Lea aquí el viral discurso completo de María Luisa Gutiérrez contra ETA en los Goya
La productora de ‘La infiltrada’ dedicó el premio a las víctimas del terrorismo y a la Policía Nacional

La productora María Luisa Gutiérrez. | EFE
La gala de los Goya celebrada este sábado tomó un tono ligeramente distinto al habitual durante el discurso de María Luisa Gutiérrez, productora de La infiltrada, que se alzó con una estatuilla. Gutiérrez dijo unas palabras muy aplaudidas, y que han corrido rápidamente este domingo y este lunes por redes sociales.
En su discurso, la productora alabó el trabajo de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado -recordemos que la película trata de una policía nacional que se infiltró en la cúpula de ETA-, recordó a las víctimas del terrorismo e, incluso, hizo una defensa del cine comercial acordándose de su compañero Santiago Segura, quien firmó en 2024 la película más taquillera del cine español. Este es el discurso completo de María Luisa Gutiérrez:
«A los del cine se nos relaciona con la vanidad y las alfombras rojas. Pero para nosotros, para los productores, para Mercedes, para Álvaro, para Pablo y para mí este Goya es un símbolo y es un símbolo del esfuerzo y de la resistencia. Algo que los del cine, los que estamos en esta sala sabemos mucho porque es una película que ha tardado ocho años en llegar a la pantalla grande. Eso sí, hemos llegado y 18 semanas después seguimos ahí con 200 pantallas.
Y también es un símbolo de profesionalidad. De la de la profesionalidad de todo un equipo técnico y artístico que sin ellos no podríamos haber hecho la película. Pero empezando por la profesionalidad de una directora mujer, thriller, seis millones de presupuesto. Qué triste tener que decir esto. Ella ha podido, se puede.
Los productores estamos contando una historia real, que está basada en una historia real y está contada a través de los ojos de una persona real. Y para nosotros era una responsabilidad absoluta que la película respirara verdad. Y no podríamos haberlo hecho sin la persona que nos regala o que me regala a mí la historia hace ocho años: un compañero de la infiltrada real que luchó y estuvo en la lucha antiterrorista. No lo podríamos haber hecho sin Pablo Muñoz, periodista de Interior de aquella época que nos hizo todos los informes periodísticos que luego fueron la base para hacer un buen guión. Y sin aquellos vascos que también leyeron el guion para ver que el contexto que estábamos retratando era un contexto real. A todos ellos, muchísimas gracias.
Los productores, los cuatro, queremos compartir este premio con la infiltrada real y con todos los que, como ella, arriesgan su vida por el bien común y arriesgan su vida, sobre todo por defender los principios de la democracia. Y recordemos que la democracia se basa en la libertad de expresión. Y la libertad de expresión se basa en que cada uno piense lo que lo que piense, y que, aunque yo esté en las antípodas de lo que piensas tú, que te respete y que tú tengas el derecho a decir lo que piensas.
También lo queremos compartir con la familia Ordoñez y con la Fundación Víctimas del Terrorismo, con Covite y con todas aquellas víctimas reales que han visto la película y que a pesar del dolor que han sentido, nos han dado las gracias porque es una historia que hay que recordar, porque la memoria histórica también está para la historia reciente de este país.
Y por último, quiero compartir mi trocito de Goya con mi socio Santiago Segura, porque nuestra empresa hace películas, comedias familiares que dan mucha taquilla y gracias a ellas podemos hacer películas arriesgadas como esta. En una industria sana se necesita los dos cines. Uno no puede vivir sin el otro. Quiero compartirlo también con mis colegas productores independientes, aquellos que hacen apuestas arriesgadas por películas que quizás no tienen un rédito en taquilla. Porque la cultura no solo tiene que tener un rédito en taquilla, pero que luego van viajando por todo el mundo como marca España.
Un agradecimiento muy personal. A mí los estudios me los han pagado la agricultura. La agricultura y ganaderos de este país lo están pasando mal. Nadie habla de ellos, son invisibles. El campo lo está pasando mal y sin el campo aquí no tenemos nada. Y, por último, que ya sé que todos os queréis ir, quiero compartir mi trocito de Goya con mi pueblo Yunquera de Henares, Guadalajara, con mi familia, con mis hijos Mario, Lucas, Marco, Ginebra que han tenido que sufrir mis ausencias. Y por supuesto, papá, contigo. Gracias».