Hakuna, el grupo católico que arrasa entre los jóvenes, se lanza a conquistar Asia y Australia
El último concierto en el Wizink Center del pasado 21 de septiembre volvió a reunir a más de 17.000 personas
Concierto de Hakuna en el Wizink Center.
A Macarena Guerrero, integrante del grupo católico musical Hakuna, que arrasa entre los jóvenes de todo el mundo, «nunca me gustaría acostumbrarme» a ver, desde el escenario, a tanta gente cantando y rezando, «ojalá eso no suceda nunca», comenta a THE OBJECTIVE horas antes de empezar un nuevo concierto. Esta joven sevillana, que desde 2021 ha cantado en todos los conciertos de Hakuna en Madrid, no puede contener la emoción cuando, desde la pista del Wizink Center, y mientras van llegando las 17.000 personas que en media hora agotaron las entradas para el concierto del pasado 21 de septiembre, confiesa su sorpresa por «cómo el Espíritu Santo sigue actuando, está aquí, y nunca sabemos lo que nos pondrá sobre la mesa. Es un regalo ver a tanta gente rezando».
De momento, el sábado le puso una nueva manifestación de Fe en Dios, en su segundo concierto en este recinto madrileño, que ya se les ha quedado pequeño. Muy atrás quedan sus conciertos en Vistalegre, donde empezaron reuniendo a no más de 3.000 personas, después 5.000, hasta colapsar con 7.000 entradas vendidas en pocas horas. Estos jóvenes entusiastas, que han situado sus canciones entre las 50 más virales, han roto todos sus límites y ya se extienden por 35 ciudades españolas, 15 en Europa, 11 latinoamericanas y ahora se lanzan a la conquista de Asia, donde ya cuentan con un grupo en Corea, y Australia.
Tan lejos como Vistalegre quedan aquellas reuniones preparatorias para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro en 2013, convocados por el sacerdote José Pedro Manglano, el germen de Hakuna. Y también lejos quedan canciones como «Enciéndeme», «Pasión de Dios» o «Huracán», que siguen presentes en sus conciertos, pero que ahora han dado paso a su último disco «Arte 0», algunos de cuyos temas presentaron el 21 de septiembre en el multitudinario concierto de Madrid.
«Este disco se llama así porque la última canción que hemos sacado es una alegoría sobre el arte de vivir», comenta Macarena, añadiendo que «en la vida hay muchos tipos de arte: la pintura, la música, la arquitectura; y nosotros llamamos el arte 0 al arte de la vida cotidiana, del día a día, cantamos a lo que nosotros vivimos». Uno de los temas, «Trueno», la continuación de la conocida «Huracán», se estrenó en Madrid en su versión completa, ya que en el concierto de enero «la cantamos sin la forma final. Hay mucho trabajo de producción detrás y por eso ha tardado en salir».
Nuevas canciones y un nuevo escenario, con un fondo de amplia pantalla en la que se proyectan momentos de la vida de Hakuna, así como un espectáculo de luz «en el que hemos avanzado bastante», fueron los elementos más característicos de una renovada puesta en escena, «con más recursos artísticos». Como siempre, detrás del escenario, la Custodia, en un pequeño altar, que preside la vida espiritual y público de este grupo de jóvenes, que rezan antes de empezar el concierto.
El momento más emocionante, como siempre, cuando empieza a sonar «Noche», la canción que recuerda a toda la gente que vive y sufre en la oscuridad. «El momento que siempre más me sorprende es esta canción, en la que se reza por todo lo que ocurre en la noche. Desde el escenario ves una piedad tremenda, todo el mundo se arrodilla en la pista y ves una piedad tremenda … La de oraciones que hay por toda esa gente», se emociona Macarena Guerrero.
En este concierto, la sorpresa fue la presencia de un coreano cantando, un joven que representa la semilla que ya han empezado a plantar en este continente. «Tenemos mucha expectación en llegar a Asia, porque en Japón ya ha habido un intento que todavía no se ha llegado a materializar, pero todo indica que el Espíritu quiere meterse por allí; y también en Australia, en Sidney».
Hakuna también volverá este año a México, para participar en el segundo encuentro de este grupo en Latinoamérica. Además, han puesto la primera piedra en Washington, «y el Espíritu ya resuena en el Congo, quiere meterse por allí», dice Macarena. Pero lo más cercano, lo que más le llega cada semana, es esa llamada del lunes, de alguien que se acerca a Hakuna: «Todos los lunes me escribe alguien diciéndome que quiere venir al grupo de Sacramento, al que yo voy, para estar en la Hora Santa. Me impacta que siempre haya alguien nuevo que quiera venir».
