La travesía entre la pesca y la palabra en el universo de Diego Zúñiga
El escritor chileno explora la frontera entre ficción y realidad en su nueva novela ‘Tierra de campeones’
Este año, el escritor chileno Diego Zúñiga (Iquique, 1987), laureado por ser seleccionado por el Hay Festival como uno de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años, ha vuelto a las librerías españolas con la novela Tierra de campeones (Literatura Random House), una obra literaria que no solo se inspira en la realidad, sino que la redefine con maestría.
En el centro de esta epopeya ficticia se encuentra Raúl Choque, el inolvidable campeón del mundo de pesca submarina deportiva en 1971, un ícono en la era de Allende y un héroe venerado en su querida Iquique. Su infancia está impregnada por la gesta del legendario campeón local, hasta que, con el devenir del tiempo, da forma a un personaje ficticio, Chungungo Martínez, un joven cuyo destino se cruza con el de Choque de manera sorprendente.
El relato sigue los pasos de Martínez, un niño marcado por la ausencia paterna y el abandono materno en un entorno desolado. Adoptado por un tío perteneciente a una comunidad de pescadores en la remota Caleta Negra, Martínez encuentra su vocación en la pesca submarina, mientras se nutre de las lecturas de la revista estadounidense Reader’s Digest que le proporciona una amable señora de la ciudad. Estas lecturas proporcionan a la historia nuevas metaficcionales que hacen del protagonista un hombre que va más allá de la Caleta Negra, hasta que le llega la posibilidad del Campeonato Mundial de Caza Submarina de Iquique en 1971.
Zúñiga, tras su paso promocional por Barcelona donde estuvo dictando un taller en la librería Finestres, responde algunas preguntas para THE OBJECTIVE en un intento de acercarnos a su literatura y a la identidad chilena.
PREGUNTA.- ¿Por qué escoger la figura del campeón Raúl Choque para llevar a la ficción Tierra de campeones? ¿Por qué inspirarse en Choque para escribir la historia de Chungungo Martínez en vez de escribir una novela biográfica?
RESPUESTA.- El primer impulso de este libro viene de la historia de Raúl Choque, particularmente lo que fue su participación en el Mundial de Caza Submarina de Iquique en 1971 y lo que le ocurriría después. Pero luego, lo que apareció en realidad fue la ficción. Siempre pensé en este proyecto como una novela, y entonces de pronto surgió el personaje de Chungungo Martínez y el espacio de Caleta Negra, y ya ese primer impulso de la realidad quedó subyugado a este personaje, a este territorio y a todo lo que vendría en la novela. Me interesaba que la imaginación y la invención fueran lo principal de este relato porque creo en ese espacio, el de la ficción, como el lugar perfecto para pensar el mundo: lo que es, lo que fue y lo que podría ser.
P.- El río es el inicio pero no es más que una anécdota frente al mar en la novela. ¿Es el agua el hogar que no tuvo en la infancia el personaje de Chungungo?
R.- Hace poco, un lector me hizo dar cuenta de que la novela empieza en un río y termina en ese mismo río, aunque en un contexto completamente distinto. Y creo que tienes razón, probablemente el agua sea el lugar donde el Chungungo se siente más seguro o más a gusto en la vida. Es una suerte de refugio, pero también es donde terminará por encontrarse con el horror.
P.- El paisaje social de tres décadas en la Chile de la segunda mitad del siglo XX solo se hace palpable al narrar el Campeonato Mundial de Caza Submarina. ¿Qué era Iquique antes de eso? ¿Querías relatar un antes y después de Allende o un antes y después de Pinochet?
R.- Cuando se me aparece Chungungo Martínez como personaje y protagonista, también se me apareció, inevitablemente creo, el paisaje social que lo acompaña y define. Entonces no sé si decir que quería relatar un momento puntual de la historia de Chile. Lo que pasa es que en el trabajo con todo el material de archivo fueron surgiendo ciertas imágenes y preguntas sobre esos años, los años en que Chungungo crece, se forma, compite, en fin, años importantes que me exigían, desde la escritura, hacerme cargo de ellos. Y quizá eso no es un imperativo, sino más bien una opción, o una forma de ver y enfrentarse a los materiales narrativos: me cuesta mucho escribir algo que no esté situado en un contexto político y social porque creo que ese contexto político y social nos determina en muchos niveles, entonces me parece que es algo casi natural y por eso tampoco me interesa trabajarlo de manera tan explícita o discursiva.
P.- El ritmo de la novela está acompasado con el mar. ¿Cómo decidiste el estilo de la novela? ¿Es el ritmo lo que genera el estilo en Tierra de Campeones?
R.- Voy a tantear una respuesta, porque no lo tengo tan claro, pero creo que el estilo de la novela viene de la voz del narrador, es decir, del ritmo de esa voz, sí, y de definir quién va a contar la historia, que en este caso es este amigo de la infancia que va a elucubrar sobre la vida del Chungungo y va a recurrir a materiales que le permiten acercarse a su historia. Esa distancia y ese ritmo, que por momentos cambia y se acelera para luego llegar al capítulo final, me resultó fundamental para pensar la novela porque es una distancia que va creciendo con los años pero que afectivamente oscila de una manera más calmada, diría casi que mantiene una intimidad que me resultaba importante para que la novela fuera lo que es. De ahí también, creo, la decisión de pensar todo esto como una ficción, porque sentía que esa relación del narrador con la historia que narra era uno de los ejes fundamentales de este libro.
Esa relación del narrador con la historia que narra era uno de los ejes fundamentales de este libro
P.- La novela relata un encuentro entre Arturo Godoy y el personaje ficticio de Chungungo. ¿El encuentro entre Choque y Godoy ocurrió en la realidad y si es así, qué cambia en la ficción?
R.- Tengo entendido que coincidieron efectivamente a fines de 1971 en una premiación, o creí haber leído que ambos estaban en esa premiación siendo reconocidos por los periodistas deportivos chilenos. En cualquier caso, lo que sí sé es que a partir de ese pequeño detalle me pareció que en la novela no solo debían coincidir sino que debían tener un encuentro que estuviera a la altura de la situación, y entonces se me ocurrió llevarlos a una noche de juerga en una parrillada santiaguina. Y ya luego ocurre lo que suele ocurrir cuando uno conoce a sus ídolos: todo termina mal, o más o menos mal.
P.- Siendo de Iquique, ¿esta novela es un homenaje a tu ciudad?
R.- No lo sé. Lo que pasa es que vengo escribiendo de Iquique desde mi primera novela, es decir, desde hace ya casi 15 años, entonces no hablaría de homenaje sino más bien de una suerte de obsesión, que creo que ya con este libro se empieza a terminar. O me quiero convencer de eso al menos, por ahora.
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Tierra de campeones de Diego Zúñiga nos revela no solo la frontera entre la ficción y la realidad, sino que ejemplifica esa amalgama de emociones sobre lo que es ser chileno e iquiqueño: perseverancia en medio de la adversidad, valentía frente a la derrota y una inquebrantable fe en un futuro mejor.