Nadal es un extraterrestre humano
«Rafa Nadal es un auténtico extraterrestre porque es capaz de romper todos los límites conocidos»
Nada de lo que he escuchado y he oído en las últimas horas sobre Rafa Nadal me producen sorpresa. E incluso su grito desesperado sobre sus horrorosos dolores en el pie como –y especialmente– su mensaje de que continuará volviendo a París siempre que su cuerpo se lo permita.
Porque todos estos mensajes, este espíritu competitivo, pasión por el tenis, los tengo metidos en vena desde el pasado mes de octubre, cuando visité durante poco más de 48 horas la Academia de Rafa Nadal en Manacor.
Con tan solo entrar por la puerta ya entiendes todos los valores y principios que rigen el día a día del tenista español, el mejor embajador de nuestro país, y uno de los deportistas más importantes en la historia mundial. Por entonces Nadal estaba recuperándose precisamente de esta maldita lesión que le lastra.
Recuerdo perfectamente que se acercó a nosotros después de varias horas de intenso gimnasio. En aquel momento no podía ni atarse los cordones de las zapatillas. Y nos lanzó un mensaje similar al de estos días en París. No sabía si podría llegar al inicio de la temporada tenística prevista para el pasado mes de enero.
Y no sólo llegó, sino que es alucinante todo lo que ha logrado. Para Rafa Nadal no hay techo, muralla, obstáculo que no pueda superar. Su vida es un camino de obstáculos, especialmente con esta lesión que le lleva lastrando durante tanto tiempo, como reconocía su tío a THE OBJECTIVE hace apenas unas semanas.
Pero Rafa se ha criado en los valores del deporte, de la vida. Valores que ahora transmite o intenta impregnar en su espectacular escuela. Valores de respeto, esfuerzo, superación que le ha llevado y lleva cada día al límite. Por eso es un auténtico extraterrestre, porque es capaz de romper todos los límites conocidos. Ya sean físicos o en forma de títulos. Rafa es sobrenatural con sus 14 Roland Garros y 22 Grand Slam. Pero que nadie se olvide: este tenista extraterrestre es un ser humano. Con sus sentimientos y su corazón. Sus latidos son por y para el tenis. Y su legado ya nadie lo cambiara. Siempre quedará su Academia para transmitirlo. Es un extraterrestre humano.