarse sin caer en la trivialidad. Por ejemplo, autoras como Mónica Ojeda abren filones que pueden ser atractivos. Desde el festival nos gustaría pensar que es posible un modelo como el francés e introducirnos en las aulas de los institutos para potenciar la lectura de manera atractiva, algo que ahora es urgente en todos los sentidos.

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