Cuando tu palabra no vale nada te llamas Kylian Mbappé
La primera y más evidente conclusión del ‘affaire’ Mbappé es que el futbolista ha utilizado al Real Madrid para conseguir una renovación millonaria.
Fue el poeta estadounidense Ezra Pound quien acuñó la mítica frase: «cuando un hombre traiciona su palabra, no vale nada». Quizás en tiempos pretéritos saltarse los códigos de honor, lo más sagrado, aquello que te define, (¡tu propio verbo, caramba! ) podía convertirse en una vergüenza y a ti en un paria. Hoy las cosas son muy diferentes. Muchos aplauden la jugada de Kylian Mbappé porque «estaba en su derecho» y «no tenía un contrato firmado». ¡Claro que sí! (ironía on) y a la palabra… ¡que le den! Son los nuevos tiempos.
El affaire Mbappé sirve para extraer varias conclusiones: la primera y más evidente es que el futbolista ha utilizado al Real Madrid para conseguir una renovación millonaria. La segunda es que tiene talento para la interpretación. De hecho, es un grandísimo actor. Engatusó a Florentino, al madridismo y hasta a su compañero de selección Karim Benzema. Y la tercera y (para mí) más importante es que se ha perdido la oportunidad de su vida. Ha dejado pasar el tren del Madrid. Y no de cualquier forma. Lo ha hecho con tintes de humillación pública. Y ya les digo que es algo que no van a dejar pasar desde Chamartín. «Era ahora o nunca» exclaman desde la planta noble. ¿Has oído, Kylian? Pues eso.
Vestuario «molesto»
Llevo un par de días haciéndome la misma pregunta. Si Mbappé no ha sido capaz de soportar la presión de Qatar, de la República francesa y del PSG… ¿Hubiera sido lo suficientemente maduro como para aguantar lo que significa llevar el escudo del Real Madrid en el pecho? . Mi vacilación no va por falta de calidad, de eso está sobrado. Va de una cabecita que tanto yo como el Real Madrid hacíamos «mejor amueblada».
De facto, al vestuario no le ha gustado nada este asunto con Kylian. «Están molestos». La decisión de Mbappé cayó como una bomba y los mensajes de las estrellas merengues han sido de todo menos sutiles. Fede Valverde subió una publicación que rezaba: » ser del Madrid es un privilegio que no todos pueden tener». Vinicius le avisó de lo que se perdía: «Es inexplicable ganar con esta camiseta». Pero si hay alguien especialmente molesto con el tema ese es Karim Benzema. La estrella del Madrid se siente «engañado» por el talento de Bondy.
En el preciso instante en el que se anunciaba su continuidad con los parisinos, Benzema subía a su cuenta de instagram la fotografía de Tupac Shakur, el famosísimo rapero asesinado en la década de los 90 tras ser traicionado por su gente más cercana, por aquellos en quienes más confiaba. Va estar interesante ver las caritas en la concentración de la selección francesa dentro de unos días.
«Viene algo muy bonito»
Pero como me dicen desde Valdebebas: «basta ya de lamentos que viene algo muy bonito, la final de la Champions». Y qué razón llevan. Al Real Madrid le sustenta una triple motivación. Para comenzar, levantar un trofeo que nadie creía posible esta temporada y convertirse en 14 veces campeones de Europa. Para continuar, pegar un portazo al ruido generado (con tintes de cachondeo) después del gatillazo con el asunto Mbappé. Y para concluir, recordarle al osado Egipcio de Mohamed Salah que ‘pedirse’ al Madrid en la final de la Champions es una grave temeridad que no ha pasado desapercibida en el vestidor merengue.
Digamos que Salah sigue ‘picado’ por perder la final de 2018 contra el Madrid, pero sobre todo alberga rencor por aquella acción con Sergio Ramos en la que acabó lesionado obligándole a abandonar el terreno de juego. Sólo así se pueden entender sus atrevidas declaraciones realizadas en la previa de la remontada de los de Ancelotti contra los de Guardiola: «Quiero jugar contra el Real Madrid. El City es un buen equipo, pero ya hemos jugado contra ellos varias veces. Perdimos una final contra el Madrid y quiero ganarles esta.»
Grave error. Hasta un principiante sabe que uno no ‘elige’ públicamente al rival de la final. Es más, el ‘Halcón Valverde’ ha salido al paso en nombre del vestuario en una charla para ‘El club del deportista’: «Soy su rival y lo que Salah dijo es como menospreciar al escudo del Madrid, a los jugadores». Habemus lío y motivación extra.
Entre medias de todo esto y por si andábamos cortos de alicientes para atacar la final de París, Mbappé ha vuelto a salir a la palestra para indicar (aguántense la risa) que será «el primer aficionado del Madrid en la final de la Champions». De verdad que no es necesario, Kylian. Todos, en la ‘casa blanca’, saben lo que vale tu palabra.