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La locura de Hakuna desborda el WiZink y reúne a 17.000 personas para rezar cantando

Los jóvenes de este grupo musical católico aseguran que su éxito es «un soplo de Dios, nos hemos dejado llevar por Él»

La locura de Hakuna desborda el WiZink y reúne a 17.000 personas para rezar cantando

Más de diecisiete mil personas abarrotaron el WiZink Center la noche del 6 de enero en el concierto de Hakuna

«Esto es una locura, no somos conscientes de lo que sucede», comentaba Maca Guerrero a THE OBJECTIVE. «Es una pasada. increible, impresionante», insistía Cristina López, dos de las jóvenes del grupo musical católico Hakuna, mientras una avalancha de jóvenes, familias enteras, matrimonios de la tercera edad, religiosas, sacerdotes y miles de personas empezaban a ocupar las 17.000 plazas del WiZink Center de Madrid la noche del 6 de enero. Un fenómeno religioso, para algunos inexplicable, pero para ellos, los miembros de de Hakuna, sí tiene un sentido: «Esto ha sido un soplo de Dios, que ha surgido al dejarnos llevar por las confianza que tenemos en él», señala Casilda de Urbina.

Hakuna rompió sus propios límites la noche del 6 de enero en la capital de España y ya no saben hasta dónde llegará su fuerza porque cada vez que se marcan un objetivo lo superan multiplicando las expectativas. De aquellas dos mil quinientas personas que se reunieron en Vistalegre (Madrid) en septiembre de 2021 para asistir al estreno de su disco Sencillamente, pasaron a ocho mil en 2022 y más de diez mil en 2023. Hoy ya tienen su mirada puesta en México, donde este año cantarán en el Santuario de Guadalupe para dar un impulso a este movimiento que se extiende a una velocidad de vértigo por Latinoamérica.

La noche del WiZinck Center ha marcado la mayoría de edad de estos jóvenes que esta noche del día de Reyes recordaban emocionados cuando «éramos muy pocos en la charla de don Josepe (el sacerdote José Pedro Manglano impulsor del movimiento), quince o treinta personas, reunidas en la Iglesia de San Josemaría. Un día nos dijo que en vez de hacer las charlas en una sala enana las íbamos a pasar a la Iglesia. Yo no lo entendí. Estábamos en familia y no sé en qué momento hubo un cambio, y se empezó a llenar», recuerda Begoña Ruibal, ‘Churri’, para los compañeros de Hakuna.

«Éramos muy poquitos, y ¡ya estamos a nivel mundial!, en más de treinta países, llegando a mucha gente», siguen rememorando su historia a las puertas del gran centro musical de Madrid, en una noche fría en la capital, en la que los jóvenes cantantes corren de un lado a otro en la antesala del backstage, con cierto nerviosismo por el reto al que se enfrentaban. Han celebrado una Eucaristía, una Hora Santa, han rezado juntos antes de salir al escenario y, como siempre, tienen expuesto el Santísimo durante todo el concierto.

Imagen de archivo de un concierto de Hakuna.

La vida de muchos de estos jóvenes ha dado un vuelco brutal desde que llegaron a Hakuna: «A mi me ha cambiado la vida, la forma de ver el sufrimiento, lo que sucede a mi alrededor, es algo muy grande que nos ha pasado al formar parte de lo que es Hakuna. La educación católica nos la dieron nuestros padres, pero cuando sales del colegio ya eliges tú, si quieres seguir con esta educación, o con otra, o con ninguna. Hakuna fue mi sí, nuestro sí, de seguir formándonos y creciendo en la Fé», subraya Casilda de Urbina.

Toda la música es fruto de esa experiencia de Fé y las casi dos horas y media que duró el concierto sirvió para hacer un recorrido por estos diez años y seis discos que han batido los récords e incluso se han situado en los primeros puestos de las canciones más oídas en Spotify. Sus temas se han colado en la lista de los 50 más virales de España con hasta cinco canciones: Descalzos, sobre el deseo de vivir la vida con plenitud y en libertad; Noche, en la que se pide por la Iglesia y por cada situación de sufrimiento; Sencillamente, sobre cómo la fe no es un sentimiento, sino una decisión; Un segundo, que expresa cómo nos mira Dios a cada uno; y Huracán, sobre cómo necesitamos a Dios y, aunque pensemos que está lejos, está muy cerca.

El concierto tuvo novedades, como los villancicos flamencos que cantaron con la aportación de un grupo de Sevilla que les sirvió de apoyo también para una de las canciones más esperadas «Madre de Hakuna» y estrenaron una canción «Trueno», que todavía no está grabada. Interactuaron con el público a varias voces para interpretar entre todos «Ojalá» y emocionaron con «Pasión de Dios», «Misericordia» y «Creo».

Hakuna, en uno de los conciertos de la JMJ.

Tras este concierto, este domingo celebraron su Eucaristía de Acción de Gracias en La Almudena y durante todo el año seguirán con su formación religiosa en las distintas actividades que realizan por toda España, de las que después nacen las canciones. Y muchos, como aquella persona de seguridad de Vistalegre, seguirán preguntándose: «¿Quiénes sois vosotros que vemos al público tan volcado?».

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