Doncic reina durante cinco minutos en Madrid
El equipo merengue se impone a los Dallas Mavericks en un espectáculo empañado por la lesión de la estrella eslovena
El jugador esloveno Luka Doncic. | Reuters
Luka Doncic volvió a Madrid por la puerta grande, pero su periplo apenas duró cinco minutos. Una inesperada lesión muscular antes de arrancar el partido impidió a los aficionados disfrutar de la versión estelar del escolta esloveno, recibido como un rey en la que fue su antigua casa. Al final, el Real Madrid se impuso por 127 a 123 a los Dallas Mavericks, gracias sobre todo a un empujón en el último cuarto en los que merengues supieron imponerse al fondo de banquillo de los Texas. Pero esto casi fue lo de menos en un encuentro que ambos equipos trataron desde el principio como el amistoso que era: baloncesto de ataque, canastas espectaculares y una competitividad relativa, aunque el partido acabara siendo muy divertido.
Eso sí, vaya cinco minutos. Antes de empezar el partido, Doncic tuvo la ocasión no solo de coger el micrófono y agradecer a los aficionados por su cariñoso recibimiento, sino también de recibir la insignia de oro y diamantes del Real Madrid de parte de su presidente, Florentino Pérez. Y en cuanto sonó la bocina, comenzó el show: Doncic decidió empezar a encestar triples mientras defendía a Sergio Llul primero; y Rudy Fernández, después, todo entre risas. Sobre todo porque los españoles, ni cortos ni perezosos le devolvían las canastas en forma de “mandarinazos” del jugador mallorquín.
Sin embargo, tan pronto como empezó, acabó todo. A los cinco minutos clavados, el entrenador de los Mavericks, Jason Kidd, sentó a su estrella con nueve puntos tras intentar seis triples, uno de ellos casi desde el centro del campo. Doncic ya no volvería a pisar el parqué salvo para recibir algún que otro homenaje adicional en los descansos. Y aunque muchos de los aficionados pudieron sentirse decepcionados por la falta de comparencia de su estrella, el primer cuarto fue un no parar: 38-37 al final del tramo, con jugadas eléctricas por parte de los dos equipos.
Mates, tapones, triplazos… el ritmo de juego se asemejaba más a lo que nos tiene acostumbrado un partido de la NBA que de la Euroliga, con la defensa brillando por su ausencia la mayor parte del primer cuarto. Pero, poco a poco, el encuentro se fue asentando: en el segundo tiempo, los árbitros se acordaron de que podían pitar faltas si los jugadores se zurraban y las sucesivas visitas a la línea de tiros libres —además de los larguísimos tiempos muertos importados de EEUU— ralentizaron el ritmo del partido. Aunque no a nivel de puntos: al descanso, el resultado era de 65-71 para los Dallas Mavericks.
A la vuelta del descanso, y a la vista de que el partido se iba a jugar solamente a ver quién metía más puntos ante la alergia que parecían tener ambos equipos a defender, los Mavericks fueron poco a poco despegándose en el marcador. Pero no lo suficiente: al final del tercer cuarto, vencían por apenas nueve puntos, 99-90, gracias al pundonor que ponían sobre todo los veteranos del equipo ‘merengue’: Llull, Rudy y Sergio Rodríguez, apoyados por el buen hacer de otros jugadores clave como Yabusele y Poirier.
En cuanto a los estadounidenses, y en ausencia de Doncic, los galones lo asumió Tim Hardaway Jr., al que se le caían los puntos pero sobre todo los intentos de las manos: acabó con 21 de anotación, aunque en nada menos que 19 intentos, una auténtica salvajada. Los siguientes en cuanto a puntos serían Josh Green, que finalizó con 13, y Seth Curry, que logró los mismos.
El último cuarto no tuvo demasiada historia: siguiendo la tradición estadounidense en los amistosos, los Mavericks vaciaron el banquillo y jugaron con los suplentes de los suplentes. Mientras, el Madrid mantenía a los titulares en cancha, al principio sin demasiado éxito: la ventaja de en torno a 10 puntos se mantenía casi de manera invariable, a pesar de que el Madrid intentaba contra viento y marea brindarle la victoria a una afición que clamaba sin éxito por ver a Luka de nuevo. Poco a poco, y a base de esfuerzo, los jugadores merengues acabaron demostrando que sus titulares eran mejores que el fondo del banquillo tejano y se logró remontar esa desventaja. La guinda final la pusieron entre Campazzo y Yabusele para un marcador final que dejó buen sabor de boca entre los madrileños: 127-123.
Doncic, muy feliz de estar de vuelta
Antes del partido, la estrella de los Dallas Mavericks ya había querido dejar claro su amor por la ciudad y el club capitalinos, diciendo que estaba seguro al «100%» de que regresaría al Real Madrid «si algún día» vuelve «a Europa» tras su paso por la NBA, subrayando que sin su formación en el club merengue «seguramente no estaría» donde se encuentra ahora. «Si algún día vuelvo a Europa, volveré al Madrid, eso es 100%. Son muchos recuerdos ya solo estando aquí, yendo por Valdebebas, por Madrid… Son recuerdos muy bonitos, estoy muy feliz de estar de vuelta», admitió Doncic durante una rueda de prensa desde el WiZink Center.
«Aquí es donde aprendí todo, aprendí a hablar [español], aprendí a jugar al baloncesto y muchas más cosas. Sin el Real Madrid, seguramente no estaría donde estoy ahora«, recalcó el jugador esloveno, centro de atención de toda la expedición de los Mavs. Mientras tanto, elucubró sobre qué o a quiénes incorporaría para la franquicia de Texas. «A algún compañero me llevaría también [a Dallas]. A Rudy, a Llull, a muchos… A algún entrenador, a algún ‘fisio’. Lo que seguro que me voy a llevar es el jamón», bromeó al respecto.
«Cuando estamos fuera de Estados Unidos, estamos más tiempo juntos, así que nos podemos conocer más y es algo bueno. Ojalá pudiera empezar siempre la pretemporada en Madrid, esto es una suerte«, apostilló Doncic, para luego analizar al resto de su plantilla. De hecho, fue preguntado sobre el fichaje de Grant Williams. «Muy importante porque creo que es un jugador muy bueno, es un líder, habla mucho y sabe decir cosas buenas. Así que creo que es buen fichaje para nosotros», resaltó el esloveno sobre el ex de Boston Celtics.
