El mayor dinosaurio de la historia hace guardia en el CaixaForum
La exposición muestra valiosos fósiles y espectaculares réplicas a tamaño real de una fauna de 200 millones de años
No es un espejismo producto del calor. Lo que asoma bajando por el madrileño Paseo del Prado es, efectivamente, un enorme dinosaurio. El mayor de la historia, de hecho. En realidad, para tranquilidad del transeúnte, se trata de una réplica a tamaño real de un Patagotitan mayorum de 38 metros de largo que guarda la entrada a la exposición Dinosaurios de la Patagonia en CaixaForum Madrid.
La muestra, desarrollada por el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF), se podrá visitar hasta el 6 de abril e incluye otras 12 réplicas de otras tantas especies de dinosaurios y una pormenorizada explicación de su diversidad y evolución en la Patagonia que habitaron hace millones de años. El visitante tiene que hacer un esfuerzo imaginativo para viajar a una época en que la infinita planicie árida encajonada hoy entre el Atlántico y la cordillera de los Andes era puro bosque, selva y pantano con África a su derecha y el Pacífico a la izquierda. Otro mundo.
El rey de aquel vasto espacio era el patagotitan. El descubrimiento casual de uno de sus huesos en 2012 por un agricultor en la provincia de Chubut llamó la atención de un equipo de arqueólogos encabezado por José Luis Carballido y Diego Pol, que acabó desenterrando más de 200 fósiles de siete ejemplares de lo que acabó denominándose Patagotitan mayorum (titán de la Patagonia de la familia Mayo, por el apellido de los dueños de la finca donde fue hallado).
A Madrid han viajado dos fémures, un húmero, un cúbito y un radio del patagotitan. Fósiles reales que resultaron clave para la reconstrucción anatómica de esta criatura cuadrúpeda cuellilarga, de cabeza pequeña y cola larga. La medida de la circunferencia de su húmero y de su fémur, así como una reconstrucción tridimensional realizada escaneando todos los huesos, permitieron estimar su tamaño.
A partir de ahí, se ha podido realizar la réplica de este gigante que necesitaba comer 129 kilos de plantas al día. Se lo tomaba con calma, porque a diferencia de otros saurópodos, no tenía los huesos huecos y debía moverse lentamente para optimizar el consumo de energía y oxígeno. Y no le iba mal: según los anillos de crecimiento de sus restos óseos, podía vivir 50 años. Los organizadores han tenido el acierto de colocar su réplica como reclamo bien visible de la muestra, en el exterior del CaixaFórum, junto al jardín vertical al que parece a punto de soltar un bocado.
En el interior se espera una interesante muestra arqueológica que da cuenta de la variedad evolutiva del paisaje patagónico. Entre los fósiles reales, por ejemplo, se encuentran las vértebras de un ornitópodo o los dientes de saurópodos como el Bagualia alba, así como numerosos ejemplares de flora local.
Pero, para el gran público, la multiplicidad de la especie queda más evidente con la disposición de otras 12 réplicas integradas en el circuito expositivo. Así, el Manidens condorensis levanta apenas 75 centímetros del suelo y pesa un raquítico kilo, mientras que el Tyrannotitan chubutensis se acerca a la majestuosidad del patagotitan con sus 12 metros de largo y seis toneladas; sus cortos brazos recuerdan al popular Tyrannosaurus rex, y sus poderosas patas traseras le permitían alcanzar los 30 kilómetros por hora.
El Eoraptor lunensis y el Herrerasaurus ischigualastensis, dos de los más antiguos, vivieron hace 230 millones de años. El primero, omnívoro como el patagotitan, medía alrededor del metro y medio, y pesaba tan solo una decena de kilos, mientras que el segundo, un carnívoro de aterradores dientes grandes y afilados, disponía de una visión periférica casi global.
Con un completo recorrido que mezcla los fósiles y las réplicas con audiovisuales didácticos, la exposición revela detalles curiosos de esta exótica fauna, como la existencia de unos sacos de aire conectados con los pulmones, un sistema que heredaron las aves actuales, o el extremadamente desarrollado olfato de los dinosaurios terópodos que explica la presencia habitual de un orificio entre las cuencas de los ojos.
La muestra se complementa con una serie de actividades programadas por CaixaForum. Desde el ciclo de conferencias Tierra de gigantes, con cinco ponencias de biólogos, paleontólogos y paleobiólogos nacionales e internacionales como Steve Brusatte y Penélope Cruzado-Caballero, al ciclo de proyecciones Pequeños cinéfilos. Dinosaurios de película, en el que se podrá ver las películas El viaje de Arlo, Ice Age 3: el origen de los dinosaurios, Jurassic Park y En busca del Valle Encantado con presentaciones que ayudan a profundizar de la información arqueológica que proporcionan.