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China planea vetar los estrenos de Hollywood como represalia a los aranceles de Trump

La guerra comercial podría extenderse a la gran pantalla perjudicando a la industria en su segundo mayor mercado mundial

China planea vetar los estrenos de Hollywood como represalia a los aranceles de Trump

Imagen del 'Hollywood Sign' en el Monte Lee. | Wikipedia

Las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China amenazan con provocar un nuevo giro en el conflicto: un eventual bloqueo de los estrenos de Hollywood en los cines chinos. Esta medida, que aún no se ha oficializado, pero que ha sido sugerida por fuentes cercanas al Gobierno chino, podría convertirse en un duro golpe para la industria cinematográfica estadounidense.

La posible represalia surge como respuesta a los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump que, actualmente, se sitúan en un 145% sobre productos chinos, con la amenaza de que continúen al alza. China ha prometido «luchar hasta el final» y ya ha elevado sus propios gravámenes hasta el 125% como contraataque. Sin embargo, las autoridades del país asiático podrían optar por ir más allá de los aranceles convencionales y atacar una de las exportaciones culturales más influyentes de EEUU: sus películas.

Según Bloomberg, dos influyentes voces en redes sociales chinas, Liu Hong —editor senior de Xinhuanet, el portal oficial de la agencia estatal Xinhua— y Ren Yi, un famoso bloguero conocido con el pseudónimo ‘Presidente Conejo’ y nieto de un alto dirigente del Partido Comunista, han publicado simultáneamente que el Gobierno chino considera «reducir o prohibir por completo» las importaciones de películas estadounidenses. Aunque las publicaciones no han sido confirmadas oficialmente, reflejan el tono cada vez más beligerante del discurso gubernamental.

A Donald Trump le preguntaron acerca del posible ataque chino a la industria californiana este pasado jueves en una rueda de prensa en la Casa Blanca, de la que no dio sensación de estar muy preocupado. Incluso, se llegó a burlar de ello: «He oído cosas peores», comentó el máximo mandatario de EEUU con tono burlón, desatando las risas en la sala de conferencia.

Por ahora «moderará» las películas estadounidenses

Como primer paso visible, China ya ha comenzado a ajustar su postura. Tras el nuevo endurecimiento de los aranceles por parte de Washington, las autoridades del gigante asiático han anunciado que reducirán «moderadamente» la cantidad de estrenos de Hollywood en todo el país.

Un portavoz de la Oficina Nacional de Cine declaró este viernes que «las malas prácticas del Gobierno de Estados Unidos al abusar de los aranceles contra China solo pueden reducir aún más la popularidad de las películas estadounidenses entre el público chino«. Y añadió que el país continuará «siguiendo las reglas del mercado y respetando las elecciones de los espectadores», al tiempo que limitarán el número de películas estadounidenses importadas.

Pese a esta decisión, las autoridades insisten en que el acceso del público chino al cine internacional no se verá restringido del todo. A través de plataformas digitales y otras vías, el público local sigue teniendo acceso a un amplio catálogo de títulos foráneos. «Seguimos comprometidos con un alto nivel de apertura al mundo exterior y continuaremos trayendo buenas películas de más países para satisfacer la demanda del mercado», concluyó el portavoz.

Un mercado vital en juego

El momento no podría ser más delicado. China es el segundo mercado de taquilla más grande del mundo y ha sido clave para el éxito de grandes producciones estadounidenses. Películas como Vengadores: Endgame, Fast & Furious 7 o Avatar: El Camino del Agua han generado cientos de millones de dólares en taquilla china.

Este año, la lista de blockbusters que apuntan al mercado chino es extensa: Misión imposible: Sentencia final, la nueva cinta de Superman, Avatar 3: Fuego y ceniza o Los cuatro fantásticos: primeros pasos, entre otros. La exclusión de estas producciones podría impactar notablemente en las proyecciones globales de recaudación. Además, China ejerce un férreo control sobre su mercado cinematográfico. Solo se permite la entrada de 34 películas extranjeras al año bajo el modelo de reparto de ingresos; el resto deben ser adquiridas con tarifas fijas. Cualquier modificación en las políticas de importación puede aplicarse de forma inmediata.

Paradójicamente, mientras se discuten represalias, el pasado fin de semana Una película de Minecraft, de Warner Bros y Legendary, logró destronar a la producción local Ne Zha 2, que llevaba diez semanas liderando la taquilla con más de 2.110 millones de dólares recaudados. El triunfo de Minecraft podría ser breve si las amenazas de veto se concretan.

No obstante, algunas señales ponen en duda la inminencia de una medida tan drástica. Marvel tiene previsto estrenar Thunderbolts en China el próximo 30 de abril, algo que sugiere que las restricciones aún no han sido activadas. Además, se señala que una prohibición afectaría también a los intereses económicos locales: las autoridades chinas mantienen estrechos vínculos con las cadenas de exhibición y los promotores inmobiliarios que dependen de la asistencia al cine.

¿Represalia o reestructuración cultural?

Más allá del enfrentamiento comercial, algunos analistas interpretan este posible veto como parte de una estrategia más amplia del Gobierno chino para fortalecer su industria cultural. En 2024, el cine chino experimentó un año discreto en recaudación, con unos 5.800 millones de dólares. Sin embargo, se proyecta un crecimiento del 30% para 2025, hasta alcanzar los 7.600 millones, un objetivo que podría verse facilitado si se reduce la competencia extranjera.

Al mismo tiempo, el éxito de Ne Zha 2 y otras producciones locales demuestra que el cine chino está preparado para disputar el liderazgo global en términos de audiencia y taquilla. La industria del entretenimiento internacional observa con atención los movimientos de Pekín. Por ahora, la amenaza permanece latente, pero la posibilidad de una prohibición ha generado inquietud entre los estudios estadounidenses, para quienes el mercado chino representa una parte cada vez más vital de su modelo de negocio.

Si el conflicto arancelario continúa escalando y la cultura se convierte en un campo de batalla adicional, el cine —hasta ahora un puente entre Oriente y Occidente— podría convertirse en otra víctima de la rivalidad entre las dos principales potencias del mundo.

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