Nadal agranda su leyenda al conquistar su 19º Grand Slam
El mallorquín se impone al ruso Daniil Medvedev y se queda a un Grand Slam del récord de 20 que sostiene Roger Federer
El tenista Rafael Nadal, número dos del ranking mundial, ha conquistado su cuarto US Open y ha agrandado su leyenda al colocarse a un Grand Slam del récord de 20 que sostiene Roger Federer. El mallorquín de 33 años, que este año ha ganado Roland Garros y ha sido finalista en Australia, se ha impuesto al ruso Daniil Medvedev en un difícil partido a cinco sets que terminó con parciales de 7-5, 6-3, 5-7 y 6-4 en cuatro horas y 50 minutos, informa Efe. Este año, Nadal también ha logrado su duodécima copa de Rolland Garros y su noveno Masters de Roma.
Con el título de este domingo, Nadal se queda a un título del récord de cinco US Open que mantienen Federer, Pete Sampras y Jimmy Connors. La «bestia», la «máquina», el «león»: son todos los calificativos que calzaron en el juego del español, que disputaba su vigésima séptima final de Grand Slam y la quinta en el campeonato de cancha dura en Nueva York, pero al frente tuvo a un Medvedev aguerrido, lejos del muchacho que cayó en agosto ante Nadal en Montreal, forzando el cuarto y quinto set después de estar 2-0 abajo en el marcador.
Al terminar, Nadal se lanzó al suelo emocionado, escondiendo entre las manos las emociones de este partido que se quedó a cinco minutos de la final más larga en la historia del US Open. Luego dejó que todos vieran sus lágrimas mientras veía un video con todos los triunfos de su larga y exitosa carrera. «Estoy muy emocionado», dijo antes de recibir el trofeo de las manos de Rod Laver, único hombre en ganar los cuatro títulos del Grand Slam en el mismo año en dos ocasiones (1962 y 1969). «Ha sido un honor jugar frente a vosotros». «A la comunidad latina, muchas gracias, jamás me habéis fallado», dijo al final en español.
De menos a más
El ahora número cuatro en el ranking mundial, que buscaba convertirse en el primer ruso en ganar el US Open desde Marat Safin en 2000, luchó hasta donde pudo, forzando el cuarto set, respondiendo a casi todo lo que mandaba Nadal, moviéndose bien y respondiendo con un juego mixto que incluyó mucha pelota en la malla, con el que supo poner al español contra las cuerdas. «Esta noche todos ven por qué es ya el numero 4, por el tenis magnífico que está jugando», ha halagado Nadal a su rival.
El primer set pudo concretarse en el décimo juego, cuando el marcador estaba 5-4 a favor del mallorquín, con el saque poco afinado, pero el ruso, que salvó en el anterior tres puntos de quiebre, metió el 5-5 como con las uñas. Pero no fue suficiente para evitar el 7-5, donde no tuvo más remedio que capitular su saque. El segundo comenzó como el primero, con opción de quiebre que Medvedev no supo aprovechar, mientras que el español dejó escapar la delantera después de tener triple punto de quiebre en el cuarto. Nadal se anotó los tres juegos siguientes y sirvió para poner, sin dificultades, el 6-3 en la pizarra.
El quinto de la muerte
Medvedev, que mostró su peor cara en ese segundo set, trató de seguirle al ritmo a Nadal en los rallies largos, pero era difícil cuando al frente tenía a esa «máquina», como él mismo llamó a su oponente.
En el tercer set, Nadal comenzó a meter el pie en el acelerador, jugando más agresivo, puntos más cortos, como desesperado ya por levantar el trofeo, mientras Medvedev volvía a agarrar aire, no se rendía y sacaba energía de donde podía para forzar el cuarto, que también ganó. «Med-ve-dev, Med-ve-dev», retumbó en la tribuna. Tal vez en apoyo al ruso o simplemente para extender las emociones de la final del último Grand Slam del año, pues, hasta hace nada, era el villano del torneo por su conducta anterior en la cancha, que incluyó un gesto obsceno al público y maltrato al recoge bolas.
Esa página parece pasada y en respuesta al armisticio con el estadio Arthur Ashe, Medvedev rompió y sacó el 7-5 que lo mantuvo con vida un set más. «Es por su energía que estoy aquí (…), que he batallado como un demonio», ha dicho el ruso.
En el quinto, Nadal levantó cuatro boleas de break ante un Medvedev que comenzaba a luchar contra los calambres que le han azotado en todo el torneo. El 3-2 a favor del balear llegó con un quiebre en el quinto juego, que se le venía negando desde hacía set y medio. Era el combustible que necesitaba para cerrar el torneo.
«Espero veros el año que viene», dijo Nadal al despedirse.